La tarde comenzó a puro festejo para River. Y lo más sorprendente no fue la aparición de la Supercopa Argentina ganada por el club el miércoles último, sino la ovación que recibió el director técnico Martín Demichelis, cuando su nombre se escuchó por los altoparlantes.
La respuesta del público fue clara, ante el clima de incertidumbre que rodea al entrenador en relación a su continuidad. Y también fue un respaldo grande por el distanciamiento que mantiene con Enzo Pérez, el actual jugador de Estudiantes que ocupa un lugar muy especial para la gente de River.
El trofeo fue exhibido en la foto grupal antes del compromiso ante Gimnasia -los visitantes ofrecieron un pasillo de bienvenida-, mientras una nueva bandera aparecía en ese instante en la tribuna Sívori con la inscripción "Gracias por esta alegría". La euforia continuó con un arranque avasallador de River, que se fue encima de su rival y provocó dos situaciones claras para convertir, una de Echeverri y otra de Herrera.
El vértigo se vio opacado cuando Paulo Díaz intentó salir jugando desde el fondo, pero terminó perdiendo la pelota con Benjamín Domínguez, quien encaró derecho hacia Armani. El delantero se abrió hacia la derecha y remató cruzado para convertir el gol. El arquero llegó a rozar la pelota pero no pudo evitar el desvío.
Gimnasia mostró el atrevimiento de varios juveniles que combinaban con acierto, sobre todo por el sector izquierdo, y complicaban las intenciones del local. El autor del gol y De Blasis ofrecían buenas acciones cuando se juntaban. Y los que también se sumaban a ellos eran Saravia y Abaldo. El mejor repertorio de los platenses estaba en la mitad de la cancha.
River continuaba su búsqueda aunque ya no era tan claro. Pero cuando la ansiedad se empezaba a notar desde afuera, una gran maniobra individual de Echeverri provocó que llegara al empate -su primer gol en el club- a los 29 minutos. El chico apareció por la izquierda, enganchó en el área para dejar parado a Saravia y convirtió con un zurdazo al primer palo de Insfrán.
El partido continuó con el mismo ritmo en la segunda parte. Los dos equipos seguían insistiendo para llegar al desequilibrio, y atacaban con mucha gente en el área adversaria. Los arqueros tenían que exigirse con continuidad, debido a que la profundidad aparecía con mucha frecuencia.
El que pudo romper la paridad fue finalmente González Pirez, que tomó la pelota luego de un rebote y le dio al arco desde afuera del área. La misma rozó en la cabeza de Felipe Sánchez antes de ingresar al lado del palo izquierdo de Insfrán.
El delirio se terminó de concretar cuando el ingresado Colidio convirtió el tercer gol, con un toque suave frente al arquero, después de una habilitación de Ignacio Fernández. La victoria le permitió a River regresar a la cima del grupo A, y la clasificación a los cuartos de final de la Copa de la Liga está cada vez más cerca, cuando quedan tres fechas para cerrar las zonas.