Las fuertes tormentas que se desataron el martes por la madrugada dejaron importantes consecuencias en la Ciudad de Buenos Aires, el GBA y parte del territorio bonaerense, pero los barrios populares de la ciudad se vieron particularmente afectados debido a los problemas estructurales de tipo sanitario que forman parte de la vida cotidiana de los vecinos que allí viven. “Acá la gente está desesperada, se les inundó todo. Las cañerías está tapadas y el agua llega hasta el segundo piso de las casas”, advirtió María Elena, vecina de la villa 21-24 Zavaleta, ubicada en el barrio porteño de Barracas.
Poco antes de las 6 de la mañana comenzaron las lluvias y las intensas ráfagas de viento que dejaron decenas de calles anegadas, voladuras de techos y caídas de árboles. En la Ciudad Autónoma los barrios que más sufrieron la alerta naranja que emitió el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) por tormentas fuertes, granizo y actividad eléctrica, fueron Pompeya, Barracas, Villa Lugano, Villa Soldati, Palermo y Belgrano.
“Antes llovía pero enseguida se iba el agua, ahora queda estancada y no tiene salida, se va para adentro de las casas. En mi casa estuvimos toda la mañana con mi marido y mi hijo sacando el agua, rezando porque no siguiera entrando. Y así como estuve yo hay gente que está mucho peor”, contó Maria Elena en diálogo con Página 12. Y agregó: “Estamos muy desprotegidos Y ahora con estas lluvias que están viniendo cada vez más seguido no sé qué va a pasar. Nosotros reclamamos y reclamamos pero no nos dan respuesta. Y acá está la consecuencia, hoy se inundó totalmente el barrio, estamos en una situación muy difícil y todos salimos a pedir socorro a la UGIS (Unidad de Gestión de Intervención Social), pero se ve que no dan abasto, porque nadie se acercó”
Cada tormenta implica la pérdida de pertenencias, el anegamiento de las calles, personas que quedan atrapadas en sus casas, y muchos otros posibles riesgos relacionados a la falta de conexiones adecuadas de la luz.
“Es desesperante, prácticamente el 70% de Barracas quedó bajo el agua y muchísimas personas perdieron todo lo que tenían adentro”, alertó Agustín, vecino también de Barracas. “En las casas llegó a entrar desde 50cm hasta un metro de agua –siguió-, y es un peligro porque en muchos lugares no cortaron la luz. Lo más triste es que no tenemos la ayuda de nadie, no aparece ninguna autoridad”,
“Esto no es la primera vez que pasa, cada vez que llueve de esta forma sucede lo mismo acá en el barrio. Es triste ver a la gente en esta situación, con la desesperación de haber perdido todo lo que con mucho sacrificio consiguió. Y todo esto empeora con la situación de hambruna en las que estamos, que nos está haciendo pasar el Gobierno”, manifestó.
Desde el Barrio Padre Mugica, también conocido como Barrio 31, llegaron de igual modo testimonios de vecinos angustiados por las inundaciones. Eduardo, histórico vecino del barrio, detalló a este medio que varios sectores del barrio se inundaron, incluidas las calles principales, y que “las cloacas no podían descargar y se taparon por la acumulación de basura”.
Los videos grabados por los vecinos mostraban las calles principales inundadas, con agua que llegaba hasta las pantorrillas. A través de X varios usuarios fueron publicando fotos y videos de los lugares en los que viven mostrando lo colmados de agua que estaban.
“Aquí en Soldati la inundación dejo un caos total”, dijo Lidia, vecina del barrio, en diálogo con Página/12. “Todas las calles quedaron llenas de agua y fue imposible de cruzar. Las redes fluviales están tapadas totalmente por falta de mantenimiento y los vecinos están muy afectados porque mucho de ellos perdieron las cosas que tenían en sus casas. ¿Quién se hace cargo?”, lamentó Lidia.
El acceso al agua segura, al saneamiento y a la prevención de inundaciones para barrios populares, asentamientos y villas no se encuentra garantizada y en días de tormentas como la de hoy queda expuesta la desigualdad con los otros barrios de la ciudad que sí cuentan con las herramientas.
Mariano, vecino de la Villa 20, ubicada en el barrio porteño de Villa Lugano, cuenta que el barrio lleva ya ocho años, desde enero del 2017, intervenido por el gobierno en un proceso de reorganización que comprende la hechura de viviendas nuevas, casi 1700 departamentos. “Eso implica la apertura de calles y la dotación de infraestructura, para lo cual Gobierno contrató a un grupo de empresas que dejaron las obras a mitad de camino”, sostuvo y agregó: “En medio de eso tuvimos varias crisis, en particular ahora la del Gobierno Nacional que corta los recursos para que continúen las obras y por eso tormentas como la de hoy, si bien afecto a muchos lugares, en la villa 20 es el lugar donde más estragos hizo”.
“La lluvia sacó a relucir lamentablemente la falta de la obra. Ahora el trabajo está en un 50% o menos, en muy pocas casas se hicieron las conexiones de agua por la red de Aysa. Un montón de familias, comedores comunitarios como “Los Patitos” o el comedor de la agrupación Darío Santillan, centros de salud, todos quedaron muy afectados por lo que fue la lluvia”, completó.
Informe por Lucía Bernstein Alfonsín.