Con un concierto en torno al “error” el sábado comenzará la temporada del Ensamble ArtHaus. A las 20.30, en el auditorio de Bartolomé Mitre 434, la formación creada por Andrés Buhar, en esta ocasión bajo la dirección de Pablo Duker, interpretará obras de William Dougherty, Simon Steen-Andersen, Nicolás Medero Larrosa, Bart de Vrees y Beat Furrer. El programa repetirá el domingo a las 18.30.
En los últimos años ArtHaus ha cimentado un espacio propio, una propuesta personal y un público interesado. Una casa que adentro tiene un ensamble que aborda con el rigor técnico y artístico necesarios un ciclo de conciertos dedicado al vasto y tantas veces inabarcable universo de la música contemporánea. “Desde el inicio pensamos ArtHaus como un centro de creación, una nave para emprender pequeños y grandes viajes, con sus riesgos, sus errores y aciertos. Con la que incluso podamos perder el rumbo para encontrar nuevos caminos”, define Andrés Buhar, compositor y director artístico de la casa. “En ese sentido, contar con un grupo de gente que permita enfrentarse a problemáticas, desarrollar ideas, proponer nuevas formas de difusión, cuestionarse los modos de producción es esencial”, agrega en diálogo con Página/12.
Con una formación móvil, que cambia según las necesidades de cada programa, el Ensamble ArtHaus está integrado por algunos de los mejores solistas de la escena contemporánea local. “En el contexto de un centro cultural, el ensamble fue pensado como una potente maquinaria de producción, para crear, hacer circular y estrenar música de la mejor manera posible, cuestionar formas establecidas de concierto, proponer nuevos formatos y por supuesto facilitar la conexión con públicos diversos”, explica Buhar y agrega: “Es muy importante que el ensamble sea estable, porque eso nos permite enfocar un trabajo a largo plazo, construir un proyecto colectivo y crear una comunidad. En definitiva, generar un espacio de pertenencia para la circulación de ideas”.
Lucas Fagin, compositor y programador del ensamble, asegura que a este punto se trabaja sobre bases sólidas que es oportuno aprovechar y profundizar. “Ya nos conocemos y conocemos el territorio. En esta segunda temporada vamos por más, con una serie de conciertos desafiantes no sólo en cuanto a lo artístico sino también en relación a lo técnico”, dice Fagin y anticipa que pensó el primer programa en función del error y sus posibilidades. “Es posible sacar ventajas del 'glitch' o error, como se le llama a una falla en un sistema informático. ¿El nacimiento y el uso de la tecnología surgen por necesidades expresivas o, al contrario, las nuevas herramientas tecnológicas potencian (o corroen) el imaginario y la creatividad? Sobre esta pregunta articulamos músicas que emplean nuevas –y no tan nuevas– tecnologías para abrir otras capas de la percepción. Sonidos electrónicos, video e instrumentos acústicos se mezclan en una especie de tsunami sonoro, para dar un panorama de la obra de compositores de esta época, locales e internacionales”, detalla.
“Study for String Instrument #3, del danés Simon Steen-Andersen, para violoncello y video, extrae un contenido poético de la idea del glitch y propone un formato de obra no identificado. La mecánica de los gestos del cellista comienza a desfasarse poco a poco, hasta que termina desdoblándose en una especie de Dios hindú pluriforme, formado por un contrapunto de imágenes de video y sonidos que se bifurcan”, explica Fagin sobre las obras del primer programa. “En Old red barn, William Dougherty nos funde en una imagen fluctuante, una fuente de acordes luminosos, incandescentes. Por momentos nos sentimos como si estuviésemos en comunidad alrededor de una fogata chisporroteante. Oil Rainbow, del argentino Nicolás Medero Larrosa, nos hipnotiza con acordes resbaladizos que remiten a relaciones y cadencias modales cruzadas también por el mundo de los microtonos”. Linea dell’orizzonte, del austríaco Beat Furrer, obra acústica que refleja el trabajo de un refinado artesano sonoro, y Posthuman Digital Neurosis, para video, electrónica y dos instrumentos, del holandés Bart de Vrees, completan un programa atractivo.
La temporada del Ensamble ArtHaus continuará en abril, el 20 y el 21, con un programa centrado en Different Trains de Steve Reich que incluirá obras de Diego Tedesco, Raphaël Cendo y Rebecca Saunders. En mayo se podrá escuchar Professor Bad Trip I, II & III, del italiano Fausto Romitelli, y en junio tendrá lugar un espectáculo de danza a cargo de Diana Teocharidis y Gonzalo Córdova, con música de Giacinto Scelsi. El 7 de agosto, el Ensamble ArtHaus va a dar su primer concierto fuera de su auditorio, invitado por el Teatro Colón dentro del ciclo Colón Contemporáneo. “Iremos con un programa muy variado y exigente, que incluirá el Kammekonzert, de Gyorgy Ligeti, además de música de Conlon Nancarow, Unsuk Chin y un estreno del argentino Pablo Rubino, encargo conjunto del Teatro Colón, ArtHaus y BabelScores Online Library”, anticipa Buhar.
Otros encargos de ArtHaus se podrán escuchar en los conciertos del 7 y 8 de septiembre, que incluirán obras de Agostina Crespo e Iván Knees, además de Talea de Gérard Grisey, y del 5 y 6 de octubre, cuando se produzca el estreno de obras de Marcelo Delgado y Ana Lara, entre piezas de Franco Donatoni, Luis Naón y el mismo Lucas Fagin. El cierre de la temporada será con una nueva versión de la Historia del soldado, de Igor Stravinsky, en versión de títeres y objetos, a cargo de Román Lamas, con ocho funciones entre el 23 de noviembre y el 15 de diciembre. “También estamos muy contentos con la creación de la beca ArtHaus-Mozarteum, que ofrece una residencia en París con una programa de actividades de formación con referentes e instituciones francesas, para la creación de una nueva obra que se va a estrenar en ArtHaus en la temporada 2025”, se entusiasma Buhar ya pensando en el año que viene.