El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, llamó este lunes a "consolidar la democracia", después de que el país corriera "serio riesgo de sufrir un golpe de Estado" perpetrado por su antecesor, el ultraderechista Jair Bolsonaro. Lula, quien hizo estas declaraciones en la apertura de una reunión con su gabinete de ministros en Brasilia, subrayó que no se volvió a "los tiempos tenebrosos" de la dictadura militar (1964-1985), de la que Bolsonaro es un nostálgico, porque "algunas personas de las Fuerzas Armadas no quisieron y no aceptaron" sumarse a la asonada golpista.
"Hubo una tentativa de golpe"
"Hoy estamos seguros de que este país corrió serio riesgo de sufrir un golpe", dijo Lula después de que se conociera el testimonio de dos excomandantes de las Fuerzas Armadas, que afirmaron ante la policía que Bolsonaro les propuso sumarse a su plan para anular las elecciones de 2022 con el propósito de mantenerse en el poder. El mandatario se refirió así a los comentarios de Marco Antonio Freire Gomes y Carlos Baptista Júnior, divulgados el viernes pasado por la Corte Suprema y que ubican al líder ultraderechista en el centro de una trama golpista que buscó impedir que el gobierno de Lula asumiera el primero de enero de 2023.
Los excomandantes del Ejército y la Aeronáutica declararon ante la policía que se reunieron varias veces con Bolsonaro y sus asesores más cercanos, y que estos los invitaron a apoyar su plan para anular las elecciones de 2022, que ganó Lula por un estrecho margen. Lula calificó a Bolsonaro de "cobarde" y de "no tener coraje" para llevar a cabo su proyecto autoritario y que, en lugar de eso, se quedó "llorando" en casa y "huyó" a Estados Unidos durante los siguientes tres meses "con la expectativa de que el golpe ocurriera después".
Una semana después de la investidura de Lula, miles de simpatizantes de Bolsonaro asaltaron las sedes de la Presidencia, el Congreso y la Corte Suprema para incentivar una intervención militar que le devolviera el poder al capitán retirado del Ejército. Bolsonaro, quien siempre negó cualquier participación en la asonada, consta como investigado en la causa, y aunque todavía no se presentaron cargos formales en su contra, el Tribunal Supremo lo obligó a entregar su pasaporte y le prohibió salir de Brasil.
"Sabemos que hubo una tentativa de golpe en este país", pero "el pueblo fue más sabio y valiente, y hoy estamos aquí con el objetivo de hacer algo muy importante" frente al gobierno anterior, que se dedicó a "estimular el odio y la mentira", destacó el actual mandatario brasileño. En ese sentido Lula pidió a sus cerca de 40 ministros "consolidar el proceso democrático", predicar el "respeto a la instituciones" y "garantizar el respeto a la Constitución".
"Brasil estaba completamente abandonado"
La reunión de gabinete se produjo en un momento en que los índices de popularidad del gobierno están en su nivel más bajo desde que asumió el poder, hace poco más de año. "Vamos a tener que hacer mucho más porque Brasil estaba completamente abandonado", sentenció Lula en su primera reunión ministerial del año.
El líder de izquierda destacó las diferentes medidas sociales impulsadas durante el año y tres meses que ya suma su gestión, como la ampliación del programa de subsidios a los pobres Bolsa Familia y la suba del salario mínimo. Las declaraciones del presidente llegan diez días después de conocerse un sondeo que situó el porcentaje de aprobación del gobierno de Lula en torno al 33 por ciento, la peor cifra desde su asunción.
En su discurso Lula apuntó a la necesidad de llevar a cabo "recortes", en lo que describió como un esfuerzo "inmenso" para recuperar las cuentas del país. A pesar de eso se mostró optimista al recordar el crecimiento económico del 2,9 por ciento que el país experimentó durante el año pasado y sostuvo que Brasil va a continuar creciendo en los próximos años de su mandato, convirtiéndose en un país donde "el pueblo vivirá mejor".