Para la provincia de Buenos Aires, China es el segundo socio comercial. El primero es Brasil, hacia donde en 2022 partieron bienes por 7.162 millones de dólares. Los principales productos fueron automóviles, con 3.562 millones, trigo (598 millones), materias plásticas y artificiales (466 millones), gas de petróleo (436 millones) y productos de las industrias químicas (250 millones). Las ventas a China alcanzaron los 3.203 millones de dólares. En punta, la carne de vaca, con 1.224 millones. Luego la soja (892 millones), la cebada (598 millones) y combustibles y energía (116 millones).
Zheng Weihui es el copresidente del Foro Cumbre de Cooperación Internacional de la Ruta de la Seda y director del Centro de Cooperacion “La Franja y La Ruta” en Argentina. También es presidente de la Asociación Argentina de Fútbol Han-Tang, director general de la Cámara de Empresarios y Comerciantes Chinos en Argentina y es el vicepresidente de la Asociación Argentina para la Promoción de la Reunificación Pacífica de China.
Zheng, que para la Argentina adoptó el nombre de Freddy, recibe a Buenos Aires/12 de pantalón y chomba (roja con bordes amarillos, igual que la bandera) en una de las mesas largas de su oficina. Cede la cabecera y ofrece un té en tacita de porcelana. “En China, tenemos tés de hombre y tés de mujer --explica mientras sirve de la tetera-- y éste, que lleva durazno, es femenino”.
--¿China está interesada en la industrialización argentina o sólo quiere importar productos primarios?
--Además de la compra de productos primarios nos interesa que Argentina desarrolle su potencial industrial. Por eso también se financia la construcción de fábricas que después tengan la posibilidad de exportar su producción, por ejemplo al mercado chino. Así como ocurre con el norte de África, Latinoamérica no sólo interesa por su materia prima: su desarrollo industrial sirve como plataforma para ingresar productos a Estados Unidos y a Europa. En el caso de Argentina, particularmente, somos conscientes de la alta capacidad de su mano de obra calificada y el aporte que significa para estos objetivos.
--¿Hay casos concretos más allá de las expresiones de deseo?
--El caso de México, un país que supo aprovechar eso y ya se instalaron más de 250.000 metros cubiertos de plantas industriales, que además de emplear a trabajadores mexicanos, exporta a los Estados Unidos.
--Hubo una reunión muy difundida entre el embajador de China y el gobernador Axel Kicillof. ¿Por qué le interesó a su país?
--Si la Argentina mejora la calidad institucional y la seguridad jurídica, la actividad podría crecer exponencialmente. Axel Kicillof siempre fue receptivo con nuestro país y es importante la relación con el gobernador y los funcionarios que toman las decisiones para que las órdenes de gestión sean directas, y que no haya que sufrir desmanejos en el medio. Las conversaciones con él y su equipo generan la confianza para continuar proyectos que se pararon desde Nación y la Provincia está dispuesta a retomar.
--¿Cómo sería el financiamiento en caso de obras de infraestructura en la Provincia y cuál es el mecanismo que se utiliza para definir cuáles son los proyectos que se van a llevar adelante?
--En China cada empresa tiene su actividad. Entonces cuando surge una necesidad de financiamiento, desde La Franja y La Ruta conversamos con estas empresas especializadas en cada área y las ponemos en contacto con las empresas locales. Viajan los equipos técnicos y estudian la viabilidad del proyecto y cómo se relaciona con nuestros intereses. En el caso de las obras de infraestructura los mecanismos son los mismos: se media en la relación entre las empresas, ya sean públicas o privadas. Por ejemplo, el Banco ICBC podría ser un gran financiador de obras de esas características en la Provincia si se normalizaran los números financieros de la Argentina.
--¿Cómo sintetiza el proyecto de La Franja y La Ruta?
--La Franja y La Ruta es una iniciativa que comenzó en 2013, pensada por el presidente de la República Popular China, Xi Jinping, como una estrategia de desarrollo geopolítico. Se basa en la legendaria Ruta de la Seda que antiguamente unió a Oriente y Occidente, con el objetivo de promover las relaciones económicas y culturales y el libre comercio en la configuración de una nueva infraestructura global. Actualmente la componen 32 organizaciones internacionales y 152 países, entre ellos la Argentina.
--¿Cuál es la importancia de los lazos regionales con La Franja y La Ruta?
--Nosotros tenemos un gran inconveniente que es la obtención de materias primas, considerando que somos 1.400 millones de personas. Esto nos lleva a buscar proveedores seguros en el mundo, sobre todo de alimentos. Pero también nos interesa que aquellos países con los que construimos relaciones puedan crecer haciendo rendir los financiamientos e inversiones que nosotros podemos brindar. Es decir, queremos que logren el bienestar de su población aprovechando ese desarrollo.
