Después de una semana plagada de tires y aflojes, Javier Milei logró reunir a representantes de todas las provincias y la ciudad de Buenos Aires en la Casa Rosada para pedirles que respalden una versión acotada de la ley ómnibus. El Presidente, sin embargo, no pasó ni a saludar. “No soy una persona a la que le guste mucho reunirse”, había anticipado el día anterior. En su lugar, en la cabecera de la mesa, se sentó Nicolás Posse. El silencioso jefe de Gabinete ofició de articulador, junto al ministro del Interior, Guillermo Francos. Como prenda de cambio, ofrecieron una sola alternativa: restituir la cuarta categoría de Ganancias para mejorar las recaudaciones locales. Los gobernadores ya avisaron una y otra vez que no están dispuestos a aceptar la propuesta. “Estamos en el mismo punto que hace un mes”, sintetizaron en el entorno de Axel Kicillof.
Fueron casi cuatro horas de conversación con muchos reclamos y pocos avances. Asistieron casi todos los gobernadores, salvo cuatro que enviaron a sus vices. A pesar de la alta concurrencia, el Presidente se quedó en la quinta de Olivos y evitó formar parte de la mesa de diálogo a la que él mismo convocó para firmar el "Pacto de Mayo". Un asistente especulaba con que después de las descalificaciones que lanzó los últimos días --"los voy a mear", dijo por ejemplo en Expoagro--, su presencia podía llegar a generar una "tensión innecesaria". "No sabía con qué actitud lo íbamos a recibir", comentó.
Las propuestas, los reproches
En la cumbre que se desarrolló en el Salón Eva Perón, los jefes provinciales exigieron recuperar el financiamiento que les recortaron con la motosierra y el Ejecutivo nacional explicó en qué consisten la ley Bases acotada y el nuevo capítulo fiscal. La ley ómnibus, que comenzó teniendo 630 artículos y después fue podada a 350, ahora contiene alrededor de 190 artículos. Entre otros, incluye la declaración de emergencias, la delegación de facultades al Poder Ejecutivo, un blanqueo laboral, cambios en el régimen hidrocarburífero y la privatización de las empresas públicas ---con una lista más acotada--. El texto fiscal incorpora la reversión del Impuesto a las Ganancias y una nueva fórmula jubilatoria. “Hubo gobernadores en contra de algunos puntos, pero la mayoría está a favor de avanzar en acuerdos”, resumió Francos en una conferencia de prensa posterior al encuentro.
Los cambios en Ganancias son el corazón de las negociaciones. El Gobierno anunció que enviará un proyecto de ley aumentando las escalas de los montos de facturación y de las cuotas fiscales. Así, proyecta recaudar alrededor de 6 mil millones de dólares anuales y mejorar los ingresos de las arcas locales a través de la coparticipación. Un amplio grupo de gobernadores ya lo rechazó en reiteradas oportunidades y ayer no fue la excepción. “Los patagónicos dejamos en claro que no queremos el Impuesto a las Ganancias para nuestros trabajadores”, expresó Rolando Figueroa a la salida del encuentro. El neuquino habló también por sus pares del sur, Ignacio Torres (Chubut), Sergio Ziliotto (La Pampa), Alberto Weretilneck (Río Negro); Claudio Vidal (de Santa Cruz), y Gustavo Melella (de Tierra del Fuego).
En Casa Rosada insisten en que la modificación de Ganancias es un pedido de los gobernadores, aunque ellos lo rechazan. “Es mentira. Nadie se lo pidió. Nos quieren extorsionar con la guita de los argentinos”, responden en la gobernación bonaerense y recuerdan que como alternativas propusieron coparticipar el impuesto País o el impuesto al Cheque o, incluso, debatir gravar “los altos ingresos”, una iniciativa que viene impulsando el cordobés Martín Llaryora.
El cambio de la fórmula previsional es otro foco de conflicto. El Gobierno anticipó que su intención es que, a partir de abril, los haberes jubilatorios se actualicen por inflación. Desde la oposición, exigen que además de modificar el cálculo haya una compensación por la pérdida de poder adquisitivo que sufrieron los ingresos los últimos meses producto de la escalada inflacionaria. El Gobierno estaría dispuesto a aceptarlo, pero con una recomposición solo de 10 puntos.
El principal cuestionamiento que los gobernadores llevaron al encuentro giró en torno al recorte que el ministro de Economía, Luis Caputo, hizo sobre los fondos destinados al transporte y los docentes. “No nos pusimos de acuerdo, porque son competencia de las provincias", dijo Francos, exponiendo otra vez que el Gobierno no está dispuesto a negociar el ajuste al Fondo del Incentivo Docente (Fonid) y al Fondo Compensador del Transporte. Además, hubo quejas por las deudas que Nación tiene con las provincias y por la paralización de la obra pública.
Junto a Posse y Francos, escucharon los reclamos los secretarios de Gobierno, José Rolandi, de Interior, Lisandro Catalán y de Hacienda, Carlos Guberman.
Cómo siguen las negociaciones
Si bien no hay una nueva reunión estipulada, se acordó crear dos comisiones. Una política para articular posiciones en el Congreso. Otra económica, que estaría conformada por Guberman y los ministros de Economía de las provincias. En la Casa Rosada indicaron que "no tiene tiempo para perder" y que los primeros encuentros serían la semana que viene.
A pesar de no haber sellado ningún acuerdo, los gobernadores aliados se mostraron conformes con el diálogo. El entrerriano Rogelio Frigerio y el tucumano Osvaldo Jaldo fueron los dos designados para acompañar a Francos en la conferencia de prensa posterior. "Dejamos definido un esquema de trabajo para avanzar con las reformas de los 10 puntos del Pacto de Mayo y de la nueva Ley Bases que toman los puntos que tenían más consenso", indicó Frigerio. "Es el Congreso de la Nación el que tiene la última palabra, pero nosotros nos hemos comprometido a colaborar porque si le va bien al Gobierno nacional, le va a ir bien a las provincias y a los argentinos", añadió Jaldo.
Más allá de los acercamientos, Milei se mantiene escéptico respecto a conseguir el apoyo de la oposición. "Fue un error creer que se podía negociar de buena fe con los gobernadores", admitió el jueves. "Me creyeron débil", completó desafiante. Ayer, por las dudas, decidió quedarse tranquilo en Olivos.