La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se convirtió en la primera figura de relieve en sentar posición al cierre de una jornada histórica, en la que se produjo la independencia de la región y la consiguiente intervención a la autonomía por parte del gobierno español. Se plantó frente al “choque de trenes”, la figura con que se graficó lo que podía llegar a pasar hoy. Así se expresó en las redes sociales.

En su texto puso énfasis en la “década de desidia del Partido Popular con Catalunya” que acaba con el cese de la autonomía: “Los que han sido incapaces de proponer ninguna solución, incapaces de escuchar y de gobernar para todos, consuman hoy el golpe a la democracia con la aniquilación del autogobierno catalán”.

Con la misma analogía , se refirió a la alianza independentista  como “un tren más pequeño”, que “ha avanzado sin frenos, con prisa kamikace”. Atribuyó el proceso que llevó al referéndum y a la Declaración Unilateral de Indepdnencia (DIU), a “una velocidad impuesta por intereses partidistas, en una huída hacia adelante que se consuma hoy con una Declaración de Independencia hecha en nombre de Catalunya, pero que no cuenta con el apoyo mayoritario de los catalanes”.

Colau fue electa al frente de la principal ciudad de Cataluña en 2015 y llegó al gobierno por Barcelona en Comú, una alianza de partidos que incluyó a Podemos, entre otras fuerzas. En 2011 se había convertido en el rostro de los indignados en Barcelona, durante la crisis financiera que llevó a la ejecución de hipotecas.

El texto, en el que pide “volver al diálogo”, aboga por “defender las instituciones catalanas, luchar por preservar la cohesión social y la prosperidad de Barcelona y Catalunya. Estaremos con la gente, luchando para que no se vulneren sus derechos”, y rechaza la intervención como la DIU, ya que, a su juicio, “es un error renunciar al 80% a favor de un referéndum pactado, por un 48% a favor de la independencia”.