No hubo luna llena este domingo por la noche sobre La Bombonera, pero Boca igualmente se transformó en Ozaru (o Gran Mono), como recientemente hizo alusión la cuenta de Twitter del club para honrar a Akira Toriyama, el creador de Dragon Ball, al conocerse la noticia de su muerte.
A Boca le costó mucho generar juego frente a Racing y hasta le fue más fácil provocar murmullos y nervios entre su público, sobre todo en los inicios de cada tiempo. Pero para salir adelante, llevarse los tres puntos y seguir con vida en esta Copa de la Liga tuvo de su lado -siguiendo con la línea de Goku y compañía- los poderes excepcionales de algunos de sus personajes.
¿O acaso el bombazo de Blondel del 1-0 no fue algo de otro planeta? Ni siquiera de otro partido, uno que hasta entonces venía siendo flojo. Luego vino el súper vuelo de Cavani, otra vez muy bancado por su gente a pesar de pifiar más de un cabezazo, cosa que nadie recordará tras el testazo del 3-2. Y finalmente apareció la sabia categoría de Medina para manejar los tiempos cuando había que cuidar la ventaja final, conquista impensada tras la primera remontada académica.
Del otro lado, como en toda gran historia, hubo un villano perfecto: Juanfer Quintero. Y como debe ser, el "malo" de la película tuvo contra las cuerdas al protagonista. El colombiano exRiver metió el 1-1 con algo de carambola tras un error de Lema en la marca, y apenas arrancada la segunda parte, le metió una pelota deliciosa a Maravilla Martínez para el 2-1.
Con Racing arriba y por lo que había mostrado Boca hasta entonces, nada parecía indicar que algo parecido a la fiesta de la previa -un show de fuegos artificiales, papelitos, banderas y cantitos- volvería a tocarse en La Bombonera. Pero la suerte (la buena) estuvo del lado del local en el gol en contra de Colombo para el 2-2 y en un par de peloteos académicos inconclusos contra García -hasta lo terminaron lesionando- y eso fue un golpazo que Racing evidentemente sintió. O al menos servirá para explicar algunas de las groseras distracciones defensivas, como en el lateral que terminó con el gol de Cavani.
Este anime azul y amarillo sumó algo de dramatismo con la salida por lesión de García y el debut de Leandro Brey, acaso el jugador más aplaudido de la noche, lo que probó lo involucrado que estuvo el público con este partido clave. El pibe no tuvo mucho trabajo y la tranquilidad local llegó con el 4-2 de Valentini -como para festejar la citación a la Selección- y hasta pudo haber quinto y algo más en lo que terminó siendo una gran noche de desahogo xeneize, como la del triplete de Cavani. Ahora, Martínez y los suyos deberán trabajar para que no sea cosa pasajera, como la última vez. Lo del Racing de Costitas, complicado (pero tampoco tanto).