Diplomacia en estado puro
Funcionario al fin, y funcionario en un país con Estado fuerte y decisiones centralizadas, Zheng se muestra cuidadoso cuando es consultado sobre las idas y vueltas entre su gobierno y el de Javier Milei. Durante la campaña, el actual Presidente dijo que no tendría problemas en que empresarios privados tuvieran relaciones comerciales con los chinos, pero que le bajaría el nivel a las relaciones de Estado a Estado.
--¿Cómo recibieron sus dichos?
--China y Argentina siempre tuvieron una relación fraternal. Al principio el actual presidente fue poco colaborativo, pero después lo discursivo no se materializó en las conversaciones con los equipos de Cancillería. Los comentarios no tienen la dimensión suficiente para romper las relaciones históricas entre ambas naciones. Además, China es el segundo mayor socio comercial que tiene Argentina, y entendemos la importancia que tiene eso para este país y lo que representaría para el pueblo argentino la ruptura de la relación. Es una política exterior china no reaccionar a ese tipo de agresiones para mantener los vínculos con otros países, siendo además un país bastante demonizado en los medios dominantes occidentales.
--¿Y la perspectiva de ustedes es que con el gobierno actual esto va a mejorar o empeorar? ¿Cómo influye que Argentina haya decidido no ingresar a los BRICS?
--Esperemos que mejore, por los argentinos. Por eso estamos concentrados en México, Colombia y Brasil. China tiene muchos intereses acá. Por ejemplo está financiando represas, otorgó créditos con facilidades para los ferrocarriles. Sobre la decisión de Argentina de no ingresar a los BRICS, es una decisión del gobierno nacional, y podemos estar de acuerdo o no pero no nos vamos a entrometer en una decisión soberana. Al menos con China no está representando un problema para posibles financiamientos, ya que hay acuerdos bilaterales previos, como el que firmó el gobierno anterior con La Franja y La Ruta y el actual sostiene. Ahora, Cancillería está trabajando con respeto hacia China. Más allá de la postura ante los BRICS, lo que más molestó fue la injerencia en la cuestión de Taiwán. Estratégicamente, el principal comprador de China es EE.UU., por más de que esté en las antípodas ideológicas y políticas nuestras. Taiwán es el límite y el gobierno argentino se retractó. Eso permitió aliviar las tensiones que se habían generado con el swap.
--Contemplando la continuidad de las relaciones, ¿cuáles proyectos hay en vista con la Provincia de Buenos Aires?
--Estamos conversando sobre varios. Algunos están más avanzados que otros. Con el nuevo gobierno nacional, hay que esperar un poco para ciertas cosas mientras termina de acomodarse. Por lo pronto estamos trabajando con el Banco de la Provincia de Buenos Aires para gestionar que los ciudadanos chinos puedan tener sus cuentas ahí. También hay empresas que quieren instalar fábricas en distintos municipios. Por ejemplo en Moreno se está por abrir una planta productora de tornillos y similares, un laboratorio de medicamentos en otro municipio bonaerense, y conversaciones incipientes vinculadas a la extracción del gas que viene de Vaca Muerta en Bahía Blanca. Además, estamos concretando intercambios estudiantiles con las universidades públicas que hay en la Provincia. Hay otro proyecto de intercambio deportivo en el municipio de Ezeiza, lo que sería el primer club chino fuera de nuestro país… ¡Mirá si el segundo Messi sale de ahí!
--Ya que varios de éstos proyectos son de gran envergadura, ¿cree posible que se desarrollen durante esta gestión a nivel nacional?
--Nosotros primero confraternizamos, conocemos a las personas y vemos cuáles son las puertas que se abren y quiénes lo hacen, para no tener problemas posteriores. Eso es lo que buscamos y encontramos en la Provincia de Buenos Aires. Más allá de que Axel Kicillof ya era gobernador, esta nueva etapa a nivel nacional efectivamente cambió el país, por lo que hay que ver cuáles son las nuevas oportunidades que se configuran con la provincia y cómo se despliegan los proyectos que conté.
--Sobre el Banco de la Provincia, ¿hasta ahora los ciudadanos chinos en Argentina no habían podido ser clientes?
--Sí podían, pero lo que estamos buscando es que aquellos que tienen supermercados, la mayoría en la Provincia de Buenos Aires, puedan sumarse a las promociones que se ofrecen desde la Cuenta DNI. La política de descuentos a través del banco estatal de la provincia nos parece una forma de facilitar el acceso a los alimentos y otros productos para la ciudadanía argentina, y queremos ofrecerla en los supermercados como hacen otras cadenas.
