El reconocido biólogo molecular y biotecnólogo argentino, Ernesto Resnik, cuestionó por AM750 el ajuste que impulsa el Gobierno en ciencia y tecnología, respaldó la carta firmada por 68 premios Nobel donde advierten los riesgos de estas políticas de desfinancimiento y acusó a la gestión de Javier Milei de buscar “simplificar para estupidizar”.
Para Resnik, "es un absurdo" que ante la carta de los 68 científicos más prestigiosos del mundo “tan bien elaborado, contundente, con datos” el Gobierno haya contestado “con tonteras”, diciendo que “Milei también es un académico porque da conferencias”. "Es ridículo, si no fuera una tragedia”, enfatizó.
“Era una oportunidad para el Gobierno. Esta gente que está en el tope de la ciencia, de proyectos. Podría haber tomado esto para pensar que la ciencia argentina tiene para hacer cosas. En lugar de elaborar sobre eso, se pone a decir pavadas como que lo que ellos están pensando es una ciencia mejor”, se lamentó.
Además, dijo, lo hacen con una carga de falta de respeto por gente importante, por ideas importantes. “Esta cosa ridícula de que se cagan en todo. Esto es realmente llamativo”, dijo sintéticamente el científico que, durante la pandemia, hizo un trabajo muy importante respecto a la comunicación efectiva y derribo de fake news.
En este contexto, advirtió que siempre los gobiernos neoliberales “han hecho esta cosa de crear una falsa dicotomía entre las ciencias exactas y sociales”. Pero explicó: “Lo que critican en ciencias sociales es lo que se hace en todo el mundo”.
“Hay un ejemplo con lo traumático que fue la pandemia. Y no fueron los científicos desarrollando vacunas. Era también las ciencias sociales interpretando hasta dónde llega la sociedad con ciertas medidas. Todo eso es ciencias sociales”, señaló.
Por lo que, tomando como ejemplo un informe de un investigador que analizaba las violencias por cuestiones de género, lanzó una importante definición: “La revolución de derechos en todo el mundo fue en gran parte gracias a las redes sociales. Ignorar eso es simplificar para estupidizar”.
Finalmente, afirmó: “El problema fundamental es destruir la continuidad de investigadores formando a jóvenes. Romper ese circuito de constante recambio de la ciencia y mantener líneas de investigación es vital, porque reconstruirlo lleva para siempre, de tal modo que seguramente no se pueda hacer”.