Las lluvias registradas durante febrero lograron frenar la caída en la producción de la soja y se prevé que la campaña nacional alcanzará las 50 millones de toneladas (Mt), una cosecha y media más que el ciclo pasado. En tanto, las estimaciones para el maíz se mantienen en 57 millones de toneladas, aunque los especialistas advierten sobre las consecuencias que puede traer la plaga spiroplasma que se está esparciendo por la región. Desde la Bolsa de Comercio de Rosario estiman que Santa Fe aportará unos 11,44 millones de toneladas a la producción nacional de soja y es la provincia con mejor rinde estimado para marzo, con 36,7 quintales por hectárea (qq/hh). “Hace mucho que Argentina no llega a las 50 millones de toneladas así que es una buena noticia, porque las lluvias pudieron ponerle un piso al rinde y no seguimos hablando de pérdidas”, explicó el ingeniero agrónomo de la BCR, Cristian Russo, en diálogo con Rosario/12. No obstante, la caída de los precios internacionales de los commodities afectó el valor de la producción agrícola en todo el país y se estima que en dos meses perdió 4.700 millones de dólares.

El mes de febrero registró lluvias que en distintos puntos del país superaron la media mensual. “El cambio llegó tarde”, explica un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, donde agregan que la ola de calor de enero terminó arrebatando la posibilidad de alcanzar una “supercosecha” de 55 millones de toneladas. No obstante, las precipitaciones que comenzaron a registrarse durante los primeros días de febrero lograron ponerle un piso a la soja y mejorar sus estimaciones en 500 mil toneladas respecto a febrero. En concreto, la producción argentina de soja se estima en 50 millones de toneladas, lo que representa una mejora sustancial respecto a la anterior campaña, que califican como “el peor ciclo de la agricultura moderna en Argentina”.

“Veníamos muy golpeados por la ola de calor que tuvimos después de la primera quincena de enero y la primera semana de febrero, pero finalmente gracias a la lluvia hubo una recuperación bastante importante en Santa Fe, Córdoba, buena parte de Buenos Aires y también La Pampa”, analizó Russo. Y agregó: “Hace mucho que Argentina no llega a las 50 millones de toneladas, así que es una buena noticia porque las lluvias pudieron ponerle un piso al rinde y no seguimos hablando de pérdidas. Y también mejoró bastante lo que es la última parte del llenado en soja. Esperemos que en las cosechadoras tal vez incluso pueda haber alguna sorpresa más”.

El informe señala que Santa Fe aportará 11,44 millones de toneladas, un 22,88% de la producción nacional. Las estimaciones dejan a la provincia apenas por debajo de Córdoba (13,78 Mt) y de Buenos Aires (15,46 Mt), aunque también con una menor superficie sembrada: 3,25 millones de hectáreas, contra 4,45 millones de hectáreas en Córdoba y 5,44 millones de hectáreas en Buenos Aires. En ese marco, Santa Fe se ubica como la provincia con mejor rinde con 36,7 quintales por hectárea, superando a Córdoba (32,2 qq/hh) y Buenos Aires (29,6 qq/hh).

Desde la entidad señalaron que la soja ha tenido mejoras que contribuyen a subir la media productiva en casi un quintal, sobre todo desde el norte de Rosario hasta la zona de Rafaela. La consolidación de 36,7 quintales por hectárea supera con creces la marca de la temporada pasada, cuando la provincia había registrado un rinde de apenas 13,2 quintales por hectárea. “Después de todo lo que hemos pasado, sin dudas que es una noticia muy importante”, explicó el ingeniero agrónomo y añadió: “De toda la producción nacional, gran parte sale del corazón de la región pampeana, lo que es el área de influencia de Rosario”.

Pese a que las lluvias de febrero se celebraron luego del calor de enero y la temporada de sequía, el especialista también empieza a mirar con preocupación la cantidad de milímetros que cayeron en algunas zonas del país y las consecuencias que puede generar: “Para la soja vino muy bien, pero ahora estamos entrando en otro tema porque las lluvias siguen. En algunas localidades se estaba acumulando arriba de 100 milímetros y en la zona aledaña a Rosario hay mucha cantidad de agua. Son lluvias muy localizadas, estamos un poco nerviosos porque es mucha agua que puede complicar un poco la cosecha y deteriorar los cultivos que se están esperando. Pero no dejamos de ser optimistas”.

En cuanto al maíz, desde la Bolsa de Comercio de Rosario advierten sobre la pérdida de peso en el llenado de granos por la ola de calor que viene afectando los primeros lotes de la cosecha. Pero lo que está generando preocupación en el sector, principalmente en las provincias de Córdoba y Santa Fe, es la plaga de spiroplasma, una enfermedad que llega al maíz a través del insecto chicharrita. Si bien se trata de una problemática típica en las provincias del norte del país, el calor y la falta de agua fomentaron que la plaga también se esparza hacia el sur.

En el informe se destaca que en algunos departamentos santafesinos ya se detectaron lotes que no se van a cosechar por Spiroplasma. “Hay técnicos que dicen que unas semanas atrás, esperaban un daño de 5 al 10%. Pero al avanzar la etapa reproductiva, estiman ahora pérdidas del 70 al 80%”, detalla el estudio. “Lo que genera preocupación es que la plaga no está poniendo un piso. Algunos hablan de un daño promedio que puede rondar el 30%, pero que no saben que puede suceder mañana. Es una situación que no te permite ponerle freno a la pérdida de producción”, explicó Russo y agregó: “Estamos en la puerta de un recorte que puede ser muy importante producto de esta plaga que se metió en la región central”.

No obstante, por el momento las previsiones para el maíz se mantienen: se espera que la producción para la campaña 2023/2024 alcance las 57 millones de toneladas en todo el país, con un rinde de 76,9 quintales por hectárea. A ese total, Santa Fe aportaría 6,70 millones de toneladas, un 11,75% del total. La provincia quedaría por debajo de Buenos Aires (15,67 Mt) y Córdoba (20,58 Mt). Aunque también con menor cantidad de superficie sembrada: 0,88 millones de hectáreas, contra 2,31 millones de hectáreas de Buenos Aires y 2,71 millones de hectáreas de Córdoba. En cuanto a los rindes, Santa Fe también encabeza el podio con 94,3 quintales por hectárea, por encima de Córdoba (85,5 qq/hh) y Buenos Aires (78,3 qq/hh).

A pesar de las mejoras respecto a anteriores campañas, el valor de la producción agrícola para 2024 estará afectado por otro aspecto: la caída de los precios internacionales de los commodities agrícolas afectó el Valor Agregado Bruto de la cosecha que, al mes de febrero se estima en 10.453 millones de dólares, es decir, unos 4.700 millones por debajo de la proyección de diciembre. Desde la entidad señalaron que puede ser el segundo valor más bajo desde la campaña 2018/2019, casi un 20% por detrás del valor promedio del producto agrícola de los últimos cinco años.

“Ha sido una novela esta campaña de soja. Primero no podíamos sembrar. Después las cosas se pusieron muy bien, después vino esa ola de calor y después vinieron las lluvias que ahora generan preocupación porque no frenan. Es una novela que no deja de tener tensión”, resumió Russo. “Pero me parece que haber alcanzado las 50 millones de toneladas es bueno. Hacía unos cinco años que no alcanzábamos ese número. Esperemos que empiece a cambiar un poco el valor de los commodities afuera, porque hubo una gran depreciación respecto a un año atrás. Pero esta producción, después de lo que pasamos, sin dudas que es una noticia muy importante”, añadió.