Lo primero que impacta cuando suena Idles es que cada canción parece cubrir una necesidad musical que el oyente no sabía que tenía. Y no debe ser casual: eso mismo parece sucederle a Joe Talbot, el cantante del quinteto formado en Bristol (Inglaterra) si uno se guía por la vehemencia y la autoridad con que las entrega. En 2017 publicaron su primer álbum, Brutalism, que instaló al grupo en un panorama rockero que ya perdía enjundia. Los discos siguientes (Joy as an Act of Resistance, Ultra Mono y Crawler) elevaron el estatus de Idles dentro de la industria y para el público, que encontraba en sus shows una descarga energética cada vez menos frecuente. Buena prueba fue su presentación en Lollapalooza Argentina 2022, cuando electrizó al público que en su mayoría había ido a ver a Foo Fighters. Talbot fue de una punta a la otra del escenario y terminó aporreando la batería junto Jon Beavis, mientras el guitarrista Mark Bowen se tiraba la multitud, y el guitarrista Lee Kiernan y el bajista Adam Devonshire sostenían la llama de "Rortweiler" como si les fuera la vida (y la diversión) en ello.
Después de semejante electroshock, ¿cómo no esperar con ansiedad el nuevo álbum de Idles? Eso sí, Talbot desconcertó un poco en la previa porque se lo pasó hablando de amor, disfrute y gratitud. Pero Tangk, el quinto álbum de la banda, no baja la intensidad, aunque se toma más momentos en los que toma las riendas de la furia para encauzarla de otro modo. Por eso comparte "Dancer" con LCD Soundsystem y toma su influencia en el single "Pop Pop Pop", o evita desbocarse en la notable "Grace". Por eso, cuando finalmente la adrenalina desborda ("Hall & Oates", "Gift Horse"), más vale no ponerse enfrente. O sí, para salir transformados.
"Honestamente, creo que todas mis canciones son de amor", le dice Talbot a Página/12 vía Zoom, a propósito de esta nueva dinámica en las composiciones de Idles. "Todas, cada una de las que he escrito es una canción de amor. Creo que quería cambiar mi enfoque con este disco y escribir más poesía y ser menos obvio y mucho más... etéreo, supongo. Y quería cambiar mi enfoque para atacar esto abiertamente. Ahora soy padre y crio a mi hijo con empatía. Y eso ha cambiado mi modo de encarar la vida. Manejo mi auto con empatía. Tengo conversaciones con empatía. Tengo mejor disposición y el oído abierto. Y quiero hacer que nuestro público se sienta seguro y amado. Y quiero cambiar mi tono para que el público se refleje en eso y se involucre abiertamente. Todavía hay violencia en nuestro arte y nuestra música, pero... estoy cantando, ¿sabés?".
-En algunas entrevistas mencionaste que tenés una suerte de violencia positiva. ¿Cómo encontraste ese modo de entregar tus ideas?
-Bueno, es algo artístico, ¿no? La violencia puede ser una pincelada, un color o un sonido. La cultura popular es algo violento. La publicidad es violenta. Los gobiernos son violentos. La iglesia es violenta. El único modo en que la Iglesia Católica pudo llamar la atención de la gente fue usando la mirada de los artistas del Renacimiento para capturar la violencia y el drama de la vida. Yo sólo quería ser parte de eso y abrirme camino en la cultura popular, las compañías de publicidad, y la mierda de nuestro gobierno con amor y compasión y empatía. Y pintar algo vibrante, hacer algo lleno de vida, que sea honesto e imperfecto y brillante. Y de ahí es de donde salió la violencia de nuestro trabajo.
-Ya que mencionás el lugar de Idles en la cultura popular: ustedes han ganado premios al mejor disco punk y cosas por el estilo, pero vos dijiste varias veces que Idles no es una banda punk. Entonces, ¿qué significa el punk para vos?
-¿Qué significa el punk? Bueno, cosas diferentes... La música punk fue inventada en Nueva York y para el momento en que llegó a Londres se había convertido en una caricatura de sí mismo y murió. Creo que la gente confunde la música subversiva y el arte subversivo con el punk. Para mí, Billie Holiday es más punk que cualquier banda punk que haya existido. Creo que Bell Hooks es más punk que cualquier artista punk que haya hecho música. Creo que la subversión es vital, porque ser antiestablishment, antiautoritarismo y antiopresión es parte del amor y la empatía, y ser buen ciudadano, buen padre y buen amigo. Significa que no sos un fascista, que no sos opresivo, que no sos un bravucón, que no sos agresivo con tus ideas e ignorante de las de los demás. Lo que le resultó bueno a los gobiernos fascistas y su prensa fue que pudieron tomar cosas como el punk y usarlas para encasillar a los artista como yo y decir simplemente "Oh, son una banda punk. Son sólo punks". Y eso te convierte en algo pequeño y fácil de meter en una caja y apartar. Así no soy complejo y la gente puede ignorarme por sólo soy un cantante punk. Pero yo no soy un cantante punk: soy un cantante. Soy un cantante de soul, soy un artista folk, soy un DJ tecno, soy un rapero y lo que se me cante las pelotas ser. Y el punk no tiene nada que ver conmigo. Nací en 1984, escuché hip hop hasta que tenía 19. Escuché jungle, garage y grime. Y hay un millón de otras versiones de lo que significa ser subversivo y anti gobierno, no sólo lo genes enriquecidos de un grupo de hombres blancos en los '70. Por ejemplo, Billie Holiday, Nina Simone, Bell Hooks, Fred Hampton, Oscar Wilde, George Orwell, incluso Jack Kerouack. ¡Caravaggio! Toda esta gente era subversiva, vigorosa, vibrante y hermosa, y ciertamente no le importaba si los demás la llamaban punk.