--¿Cuáles son los avances que esperan en el área de la cultura, por ejemplo lo que mencionaba sobre los intercambios estudiantiles?
--Eso empezó a gestionarse este año, por eso es importante que se difundan las distintas aristas de La Franja y La Ruta. El objetivo es que las universidades chinas puedan ofrecer a sus alumnos varios intercambios, de idiomas, cultura y estudios de distinto grado en las carreras que se dictan acá, y que las universidades que los reciban puedan ofrecer lo mismo a sus estudiantes con nuestras universidades allá.
--¿Está entre los proyectos ofrecer cursos o capacitaciones de tipo cultural?
--Sí, en la Provincia de Buenos Aires sobre todo, por la cantidad de habitantes. Cuestiones culturales podrían ser juegos de mesa, destrezas, artes marciales, infinidad de cosas. Argentina ya tiene lugares donde se enseña el idioma, como también en China mucha gente está estudiando español. La idea es que esos centros faciliten el ida y vuelta, porque además hay mucho turismo cruzado.
--China crece sostenidamente hace años, y la economía argentina ha tenido grandes intervalos de estancamiento. ¿Cuáles son las políticas que podría considerar Argentina del modelo chino?
--Hasta 1978 la economía china era cerrada. A partir de ese momento pasó a ser una economía socialista de mercado. Esa fue la gran revolución que nos permitió crecer a tasas de hasta el 10 por ciento anual, pero porque todos fuimos atrás de eso. La economía del país está dirigida en función de todos los ciudadanos. ¿Qué hace falta? ¿Más alimentos, más universidades? Bueno, todos vamos hacia ahí y las políticas se diseñan de manera integral. En función de esos objetivos comunes, y sobre todo a largo plazo. Esto quiere decir décadas con el pueblo como centro. Eso es lo que considero que podría adoptar Argentina: continuar los procesos a largo plazo más allá de los gobiernos. No se trata de pelearse con el mercado, sino de saber dónde ponerle un freno para que sea rentable y se preserve el bienestar de las personas. En 2021, China erradicó la pobreza extrema. En país en el que, como ya señalé porque no es un dato menor, somos 1.400 millones de personas. Un país que hace cincuenta años era muy pobre.
--¿La Franja y la Ruta es una política antinorteamericana? ¿Qué exigencias tiene China con la relación entre Estados Unidos y Argentina?
--No está entre nuestros objetivos que Argentina rompa relaciones con los Estados Unidos, nada que ver. Tanto China como los Estados Unidos tenemos nuestras políticas de importación y exportación. Si nosotros queremos ingresar nuestros productos a EE.UU. directamente, tenemos que pagar muy altos impuestos, igual que si EE.UU. quiere ingresar sus productos a China. Por eso a nosotros no nos interesa que nuestros socios corten relaciones con ellos.
--¿Surge entonces como una estrategia para sortear los bloqueos que van configurando otras potencias a la expansión de la economía china?
--Exactamente. China no participa activamente en ningún conflicto bélico, aun teniendo la capacidad militar de hacerlo. No posee portaaviones en ningún otro país que no sea protegiendo el mar de China. No es la línea geopolítica de China la confrontación en esos términos. Nosotros comerciamos con todo el mundo, incluido EE.UU., Canadá, países de Europa. Nuestra batalla principal es mantener el bienestar de 1.400 millones de personas que tienen que comer todos los días. La Franja y la Ruta es un agente que, además, debe resolver las dificultades que aparecen por el idioma, incluida la escritura, completamente diferente. Entonces, más allá de sortear los bloqueos económicos, están los bloqueos culturales. Por eso entre nuestros objetivos está también la difusión de nuestra cultura y el acercamiento con las culturas locales. De hecho, en el edificio que montamos acá, cada piso va a tener sectores específicos para acuerdos comerciales pero también para deportes, educación, arte.
--¿Qué es lo que conoce el pueblo chino sobre Argentina?
--Las distintas provincias chinas tienen acuerdos con las diferentes provincias argentinas, por lo que hay bastante intercambio cultural en cada relación. A nuestra gente le gusta mucho venir a hacer turismo, generalmente por varios meses. La gente allá mira los torneos de fútbol argentino, y cuando viajan a la Argentina quieren conocer el museo de Boca, pero también ir a escuchar y mirar tango. Son las dos cosas que más se consumen de la cultura argentina. China no tiene jugadores particularmente sobresalientes, así que la admiración a Messi y Maradona es total.