Bruno Bussanich tenía 25 años. Era hincha de Rosario Central, le gustaba el Indio Solari y estaba en pareja con Jimena, con quien había formado una familia. El sábado por la noche estaba trabajando como playero en una estación de servicio en la zona oeste de Rosario, Santa Fe, ubicada en Mendoza al 7600, cuando un sicario entró a la oficina pasadas las 23.30 y lo mató a balazos. Recibió al menos tres disparos, dos en el pecho y uno en la cabeza.
En el lugar dejaron una nota amenazante contra el gobernador Maximiliano Pullaro y el ministro de Seguridad Pablo Cococcini. "Esta guerra no es por territorio, es contra Pullaro y Cococcioni. Así como nosotros llegamos a 300 muertos estando unidos vamos a matar más inocentes por año", decía.
Horas más tarde, la policía encontró un auto quemado en un descampado e investigan si fue el que utilizaron los atacantes que, según el retalo de testigos, serían al menos tres. Por el crimen del joven, las estaciones de servicio de la ciudad cerrarán entre las 22 y las 6 de la mañana por tiempo indeterminado, informaron medios locales.
Bussanich era técnico electromecánico, egresado de la Técnica Nº 466 "Manuel Savio". En su perfil de Facebook, su último posteo era un video de aquellos momentos, según medios locales. “Qué buenos tiempos”, había escrito el joven. Allí tenía de portada una imagen del del Indio Solari con la frase de una de sus canciones.
Una de sus últimas imágenes en las redes sociales es de una producción de fotos en la que aparece junto a su familia, donde todos tienen camisetas con los colores de Central. "Mi pequeña familia", compartió su pareja cuando la subió en enero pasado.
Además de playero, Bussanich había trabajado como auxiliar mecánico y telemarketer, entre otros trabajos que compartió en su perfil de Linkedin, donde decía que le gustaba trabajar en equipo y buscaba adquirir experiencia laboral.
Otros ataques en Rosario
El crimen de Bussanich se suma a los homicidios de dos taxistas y el ataque a un colectivero que continuaba muy grave. Según investiga la justicia, los crímenes no tienen víctimas vinculadas al narcotráfico, sino que fueron asesinadas con el fin de dar un mensaje mafioso al gobierno de Pullaro.
En los últimos días, a partir de allanamientos en distintos puntos de la ciudad, fueron detenidos 20 adultos y un menor de 18 años. Todos tendrían algún vínculo con los crímenes de los taxistas Diego Celentano y Héctor Figueroa, asesinados con menos de 24 horas de diferencia y abandonados dentro de sus respectivos vehículos.
La investigación por el crimen de Bussanich la lleva adelante por el fiscal Adrián Spelta, de la Unidad de Homicidios Dolosos de la Fiscalía Regional Segunda Circunscripción.