-Cuando ves la realidad a diario, ¿no te deprimís? ¿Y cómo salís de eso para seguir mandando mensajes positivos?
-No me bajoneo, pero eso es porque soy afortunado: no hay una opresión salvaje en mi país. Mi gobierno es de gente espantosa de derecha y opresiva y ha aprobado asesinatos en muchos países del mundo para hace plata y tener petróleo asegurado. Pero yo puedo decir que odio a mi gobierno y puedo criar a mi hijo con seguridad. Y tengo un público que nos escucha y salgo de gira y hago música. Entonces no me bajoneo y puedo dormir de noche porque digo y hago lo correcto. Pero si estuviera oprimido o en medio de una guerra civil, seguramente estaría bajoneado, es algo muy distinto. No sé cómo actuaría cada día con un problema severo. No sé cómo llevaría a mi hijo a la cama cada día sabiendo que podría caer una bomba. Eso es terrorífico. Agradezco no tener que pasar por eso. Y voy a hacer todo lo que pueda para mostrar mi gratitud por la suerte que tengo.
-En la canción "Hall and Oates" hablás de alguien que ama a un hombre. Pero aparece en un momento en el que Darryl Hall le puso una orden de restricción a John Oates...
-No sabía nada de eso cuando la compuse. Mi canción es una canción de amor que escribí para un amigo. Es una celebración de la amistad y de cómo una amistad puede aportarle una nueva intensidad a tu vida. Sólo la amistad puede hacerte sentir tan fuerte.
-En Pop Pop Pop hablás de "mantener a la gente con la moral en alto". ¿Sentís que tenés una misión en ese sentido.
-Sí. Definitivamente, soy uno de los animadores de la vida, así que estoy aquí para levantarle el ánimo a la gente y hacerla sentir conectada al mundo. Mi misión es sentirme parte de algo más grande que yo mismo. Es mantener a la gente conectada con el universo y mantenerme conectado yo mismo con amor y empatía.
-En este disco trabajaron por primera vez con Nigel Godrich, famoso por producir a Radiohead, Beck y Paul McCartney. ¿Por qué lo eligieron?
-Porque trabajamos con él para sus sesiones From the Basement, y su grabación de eso y el modo en el que la mezcló nos entusiasmó mucho porque capturó el sentido de nuestros shows de un modo que no habíamos escuchado antes. Fue fantástico. Y estábamos buscando avanzar en una nueva dirección sónicamente, como hacemos como cada álbum. Nosotros siempre vamos a trabajar con Kenny (Beats), pero queríamos probar con un nuevo productor. Y pensamos en pedírselo a alguien a quien pudiéramos admirar con un héroe. Y él ha hecho algunos de los mejores discos en la historia de la música. Queríamos ver nuestras capacidades y desafiarnos a nosotros mismos a convertirnos en mejores músicos. Y eso significa ser vibrantes y mirar nuevos paisajes en los que pudiéramos expresarnos verdaderamente. Nuevos tiempos, nuevos colores... Y entendimos que Nigel iba a desafiarnos en el camino correcto.
-La gacetilla de prensa dice que ustedes no tenían letras cuando empezaron a trabajar. Pero, ¿sí tenían claro lo que querían decir?
-Sí, siempre.
-¿Y cambiaron su forma de componer para este álbum, entonces?
-Bueno, sí, escribí en mi casa y (Mark) Bowen en la suya. Él vive en Irlanda y yo en Bristol, así que escribimos por separado y después nos juntamos en Londres, en el estudio de Nigel, y escribimos ahí con él durante períodos de tres días, aquí y allá, diferentes semanas a lo largo del año. Y luego nos juntamos todos como banda, con Nigel y Kenny Beats en Provence y grabamos durante tres semanas. Normalmente Crowler, Bowen y yo escribimos por separado y luego nos juntamos en la sala en Bristol y escribimos con la banda. Pero la circunstancias cambiaron y queríamos escribir sólo nosotros dos con Nigel en Londres.
-Entonces, en ese punto sí tenían algunas letras.
-No, escribí todas las canciones excepto una en el estudio en Francia.
-Ya que sos fan del hip hop, ¿hay algo del freestyle en ese modo de escribir?
-Sí, quizás. El hip hop es la música que amo, con la que crecí, así que quizá sí.
-Antes mencionaste a Bowen y a parecer ustedes dos son personas casi opuestas. ¿Cómo pueden trabajar juntos tan exitosamente?
-Supongo que porque queremos lo mismo, que es la mejor canción posible. Creo que si estás al servicio de la canción entendés que tu ego no es importante, y podés balancear las cosas y chocar hermosamente si sabés que ambos quieren lo mismo. Sólo se trata de versiones muy diferentes de lo que vos pensás que es eso. Pero ese choque es la razón por la que pienso que Idles es tan bueno: somos muy diferentes y ambos nos permitimos serlo. De hecho, celebramos esas diferencias haciendo música hermosa.
-Eso es una suerte de mensaje para las demás personas: se puede vivir juntos siendo diferentes...
-Claro, nosotros venimos de ahí. Empezamos la banda por diferentes razones. Yo quería sentir que era parte de algo mucho más grande que yo. Quería sentir una conexión con el universo y que nuestro público sintiera esa conexión. Y sentirme fuerte por la seguridad de los demás. Y conectar con las personas a nivel humano. El sentimiento, la energía de ser una persona. No los pensamientos y los sentimientos, la energía de simplemente ser. Y eso viene en la música. Y es nuestra energía. Es donde todos somos diferentes y estamos en desacuerdo y no nos miramos a los ojos todo el tiempo, pero nos amamos y respetamos nuestras diferencias. Y nos movemos con el mismo deseo.