El mercado registró este lunes una jornada de euforia. La bolsa porteña marcó una suba de 5,2 por ciento y se destacaron principalmente los saltos de las empresas energéticas. En Nueva York, algunas empresas argentinas llegaron a trepar hasta 13 por ciento. El índice de la bolsa porteña alcanzó su máximo medido en dólares desde 2019. Mientras tanto, los bonos soberanos en moneda extranjera también anotaron aumentos de hasta casi 4 por ciento y el riesgo país terminó en 1581 unidades.
Por el lado cambiario, el dólar mep registró una nueva baja de 0,4 por ciento, para ubicarse en 1023 pesos. En contraste, el contado con liquidación finalizó con un avance de 1,2 por ciento, para terminar en 1081 pesos. El dólar blue no tuvo cambios y cerró la jornada en 1025 pesos. De esta forma, sigue la apreciación cambiaria medida en términos reales sobre la cotización de los dólares financieros.
En el equipo económico avisaron que continuará la política de compresión monetaria y avanzarán con una nueva licitación de bonos Bopreal para importadores. Se lanzó la cuarta convocatoria de la serie 3 de Bopreal. La subasta se realizará entre el miércoles y el jueves. Durante la última colocación la performance fue moderada y se consiguió el equivalente a 100 millones de dólares.
Los mercados, a pesar de las tensiones políticas y la acumulación de desequilibrios macroeconómicos, siguen celebrando el discurso de ajuste ultraortodoxo del Gobierno y parecen creer que los resultados fiscales que se presentaron en el primer bimestre de este año pueden sostenerse hacia adelanta. Sin embargo, consultoras y analistas empiezan a marcar luces de alerta en varios frentes.
El primero es que difícilmente el equipo económico pueda repetir en los próximos meses el superávit de las cuentas públicas, que se basó principalmente en un ajuste brutal sobre los ingresos de los jubilados, el recorte de la obra pública y de las transferencias a provincias.
El segundo elemento de tensión que se analiza es sobre la inflación. Los datos desaceleración de febrero parecen haber quedado antiguos cuando se analiza lo que ocurre en las primeras semanas de marzo, en las que se aceleraron distintos rubros claves como el de alimentos.
Por ese motivo, el gobierno debió recurrir a prácticas de las cuales se la pasó criticando, como la de reunir a referentes sectoriales para que pongan un freno a las remarcaciones. Con la falta de respuesta de los empresarios, decidió avanzar en la apertura de importaciones de alimentos y medicamentos. No obstante, el problema de la aceleración de los precios sigue sin resolverse y se agregan nuevas presiones debido a la actualización de las tarifas y las negociaciones salariales.