Durante toda la jornada de ayer, Javier Milei se dedicó exclusivamente a dos tareas: monitorear las negociaciones que intentaban frenar el rechazo del megaDNU en el Senado y bastardear por redes sociales a los legisladores opositores. Todo junto y al mismo tiempo. El resultado, se sabe, no fue el esperado y culminó con un nuevo comunicado oficial, en el que el Presidente denunció que se intenta "socavar al Gobierno y al cambio que votaron los argentinos". Tras el nuevo fracaso legislativo, la vicepresidenta Victoria Villarruel se defendió de las críticas libertarias por haber convocado a la sesión: "Mi compromiso con Milei es inclaudicable", aseguró.
La primera parte del debate, el Presidente lo siguió desde su despacho en la Casa Rosada, al que arribó a las 8.30 AM. Como todos los jueves a la mañana, estaba planificada una reunión de Gabinete, pero fue suspendida en medio del clima de máxima tensión que generó la discusión en la Cámara alta y el conflicto interno con Villarruel.
La bajada de línea fue desmentir cualquier tipo de encontronazo. Así se lo hizo saber a Manuel Adorni, en un desayuno que tuvieron, previo a la conferencia diaria del vocero. "No hay ningún tipo de pelea o interna", vociferó Adorni, al ser consultado por los acreditados en la Casa de Gobierno. Siguiendo el guión presidencial, señaló que se "sorprendieron" por "la mala lectura" que se hizo del comunicado que emitieron el miércoles, en el que claramente se cuestionaba la convocatoria que realizó Villarruel. "No se presten al juego perverso de quienes quieren entorpecer el desarrollo de la Nación", decía.
Por la tarde, a las 15.30, Milei abandonó la Casa Rosada para terminar de ver el debate en la quinta de Olivos. Desde ahí y sin despegarse del celular, compartió mensajes en redes sociales que fustigaban al Congreso de la Nación, en general, y en particular al presidente de la UCR, Martín Lousteau, por haber votado en contra. "Nunca ganó nada y siempre traicionó. Nos puso al borde de una guerra civil y sigue haciendo daño a la Democracia, ser despreciable si los hay", rezaba uno de los mensajes. Además, compartió una publicación que promovía llamar a los despachos de los senadores opositores, a los que se calificaba de "delincuentes". "Está instigando al linchamiento. Es grave", le respondió el senador José Mayans desde el recinto.
Más allá del berrinche virtual, el mandatario estuvo expectante durante todo el día de los intentos de negociación con "la casta" para cambiar el rumbo de la sesión. Hubo contactos con gobernadores y empresarios que no lograron torcer el resultado. Los aprietes, incluso, fueron reconocidos por el senador radical Pablo Blanco. "En las últimas horas de ayer, me llamaron representantes de las empresas que están instaladas en Tierra del Fuego y me dijeron 'vos fijate cómo vas a actuar'", reveló.
El rotundo traspié en el Senado, sin embargo, fue inevitable y significó un nuevo día de furia de Milei. El Presidente volvió a manifestar su bronca a través de un comunicado, en el que reprochó que se le hayan "habilitado casi 500" DNUs al kirchnerismo y rechazado uno a él "a solo 3 meses de la asunción". "Resulta imposible interpretar esta decisión de otra manera que como un intento de socavar el Pacto de Mayo, el Gobierno Nacional y el cambio elegido por los argentinos", afirmó y recordó que en la apertura de las sesiones ordinarias, planteó dos caminos posibles: "el acuerdo o la confrontación". "Ha llegado el momento de que la clase política decida de qué lado de la historia quiere quedar", concluyó en tono amenazante.
Caída la noche, en el oficialismo seguían procesando la bronca por el golpazo que implicó la convocatoria de Villarruel. La explicación de la Casa Rosada, en público, es que no existe ninguna pelea y que el comunicado del miércoles estaba dedicado exclusivamente a la "casta política", de la cual la vicepresidenta --supuestamente-- no forma parte. "No entendemos por qué se hizo una lectura desacertada", sostuvo Adorni. Lo que se opina puertas adentro, no obstante, va en otro sentido. Las dudas que expresó José Luis Espert circulan en las filas libertarias. El diputado no descartó que Villarruel esté detrás de un "plan de desestabilización".
Para intentar despejar esos temores, la presidenta del Senado rompió el silencio con un video en redes sociales. “Mi compromiso con Argentina y con Javier Milei es inclaudicable", indicó y aclaró que trabajan "espalda con espalda, a pesar de los incansables intentos por dividirnos".
Sin embargo, sobre el final del video, también le marcó la cancha al Presidente. Frente a las presiones del Ejecutivo, resaltó que "el Senado es la Casa de las Provincias" y "un poder independiente de la República". Le dijo además: "Yo no me voy a convertir en Cristina Fernández de Kirchner. No me voy a convertir en aquello que vinimos a cambiar”. Y completó con un mensaje desafiante: ”No hay gobierno sin institucionalidad”.