“Soy escéptico respecto a que la película sirva para algo”, reconoce Grandinetti, sobre la toma de conciencia histórica que pueda despertar Te esperaré en los espectadores que vayan a verla. “A mí me gusta pensar que es necesario contar estas historias porque lo es para mí. Pero desconfío mucho que Te esperaré pueda meter medio millón de personas, como si fuera un tanque de Hollywood. La historia oficial no fue un gran éxito de taquilla. Recién cuando empezó a ser premiada en festivales y ganar el Oscar la gente se volcó masivamente a las salas. Eso sí: después somos capaces de ver 40 películas sobre la Segunda Guerra Mundial. Pero nos quejamos de las películas argentinas que hablan de nosotros”, analiza el actor. “Toda la vida –reconoce Grandinetti– estuve tentado de ver y hacer películas sobre la Conquista del desierto, por ejemplo. Tenemos una historia rica y trágica para contar. Pero creo que estamos cada vez más lejos de poder desarrollar un cine que argentino atravesado por nuestra perspectiva histórica”. 

–Pese a su escepticismo respecto de la influencia social que puede tener un hecho artístico, el neoliberalismo se caracteriza por ajustar principalmente en sectores como el de la educación y la cultura.

–No digo que no sirva, que no sea útil. Al contrario: el arte molesta porque crea conocimiento, conciencia y saber. Y ellos no creen que nadie sepa nada. Es una batalla que necesita estar acompañada por una consecuente política en el tiempo. ¿Cuánto tiempo nos faltará para desestigmatizar a los mapuches? El problema es que al pasado se lo quiere borrar y tratan de imponer la idea de que la historia se escribe desde que ellos están en el poder. Para ellos no hay historia, no hay ideales, no hay íconos. Todo es a partir de ahora.