El ex ministro de Planificación Julio De Vido fue sometido ayer a estudios médicos en el Hospital Central Penitenciario de Ezeiza, donde quedó detenido el miércoles luego de que la Cámara de Diputados le quitara sus fueros. Imputado en dos causas impulsadas por el gobierno de Cambiemos, con prisión preventiva tras una movida circense organizada por el Ministerio de Seguridad, el ex funcionario y actual legislador podría continuar en el hospital de Ezeiza, ser trasladado a la cárcel de esa localidad o bien al penal de Marcos Paz.
Los pedidos de detención de De Vido los impulsó el fiscal federal Carlos Stornelli, hombre cercano al presidente Mauricio Macri. En la causa relacionada con los acuerdos entre Yacimientos Carboníferos Fiscales y la Universidad Tecnológica Nacional, el juez Luis Rodríguez había rechazado el pedido pues ni siquiera lo había indagado, pero ante el triunfo de Cambiemos en las elecciones y la apelación ante la Cámara, el juez Martín Irurzun tejió una rápida mayoría de 2-1 que le ordenó a Rodríguez avanzar con la detención. En la causa por la compra de Gas Natural Licuado entre 2008 y 2015 la orden la dio el juez Claudio Bonadío.
En el hospital de Ezeiza registraron como “antecedentes de importancia” del ex ministro de 67 años que tiene “diabetes insulino requiriente, taquicardia, asma crónica y coronariopatía no quirúrgica”. “Deambula por sus medios y sin dificultad, lúcido, afebril, no foco neurológico, no signos meníngeos, hemodinamicamente estable, y buena entrada de aire bilateral”, precisó el parte médico. Ayer debían realizarle una ecografía abdominal, ecocardiograma y ecodopler de vasos del cuello, además de interconsultas en cardiología, diabetología y nutrición. Su abogado Maximiliano Rusconi afirmó en declaraciones radiales que De Vido es diabético y “llevó insulina para diez días”. Agregó que no pudo ver a su cliente tras la detención y que no le sorprende que esté deprimido porque “es víctima de un conjunto de decisiones alejadas del Estado de derecho”.