El hombre no era un nene de mamá, precisamente. Porque su frondoso prontuario policial dicta que tenía causas por intento de robo, atentado y resistencia a la autoridad, robo calificado y lesiones. El hombre nunca fue muy amigo de las cámaras y solía rehuir a las entrevistas. Acaso tuvo sus quince minutos de (mala) fama en los medios cuando se enfrentó en 2012 con el entonces titular de Independiente, Javier Cantero, en una discusión que hasta fue transmitida por televisión en la puerta de la sede de la avenida Mitre. El hombre fue deportado en Sudáfrica (2010) y Brasil (2014), en pleno desarrollo de los últimos dos Mundiales, y en su regreso al país ocultó su rostro con una careta, un barbijo y hasta con una peluca. Pero en 2015 redobló la apuesta tras blanquear su deseo de presidir la institución de Avellaneda. Finalmente Pablo “Bebote” Alvarez, líder de la barra brava del Rojo y buscado por Interpol por el delito de “extorsión” contra el técnico Ariel Holan, se entregó en el Polo Judicial de Avellaneda.
El “incidente Bebote” sumó un poroto más a la intranquilidad institucional de Independiente, que debió soportar malos tragos con presidentes y técnicos que pusieron al club en primera plana por cuestiones ajenas a lo deportivo a partir de 1991, cuando Alvarez se proclamó jefe de la barra. Todo comenzó la semana pasada, cuando Holan se retiraba del predio de Villa Domínico y fue abordado por unos sujetos encabezados por Bebote, quien le habría exigido 50 mil dólares al DT para ir al Mundial de Rusia 2018. El episodio fue denunciado de oficio al día siguiente por Juan Manuel Lugones, titular de la Aprevide (Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte), que depende del Ministerio de Seguridad bonaerense. El propio entrenador declaró sobre lo ocurrido ante la fiscal del caso y se ordenó una restricción perimetral por la cual el barra no podía acercarse a menos de 200 metros de Holan, su cuerpo técnico y sus familias durante 180 días.
“Además de extorsión y amenazas, la denuncia es por privación ilegítima de la libertad de Holan, ya que fue ‘paseado’ dos horas. Holan es la víctima y estuvo a la altura de las circunstancias cuando prestó declaración. Es una persona valiente”, explicó Lugones. “La dirigencia me quiere ver preso”, se defendió Bebote, apuntando contra Hugo y Pablo Moyano, presidente y vocal de Independiente, respectivamente.
Por su parte, Débora Hambo, abogada de Alvarez, siguió insistiendo en que su defendido “no se subió al auto” del técnico por la fuerza sino que “lo invitaron a subir”. “Alvarez es, para muchos, un personaje interesante para estar preso”, señaló la letrada. Lo cierto es que Bebote ya enfrentó cuatro causas penales y estuvo preso en el penal de Sierra Chica. Luego de entregarse a la Justicia, escribió una nueva página en su relación con Independiente, el club del cual sigue siendo socio activo.