El Tribunal Oral Federal N° 2 de Salta, integrado por Gabriela Catalano, María Alejandra Cataldi y Domingo José Batule, comenzó el miércoles último el juicio seguido contra Andrés Ángel Gutiérrez y Jessica Nahir Figueroa, acusados del delito de homicidio criminis causae (cometido para ocultar otro delito) por la muerte de la ciudadana boliviana Rosana López.
La acusación está a cargo del fiscal Eduardo José Villalba y los auxiliares Mariana Gamba Cremaschi y Jorge Viltes Monier. Figueroa también está imputado del delito de transporte de estupefacientes, por la muerte de López y por otro caso que data del 2 de febrero de 2021, en Coronel Cornejo, localidad del Chaco salteño.
En la apertura del debate, la fiscalía presentó su alegato inicial en una audiencia que contó entre el público a fiscales de la provincia de Santa Fe, que están capacitándose sobre el sistema acusatorio (vigente en Salta y Jujuy desde 2019). “Traemos una triste historia, la de una mujer que vivió como no debía y, peor aún, murió como tampoco debía”, sostuvo Villalba antes de relatar cómo sucedió la muerte de López.
El proceso que devino en la muerte de Rosana López se desarrolló entre el 19 y 21 de junio de 2022. El 19 López tomó un colectivo desde la ciudad de Salta a Metán, donde esperaba hacer trasbordo para continuar a su destino final, en la provincia del Chaco.
López llevaba en su estómago 74 cápsulas de cocaína que había ingerido en su casa, en el barrio Solís Pizarro, en la zona oeste de la ciudad de Salta. Iba en compañía de Figueroa, quien -afirmó el fiscal- llevaba la voz cantante de la operación de tráfico, a su vez, dirigida desde el Estado Plurinacional de Bolivia por otros eslabones de la cadena delictiva.
Pero antes de llegar a Metán López comenzó a sentirse mal, con un fuerte dolor estomacal, provocado por el estallido de algunas de las cápsulas que transportaba en su cuerpo. Por esta razón, al llegar a Metán, Figueroa decidió regresar a Salta. La fiscalía destacó que no procuró llevar a López a un centro médico en aquella misma ciudad del sur salteño.
Según la acusación, durante el retorno Figueroa pidió a Gutiérrez que fuera a buscarlas a la terminal de ómnibus de la ciudad de Salta, lo que ocurrió casi a la medianoche, ya que el micro que tomaron de Metán a Salta tenía paradas en casi todos los parajes de rurales.
Con la ayuda de una cadena de videos, extraídos de cámaras de la policía local y de una empresa privada, la fiscalía mostró la cuenta regresiva de la vida de López, su traslado a una “casa de seguridad” de la organización, y luego, tras su muerte, el recorrido realizado para deshacerse del cuerpo en un baldío de la zona sudeste, al costado de la ruta provincial 26. Después, la fuga de Figueroa, que recién fue detenida el 25 de agosto del año pasado.
Según explicó el fiscal, Gutiérrez condujo a las mujeres a una vivienda en el macrocentro de la ciudad, donde Figueroa y otra mujer que también tenía antecedentes por narcotráfico intentaron que López evacuara la droga, pero a esa altura el daño era irreversible.
La fiscalía sostuvo que la misma víctima se convenció de su suerte y le envió mensajes a su hija mayor para que cuidara de sus hermanos y la aconsejó para que nunca fuera a Bolivia.
Por otro lado, en la primera audiencia también declaró un policía de la División Homicidios de la Policía de Salta. Entonces se vivió quizás el mayor intensidad de la audiencia. A pedido de la fiscalía, el testigo leyó un mensaje que Figueroa le mandó a la hija de López, informándole que su madre había muerto y que “iban a tirar el cuerpo”. La joven le pidió “por favor” que no hicieran eso.
El investigador, a quien el tribunal felicitó por su tarea, brindó un detalle pormenorizado del hecho, contó minuto a minuto los movimientos de Figueroa y Gutiérrez, incluido lo sucedido el 21 de junio, cuando fueron hasta la ruta 26 y arrojaron el cadáver de López, que fue hallado al otro día por un trabajador rural.
“Peor que un animal”
La fiscalía afirmó que Figueroa y Gutiérrez tuvieron varias chances de buscar auxilio para López y jamás lo hicieron, lo que marcó como indicativo del desprecio por la vida de la víctima, de quien se deshicieron “peor que un animal”.
En ese marco, la fiscalía destacó que la causa de la muerte de López se debió al estallido de las cápsulas que había ingerido. Ese aspecto fue reconocido por las defensas en una audiencia previa, en la que acordaron no discutir esos hechos en el debate ni la composición de la sustancia que transportaba.
Por otro lado, el fiscal resaltó la labor conjunta realizada con las unidades fiscales de Graves Atentados y de Femicidio del Ministerio Público de Salta y el Cuerpo de Investigaciones Fiscales, con quienes se conformó un equipo de trabajo, tal como lo promueve el Código Procesal Penal Federal.
Por su parte, la defensa de Gutiérrez alegó su inocencia, discutió que el hecho pueda configurar un delito y afirmó que su defendido sólo es un remisero que fue convocado por su oficio.