La Bicameral de Trámite Legislativo está atrapada en loop burocrático que, a este ritmo, solo puede romperse con un rechazo (o aprobación) del Senado al mega DNU. Este jueves, los funcionarios nacionales que habían sido citados para defender el decretazo pegaron el faltazo y, a modo de respuesta, La Libertad Avanza optó por profundizar la dinámica de dilación. Es decir: en vez de presionar para que sus ministros y secretarios comparezcan a defender el DNU de Javier Milei, la estrategia del oficialismo fue decidir que, antes de tratar el DNU 70/2023, había que analizar los decretos de la administración de Alberto Fernández. Son más de 100 y así fue que la reunión terminó sumida, por tercera vez consecutiva, en cómo organizar el cronograma de trabajo.
La maniobra funciona, sin embargo, como herramienta para ganar un poco de tiempo hasta que la cumbre con los gobernadores en Casa Rosada termine de brindar un panorama más claro de la relación de fuerzas en el recinto. LLA y el peronismo hacen cuentas y ninguno tiene, de momento, el número garantizado para imponer su voluntad en el Senado. Hasta la Asamblea Legislativa del viernes, Unión por la Patria contabilizaba casi 50 votos en contra para el DNU, pero el clima cambió después de que Milei saliera a hablar del Pacto del 25 de mayo. Están todos a la espera de lo que suceda el viernes, aunque cada vez son más los que miran con escepticismo la convocatoria a dialogar de Milei: a ninguno se le escapó --tal como lo publicó Página/12--que el Presidente, en diálogo con empresarios en ExpoAgro, volviera a la lógica de los insultos y dijera que iba a "mear" a los gobernadores si se ponían muy quisquillosos.
El clima en el Congreso está comenzando a enrarecerse nuevamente y, ante la expectativa de que Victoria Villarruel convoque a una sesión para la semana que viene, empieza a reflotar la posibilidad de aprovechar para forzar el tratamiento del DNU en el recinto.
El Día de la Marmota
Temprano a la mañana, Omar de Marchi (secretario de Relaciones Parlamentarias) blanqueó lo que todos en la oposición daban por evidente la noche anterior: el Ejecutivo había decidido postergar la convocatoria de los funcionarios nacionales citados en la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo. La carta que explicaba esta decisión estaba firmada por el mismo presidente de la Bicameral, el riojano Juan Carlos Pagotto, quien deslizaba que primero había que discutir un cronograma de trabajo que incluyera la convocatoria de funcionarios de Alberto Fernández para que dieran explicaciones sobre los decretos enviados por el ex presidente. Es decir que, por tercera vez consecutiva, la Bicameral solo se reuniría para discutir sobre cómo discutir el mega DNU de Milei.
UxP llegó a la reunión con los tapones de punta, furioso --e impotente-- frente a la nueva maniobra dilatoria del oficialismo. Acusaban al radicalismo, que también había solicitado tratar cronológicamente los DNU, de sumarse a la estrategia de LLA. "No sé si el único bloque opositor es el nuestro o si se han puesto de acuerdo para salvarle la ropa a usted por la ausencia de funcionarios", le recriminó a Pagotto la diputada Vanesa Siley (UxP). "Yo no me comprometí a que vengan funcionarios, sería presuntuoso garantizar algo sobre una conducta que no es propia", intentó defenderse Pagotto, quien después sometería a votación que se volviese a convocar, para la semana próxima, a los funcionarios que habían pegado el faltazo. Es decir: Luis Caputo (Economía), Nicolás Posse (Jefe de Gabinete), Mario Russo (Salud), Omar Yasín (Trabajo), entre otros.
"Revisemos el feriado por Argentina Campeón del Mundo. O el permiso de viaje para el presidente del gobierno anterior. ¿En serio quieren tratarlo o solo están dilatando? ¿Quieren tratar el DNU que determinó la intervención de Vicentin o quieren tratar el DNU que derogó la intervención de Vicentin?", ironizó, mientras tanto, Mariano Recalde, y agregó: "Ya que estamos, ¿por qué no citamos también a los funcionarios de Carlos Menem? Que son los mismos que están hoy. O los de Macri, que también son los mismos que están hoy. Y así matamos dos pájaros de un tiro".
Los diputados y senadores de UxP habían llevado, además, un dictamen de rechazo al DNU 70/2023 con el objetivo de juntar firmas para terminar con el debate en la Bicameral. No lo consiguieron.
Para defenderse de las críticas, Francisco Monti (UCR) optó por solicitarle al oficialismo, nuevamente, que se habilitara tratar el DNU por partes porque había "temas en los que podemos compartir la mirada". "Por ejemplo, abrir el mercado de la aeronavegación comercial para que deje de ser un curro. ¿Nos puede explicar cómo funciona no? Dos palos verdes por día perdía para garantizar el curro de una organización política", le espetó a Recalde, líder de La Cámpora y expresidente de Aerolíneas Argentinas. Fue recién ahí que, cumplido con el peaje de criticar al kirchnerismo, Monti atinó a pedirle al oficialismo que no fueran "paranoicos" y convocaran a los funcionarios nacionales.
El momento de mayor tensión, sin embargo, fue cuando Carolina Gaillard tomó la palabra. "Ustedes nos entretienen acá con ‘moción va, moción viene’. Este DNU permite la privatización de las empresas públicas. La gente no es tonta, déjense de hacerse los pelotudos y de mirar para otro lado", les gritó la diputada de UxP que, ante las quejas de otros legisladores como Juan Carlos Romero, remató: "Les voy a faltar el respeto porque le están faltando el respeto a la sociedad. Usted senador Romero le falta el respeto a la sociedad que hoy vive el aumento de prepagas y tarjetas".
Hernán Lombardi, autor intelectual de la idea de tratar los DNU cronológicamente, buscó defender la decisión argumentando que pretendía "normalizar el funcionamiento de la cámara". Y puso el dedo en la llaga de UxP: "No es una maniobra obstruccionista, pueden ir a tratarlo en el Senado si tienen la mayoría".
Ese mayoría por el rechazo, en efecto, es finita. Pero en las últimas horas, con los nuevos insultos presidenciales y el escepticismo con el que varios gobernadores están yendo a negociar con el Ejecutivo Nacional, esa mayoría amenaza con reaparecer.