Desde San Pablo

En Río de Janeiro, donde Jair Bolsonaro controla a voluntad el poder político, la policía y las “milicias” – grupos comparables a los paramilitares colombianos - circuló un video inusitado captado en la habitación de un hospital, donde se encontraban internados varios presos pertenecientes una de las organizaciones paramilitares más importantes de Río y de Brasil.

Formadas por policías y militares, las “milicias” son conocidas por su brutalidad: realizan desde ejecuciones sumarias hasta el descuartizamiento de los cuerpos de sus enemigos para su posterior ocultación en medio de la vegetación selvática que sube por los morros.

Hace dos meses fue descubierta una finca perteneciente a uno de estos grupos donde los cadáveres desmembrados eran devorados por los puercos. Una práctica conocida en Colombia.

Hospital(idad)

Volvamos al video registrado dentro del Hospital Municipal Don Pedro II ubicado en el barrio de Santa Cruz, zona oeste carioca. Dos policías, uno de ellos luce excedido de peso, vestidos con uniformes negros aparecen dentro una habitación de paredes claras   en la cual hay varias camas. Junto a los sargentos , sobre lo que parece ser una mesita, se ve una torta y una botella de refresco.

Segundos más tarde los agentes del orden comienzan a agasajar a uno de los “milicianos” cantándole el feliz cumpleaños. El homenajeado agradece la hospitalidad de sus cancerberos , con risas y aplausos esforzados dado que está esposado a la cama y una de sus manos está vendada.

Mientras tanto, los otros presos, ellos también milicianos y esposados, se suman al coro desde sus lechos. En el medio del pastel cumpleañero hay una vela al parecer colocada po los policías conniventes con el crimen organizado.

Mafias y policías

El video repercutió en los canales de noticias el miércoles mientras viralizaba en las redes sociales donde no faltaron los memes con ironías sobre la afinidad entre las fuerzas de seguridad y estos ejércitos clandestinos a los que la gobernación de Río, conocidamente bolsonarista, trata con suma condescendencia. Lo mismo que la justicia local.

Algunos comentarios en las redes recordaron las incursiones de la policía en las favelas, a donde irrumpe a sangre y fuego, con un saldo de decenas de inocentes asesinados en los últimos meses. Lo cual contrasta con el aterciopelado trato dado a los sicarios internados en el hospital.

Poder corroído

Representantes de estas “milicias” se han enquistado en el Estado ocupando cargos en el segundo y tercer escalones de la administración provincial, así como en la Legislatura y el Concejo Deliberante. Algunos representantes de este Estado paralelo treparon hasta el Congreso nacional donde forman parte de la “Bancada de la Bala”.

Práctiacamente ningún político se anima a desafiar abiertamente a estas mafias establecidas en centenas de favelas cariocas e incrustadas en las instituciones. Salvo algunos pocos como la concejala Marielle Franco, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), asesinada hace seis años, el 14 de marzo de 2028 en el centro de la ciudad donde curiosamente no había presencia policial ni cámaras de seguridad encendidas.

Los presuntos autores del asesinado son dos “milicianos”. Uno ellos, el que habría ejecutado a Marielle con tiros de ametralladora es el policía jubilado Ronnie Lessa quien fue vecino, elector y contertulio de Bolsonaro. Vivendas da Barra se llama el barrio privado donde residieron el Lessa y el ex mandatario.

Aniversario de Marielle

El jueves último al recordarse el aniversario del crimen político que estremeció al país como ningún otro en décadas, cuyos autores intelectuales aún no fueron identificados, el presidente Lula prometió seguir trabajando para su esclarecimiento.

Lo principal es revelar quien mando a matar a la militante surgida de las favelas, prometió Lula en 2022 cuando era candidato. Compromiso que luego se transformó en decisiones de gobierno a partir del 1º de enero de 2023.

Una vez llegado al Palacio del Planalto designó a Anielle Franco, hermana de Marielle, como ministra de Igualdad Racial, cargo desde el cual ejerce presión para que el caso no caiga en el olvido. E instruyó al Ministerio de Justicia, para que federalice tanto como pueda las investigaciones con lo cual logró desmontar ( en parte) la telaraña tejida por policías y autoridades judiciales de Rio, siempre tuteladas por Bolsonaro.

La idea de Lula es recuperar el tiempo perdido. Durante el gobierno de extrema , entre enero de 2019 y diciembre de 2022, hubo maniobras posiblemente orquestadas entre policías y “milicianos” para desviar las averiguaciones a través de indicios plantados. Para hacer más difícil el esclarecimiento del atentado fueron removidos algunos comisarios de la Policía Federal y fiscales relativamente independientes.

Federalización

Una de las primeras acciones concretas del lulismo fue hacer saber a los dos ejecutores del atentado, Ronnie Lessa y Elcio de Queiroz, que se acabaron las indulgencias. Con ello se logró que Queiroz, chofer del vehículo que interceptó al de Marielle, aceptara romper el silencio en julio del año pasado. 

La extensa confesión del miliciano Queiroz echó luz sobre costosa preparación del ataque, que llevó semanas de espionaje y logística, así como los detalles del despiece del auto usado en el atentado. Y de las reuniones en el complejo Vivendas da Barra, a metros de la casa de Bolsonaro.

Después del arrepentido Queiroz habló el propio Lessa, uno de los matadores mejor pagos del país con fama de ser duro entre los duros. Pero hasta ahora la justicia no homologó su delación.

Avances

Los avances logrados en estos quince meses de gobierno del Partido de los Trabajadores, si bien no dieron con los mentores del crimen y por lo pronto no se puede asegurar que ello ocudrirá, han incomodado a Bolsonaro. Que lanzó amenazas oblicuas por medio de sus laderos.

Así lo hizo el miércoles último a través de los diputados, Comisario Eder Mauro y Gilmar de la Federal, ambos policías, que gritaron en el Congreso nacional, “Marielle acabó, carajo” e insultaron a la legisladora federal por Rio, Talíria Perrone , exigió el esclarecimiento del caso y acusó a sus adversarios de ser “torturadores”.

Bolsonaro y la Corte

En la tarde del viernes el Supremo Tribunal Federal (STF) anunció que pidió para sí el proceso sobre el crimen que costó la vida de Marielle y su chofer, Anderson Gomes. Este sábado Bolsonaro no habló del tema durante los actos proselitistas que realizó en Rio de Janeiro con vistas a las elecciones municipales que se realizarán en estado y el resto del país en octubre.

Detrás de ese silencio tal vez se esconda la alarma del ex mandatario y su entorno de “milicianos” ante unas averiguaciones que presumiblemente serán más eficaces ahora que están bajo la égida de la máxima Corte, sin mucho margen para que haya obstrucciones provinciales.

El argumento formal invocado por la Corte es que en las diligencias de los últimos meses habría surgido el nombre de una persona con fuero especial como autor intelectual del atentado. La pregunta que flota en los pasillos del Congreso y la gobernación de Rio, en los mentideros "milicianos" es si se trata de algún político próximo al ex presidente.