Cross Dreamers, escrita, producida y dirigida por Soledad Velasco, es el primer documental hecho en Argentina sobre cross-dressing: una práctica en la cual generalmente hombres maduros cis, heterosexuales o no, se reúnen asiduamente en un ámbito privado para explorar y liberar su feminidad, vistiendo ropas tradicionalmente femeninas, rebautizándose y dejando su vida masculina como varones de la puerta para afuera junto con sus roles de padres de familia o esposos.
Este jueves, este precioso y preciso documental se estrena en la enorme pantalla del cine Gaumont para contar a lo grande las fascinantes experiencias de Ornella Mel Moravia, Mirna Ladyrouge, Mabel Mar Bel Vázquez Delgado y Paula Villanueva, cross dressers argentinas y guerreras del montaje, protagonistas de existencias como hombres y como mujeres que, en la última década, comenzaron a explorar una exposición cada vez mayor para liberarse de tabúes y silencios hasta conquistar cines y festivales.
Allí, cuando se apagan las luces, se encienden los mensajes de WhatsApp entre ellas, que rápidamente se materializan en tacos, corpiños, fajas, esmaltes, pelucas y maquillajes para proceder a "una reconstrucción total" -bromean las chicas- que refleja un camarín excitadísimo a punto de salir a los escenarios de la esperada "Noche Cross": la “única reunión social para quienes se identifiquen con el lado Femm”, como señalan en sus redes sociales.
Rápidamente suenan y cantan los clásicos de Raffaella Carrà, desfilan para la coronación y se divierten viviendo a pleno su feminidad con el objetivo de llevarse a casa "una sonrisa que te dura cuatro días", como asegura Mirna al terminar la fiesta que celebra los 10 años de existencia de La Banda del Golden Cross, el grupo organizador de estas noches desaforadas. En diálogo con SOY a horas de su estreno nacional, la directora y guionista del film recupera los procesos de la creación de una obra que, en sus propias palabras, no es otra cosa que “una película sobre la amistad y la pertenencia”.
-El cross dressing es generalmente una actividad secreta o privada. ¿Cómo fue la convocatoria de las chicas y la relación con la exposición masiva del documental?
-Diste en el punto clave. Cuando empezó el proceso y me junté las primeras veces a charlar con algunas de ellas, me contaban sus historias pero al final coronaban el relato con “yo te cuento lo que quieras pero no me podés filmar, o filmame de espaldas”. Entonces comenzó como un documental imposible. Al seguir adelante creo que se abrió un proceso muy inconsciente donde el hecho de que todo fuera tan chiquito, independiente, les dio ánimo para animarse, porque evidentemente había algo en su interior que les decía: ¿y si esta es una oportunidad para sacarnos la mochila de vivir esto a escondidas?
-¿Cómo fue mutando el documental a partir de esas aperturas?
-Cuando estaba filmado tenía la sensación que era solo posible con una generación de personas mayores que habían vivido una infancia y adolescencia bajo pensamientos mucho más conservadores, y que por esa razón habían ocultado su identidad de género o su deseo de practicar el cross dressing. Hoy en día, eso ya parecía totalmente obsoleto: vivimos en un mundo que ha conquistado muchísimos derechos para la comunidad LGBTIQ+ y hoy cualquier niñe puede ser lo que quiera ser. Pero con este avance de la derecha, de golpe toda esta estructura que parecía que había llegado para quedarse, se vuelve a poner en juego, entonces pienso que también este tipo de cine vuelve a ocupar un lugar poderoso ya que muestra a lo que nos puede someter un contexto que vuelve hacia atrás todos los derechos conquistados.
Función privada
"Cuando estoy solo en casa y puedo tomarme un momento para producirme y hacer aparecer a Mirna es algo muy relajante. El pie arqueado por un taco alto, el perfume del maquillaje y la sensación del nylon de una media sobre mi piel es algo muy especial”. Así aparece Mirna Ladyrouge, mientras que la extrovertida Paula vive de lunes a viernes trabajando en Rosario y luego pasa los fines de semana como el tímido Jorge con su mujer y sus hijos en Buenos Aires.
Mabel, junto a su novia Liliana, transita su vida con las uñas pintadas a la perfección y recuerda que cuando comenzó hace mucho a vestirse de mujer lo hacía en silencio, hasta que se dio cuenta de que estaba "aburrida de estar mal”, mientras que Ornella confiesa que al finalizar La Noche Cross cuando "llegan las doce de la noche, el carruaje se transforma en calabaza y es un momento complicado: lo lindo dura poco. Me costaba mucho volver a mi rol de esposo y padre después de haber sido ella".
Un par de anécdotas permiten dar cuenta del torbellino de sensaciones cross: Claudia, la maquilladora que creó la pionera Crossdressing Buenos Aires, armó un departamento lleno de accesorios para quienes querían verse con la imagen de mujer que siempre habían anhelado. Pero, además de los accesorios, ella recomendaba usar preservativos, porque mientras ocurría la transformación, la excitación podía ser tan extrema que en algunos casos se volvía literalmente incontenible.
O como cuenta Mabel: "Muchas cross hacemos esto más de una vez: agarrás toda la ropa, la metés en un bolso y la tirás. O hacés un agujero en la tierra y la quemás, le tirás tierra encima. ¿Y sabés qué? No cambia nada”, y luego postea en su Facebook: “No sé muy bien qué estarás haciendo vos para intentar ser feliz: yo, tengo que lavar una de mis pelucas. Besotes".
-Este es el primer documental argentino sobre cross dressers. ¿Qué otras referencias o materiales trabajaste para escribir y dirigir el film?
-Cuando empecé a investigar sobre el tema me crucé con notas periodísticas y di con una chica española, Alba Barbé i Serra, Doctora en Antropología Social y Cultural, que había hecho una tesis doctoral sobre el Cross Dressing y había realizado un documental mostrando un lugar de encuentro de chicas Cross catalanas. Me fascinó, porque la dinámica era la misma que acá: un espacio donde guardar ropa y pelucas y poder montarse a escondidas del mundo, y sobre todo un lugar de encuentro donde no sentirse raras, sino hermanadas en su deseo. Todo esto me sirvió para comprender mejor el mundo cross, pero la mayor inspiración fue compartir tiempo con ellas.
-El film cuenta con el apoyo del INCAA y del Fondo Nacional de las Artes, además de estrenarse ahora en el cine Gaumont. ¿Qué pasaría con películas como Cross Dreamers sin todos esos organismos que el gobierno actual está tratando de desfinanciar y destruir?
-La película se hizo 100% gracias al financiamiento del INCAA. Sin Instituto hoy no teníamos esta película, ni ésta ni muchas de las películas que fueron elegidas por los comités de selección. Gracias al trabajo consciente y comprometido de los comités se fue dando viabilidad a proyectos necesarios, que generaban nuevas narrativas, o que tocaban temas que aún no habían sido representados y también que le daban la oportunidad a personas que todavía no habían realizado ninguna película. Estrenar en este contexto es un gesto de lucha y resistencia porque el cine y la cultura es nuestro capital simbólico como país, pero también es una industria que genera muchos puestos de trabajo y nos posiciona hacia el mundo con una cinematografía que es inmensamente premiada y aplaudida.
Estreno: Jueves 21 de marzo a las 20:15 en el Cine Gaumont, Av. Rivadavia 1635.