Un auto terminó incrustado en una panadería de Saavedra, luego de un choque donde uno de los involucrados estaría alcoholizado. Milagrosamente no hubo heridos. El siniestro, que ocurrió entre las calles Larralde y Crámer, tuvo como protagonistas a un Renault Logan y un Volkswagen Polo. Este último auto fue el que quedó incrustado en la panadería.
Según le contó una empleada del local a medios televisivos, “el Logan estaba cruzando en verde y el Polo pasó un semáforo en rojo. Nosotras estábamos recién abriendo, no nos pasó nada de milagro”. Y detalló que el conductor del Polo “todavía sigue alcoholizado”. "Él no quiere que revisen el auto. Quiere subirse y sacarlo, pero no lo puede tocar hasta que no lleguen de Fiscalía"
El test de alcoholemia le dió positivo al conductor. Y el comercio quedó totalmente destruido con la mercadería en el suelo y los vidrios tanto del frente como de los mostradores, completamente rotos.
"Hace una semana nos rompieron los cristales en un intento de robo y los cambiamos todos. Hacía tres días que teníamos los cristales nuevos. Ahora nos rompió todo, no dejó ni una heladera sana, la única que quedó sana es la del take away, el resto rompió todo. Me arruinaron. Lo único es que todos estamos bien", precisó la mujer.
El otro conductor de la colisión detalló los hechos: "No estaba trabajando, iba a desayunar a una estación de servicio y me chocó. Yo venía subiendo por Crámer con la luz verde, se me acercó el auto y me golpeó de costado". "Él cruzó en rojo, me golpeó, me hizo girar, él siguió de largo y se estrelló con la panadería", explicó el hombre, quien utuliza el rodado como herramienta de trabajo.
Respecto a su estado de salud, aseguró que no le pasó "nada grave", pero lamentó lo que le ocurrió porque "el auto era recién nuevo", lo sacó "el martes" y lo usa para realizar viajes de pasajeros mediante las aplicaciones. Agregó que el otro chofer estaba "visiblemente tomado, y de ser así su seguro no responde".