Diana Mondino tiene la virtud de superarse a sí misma. Es que luego de dejar un manto de sospecha -sin ninguna prueba- de supuestos "infiltrados" que iban a desestabilizar al presidente Javier Milei en su discurso de apertura en el Congreso y de ni siquiera ponerse colorada cuando criticó a Natalia Zaracho porque la diputada y cartonera -que nació en un contexto de vulnerabilidad social- no terminó el secundario, la canciller argentina dejó nuevas frases para redoblar sus tropiezos, al comentar el sábado que no tienen sentido los créditos de la ANSES a los jubilados ("es casi seguro que se mueran", dijo en la mesa de Mirta Legrand) y culminó su participación con su manual de diplomacia: dijo que las quejas formales del país contra Inglaterra son, apenas, "cartitas", y que si se tiene que enfrentar con su par inglés en lo relativo a Malvinas, lo mejor es hacerlo con sus "chicanas tuiteras".
Las prioridades en el Ministerio de Relaciones Exteriores quedaron en claro en la última entrevista televisiva de Mondino. Ante la consulta de una periodista sobre las acciones de la Cancillería ante el viaje de David Cameron -ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido- a las Malvinas, la canciller dijo que "no había muchas opciones" porque "no pasan por territorio argentino para ir". "¿Qué le vamos a hacer, con un misil bajar el avión", comentó, con acento e intento de humor cordobés.
Cuando la repregunta estuvo orientada a por qué no hubo una queja formal del Estado nacional, Mondino adelantó su reflexión. "A un inglés reírse con el idioma inglés, le duele mucho más que una de las tantas cartitas que Argentina continuamente ha enviado", opinó y consideró que su chicana -había posteado, en Twitter, que le agradecía a Cameron su visita a la Argentina-, "le duele mucho más que otra cartitas más".
Habrá que preguntarse si alguno de los asesores con los que cuenta la ministra le soplaron al oído que ni el primer ministro de Inglaterra ni siquiera su canciller la siguen en la red favorita de los ultraderechistas. Es decir, quizás ni acusaron recibo de la "chicana".
Lo que sí, seguro, no llegó a la Cancillería británica fue el reclamo formal del Estado nacional por las últimas provocaciones en Malvinas. Para Mondino son, apenas, "cartitas".