“Es hermosa e igual a su mamá”, fue la primera impresión de Aldo Tartaglia luego de ver una foto de su sobrina, hija de su hermana desaparecida durante la última dictadura, que el jueves se convirtió en la nieta 125 recuperada por Abuelas de Plaza de Mayo. “Vimos una foto y nos morimos de amor. Apenas la vimos y ya la amamos”, dijo Lucía Tartaglia, el mismo nombre que su tía, durante la conferencia de prensa para anunciar la noticia en la Casa de Gobierno de La Pampa.
Militante de la Juventud Universitaria Peronista, Tartaglia fue secuestrada el 27 de noviembre de 1977, a sus 24 años, en La Plata, donde estudiaba derecho. Su madre, María Rosario López de Tartagla, viajó de inmediato desde Santa Rosa, golpeó todas las puertas imaginables pero no obtuvo ningún dato. En noviembre de 1978 Aldo recibió una carta escrita de puño y letra por su hermana, que logró sacar del centro clandestino Olimpo la familia de otra secuestrada. En una segunda y última carta Lucía les informó que estaba embaraza y que esperaba dar a luz a principios de 1979. Apuntó que si tenía un varón lo llamaría Sebastián y que si era mujer sería María Victoria o María Laura. Por sobrevivientes se supo que atravesó sus últimos meses de vida en el circuito represivo Atlético-Banco-Olimpo, que concibió a su hija con un compañero de cautiverio (que recuperó la libertad y murió años atrás, aunque no hay todavía certeza científica de esa información) y que la llevaron a dar a luz en el Hospital Militar. “Lucía era una mujer muy bella por adentro y por afuera. Y estaba feliz de estar embarazada, aún en esas condiciones”, recordó años atrás Graciela Trotta, sobreviviente del Olimpo y testigo incansable.
Abuelas de Plaza de Mayo informó ayer que la joven accedió a dar una muestra biológica para cotejar su ADN luego de “un tiempo prudencial” desde que le comunicaron que existían dudas sobre su identidad. El jueves a la mañana le notificaron el resultado positivo, a las tres de la tarde Carlotto le dio la noticia por teléfono al tío Aldo y a la noche, como ya se había filtrado, lo anunció sin dar detalles durante la celebración del 40 aniversario de la organización. “Una vez más celebramos por la libertad de una nueva nieta que se atreve a conocer su verdad y alentamos a todos aquellos que puedan aportar información sobre posibles hombres y mujeres que estén en la misma situación a que así lo hagan”, convocó Abuelas en su comunicado.
“No lo podemos creer pero la realidad es que se encontró a mi sobrina. Hay momentos que lloramos y otros que nos reímos. Pienso mucho en mi mamá y en toda su fuerza, que siempre nos dio para buscar a su nieta. Empezamos a recordar todas las cosas que nos pasaron desde el ‘76 hasta la actualidad”, contó Aldo en la conferencia.
“Lo único que lamento es que no esté María, hizo mucho y la buscó mucho”, sostuvo el gobernador Carlos Verna, presente en la conferencia, en referencia a la madre de Lucía, ya fallecida. “Si esta formulación pudo ser hecha en este momento fue por la lucha y la perseverancia de María Tartaglia”, coincidió Juan Carlos “Pinky” Pumilla, militante y ex detenido durante el terrorismo de Estado, a quien Aldo agradeció y llamó “hermano del alma”.
“Es un alumbramiento para toda la provincia de La Pampa”, destacó Pumilla, quien remarcó la importancia de respetar los tiempos de la joven ya que se trata de una búsqueda de casi cuarenta años pero que “para ella lleva horas, con lo cual desde aquí no se hará nada para entorpecer el grado de maduración de su nueva situación, ya que debe estar cruzada por mil emociones y necesita ajustarse a su nueva realidad”. “Basta saber que es la hija de Lucia Tartaglia”, dijo.A partir del diálogo con Carlotto, Aldo contó que estaba contento porque “ella ya vio las fotos de mi mamá, escuchó las grabaciones que tenían en Abuelas, todas las fotos de las compañeras y compañeros de Lucía” y “si ella lo aceptó hay algo que nos va acercando”, se esperanzó. “Estoy tan emocionado que no puedo creerlo. Fue algo sorpresivo. Ayer nos comentaron de Abuelas que habían encontrado a la nieta pero nos dijeron que lo mantuviéramos en prudencia. Luego se filtró y bueno, para nosotros era una alegría enorme. Ayer nos cambió la vida”, reconoció. “Debe ser una emoción muy grande encontrarme con esa niña, porque yo tuve siempre la idea de que era una niña”, contó.
–¿Cuánto peso menos tienen como familia?, le preguntaron.
-No sé. Peso tenemos mucho porque falta mi hermana. Como prometí encontrar a mi hermana, voy a encontrar el cuerpo de ella. Quiero destacar a mi mamá por su fuerza, que nunca bajó los brazos, y a una persona que siempre me ayudó, dónde ir a preguntar, qué decirle a(l juez Daniel) Rafecas y otros jueces, que es ‘Pinky’ Pumilla. Él me ayudó y me sigue ayudando. Yo digo que es mi hermano del alma.
“Me imagino encontrarme con ella, pero ¿qué le puedo decir? No tengo palabras. Capaz que nos encontremos y le diga muchas cosas. O nada, no sé”, admitió. “Acá las fiestas en Navidad o Año Nuevo son tristes desde el año 1976. Aún estando viva mi mamá las fiestas eran tristes. Hoy nos cambió. Yo digo que mi mamá, mi viejo, mi hermana Lucía, están junto con nosotros. Yo soy católico y me siento protegido por ellos”, confesó Tartaglia.
-¿Qué visión tiene de la política de Derechos Humanos? -preguntó un periodista de Plan B y Radio Kermés
-Lo de Abuelas es fabuloso. Estamos en democracia, hay que seguir y defenderla. Gracias a Abuelas, pero al presidente Mauricio Macri le diría que los derechos Humanos no son un curro.
“Quiero dejar un mensaje de esperanza y de que nunca más vuelva a pasar”, expresó. “Se cierra la etapa de la búsqueda de mi sobrina y se abre la etapa de que ella integre nuestra familia. Somos una familia completa. Sólo resta mi hermana, que también la voy a encontrar. No me voy a morir sin encontrar los restos de mi hermana”, aseguró. “La espero ansioso. La amamos, la buscamos con felicidad y alegría y estamos felices de poder compartir esta alegría enorme que la vida nos da. Me hubiese gustado que estuviese mi mamá”, concluyó.