El Tribunal Oral Criminal número 3 de San Isidro resolvió iniciar rápidamente el juicio por la muerte de Diego Armando Maradona. Será el martes 4 de junio, a las 9.30, con el plan de que haya audiencias tres veces por semana --martes, miércoles y jueves-- y que el juicio termine a fines de agosto o principios de septiembre. Las juezas Verónica Di Tommaso, Julieta Makintach y el juez Maximiliano Savarino dispusieron que el juicio se haga en la misma sala en que se hicieron las audiencias del caso García Belsunce en 2003. Para la tremenda expectativa mundial que tendrá el proceso el lugar es diminuto --entran unas 100 personas--, teniendo en cuenta que sólo con los ocho imputados, sus defensores, los fiscales, los secretarios, los querellantes, los jueces y su equipo se necesitarán más de 50 lugares. La acusación es por homicidio simple por dolo eventual, con penas que van de ocho a 25 años de prisión, por cuanto los fiscales consideran que el equipo médico vio venir la muerte de Maradona y no hizo nada para torcer el rumbo. El Tribunal no decidió todavía si va a haber una sala adicional para que el juicio pueda ser seguido por el periodismo o si habrá una transmisión a la que se pueda acceder con una clave.
El inicio del juicio fue notificado a las partes este lunes mediante un escrito de 42 páginas. Tal vez el punto de mayor impacto es la fecha misma del inicio del juicio, dentro de apenas dos meses y medio, o sea a tres años y siete meses de aquel fatídico 20 de noviembre de 2020. Maradona tenía apenas 60 años. Se ve que los magistrados no quieren dejar pasar más tiempo. Habrá que ver si alguno de los letrados apela parte de la resolución del Tribunal, lo que podría demorar el inicio de las audiencias.
Los fiscales --Patricio Ferrari, Laura Capra y Cosme Iribarren, coordinados por John Broyard-- arrancarán con la acusación ese mismo 4 de junio y tendrán como prueba significativa los chats del equipo médico en el que ya se mencionaba la posibilidad de la muerte del astro.
Los ocho imputados integraron, de una u otra manera, el equipo médico que atendió a Maradona. El neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Díaz, la coordinadora de la prestadora médica, Nancy Forlini, los enfermeros Gisella Madrid y Ricardo Almirón, el jefe de ambos, Mariano Perroni y el médico clínico Pedro Pablo Di Spagna.
Parte de la batalla estará en la calificación. Es posible que alguna de las defensas vaya por homicidio culposo, o sea no intencional (imprudencia, negligencia, impericia), con penas hasta cinco años y estarán incluso los que dirán que no fue igual la participación de la cabeza del equipo médico que el papel de los enfermeros, por ejemplo. Los fiscales, por su parte, insistirán en una condena por homicidio simple por dolo eventual, de ocho a 25 años de prisión. En el juicio intervendrán como querellantes los hijos de Maradona, pero bastante divididos entre sí. Por un lado Dalma y Giannina, por el otro lado Diego Fernando, aparte Jana y finalmente Diego Maradona Sinagra, el hijo que vive en Nápoles.
El juicio tendrá aristas también filosóficas, no sólo de técnica judicial:
* ¿Cómo pesaba en la situación la palabra del propio Maradona que no quería internaciones ni tratamiento alguno?
* ¿Estaba en condiciones de decidir por sí mismo o la familia debió reclamar la intervención judicial en la situación?
* A lo largo del proceso hubo un dictamen lapidario de la junta médica convocada por la justicia: “el accionar de los profesionales fue inadecuado, deficiente, temerario y Maradona fue abandonado a su suerte”. No será fácil que los abogados de los imputados den vuelta semejante conclusión.
Los magistrados tuvieron un criterio amplio --incluso demasiado amplio-- para acoger los pedidos de prueba:
* Todas las partes y los jueces harán una inspección ocular de la casa del barrio San Andrés, en Tigre, donde se produjo la muerte. Los magistrados ordenaron hacer también un croquis oficial y una maqueta, trabajo que se encargó a la Universidad de Belgrano y a la Facultad de Arquitectura. La cuestión es importante porque uno de los puntos es que el lugar era manifiestamente inadecuado para un buen tratamiento.
* Los jueces aceptaron un pedido de las defensas de realizar una especie de revisión de las conclusiones de la junta médica. Por lo tanto, serán convocados un perito psiquiatra, un perito psicólogo y un perito médico, especialista en cardiología, que se van a expedir.
* El listado de testigos es amplio, amplísimo, empezando por las hijas de Maradona: Dalma será la primera, luego Gianinna, Jana y Verónica Ojeda (madre de Diego Fernando). La nómina incluye muchos médicos, algunos especialistas en adicciones como Carlos Damin y el director de la Clínica Olivos, Pablo Dimitroff. En esa clínica se hizo la operación de Maradona y luego fue llevado a la casa de Tigre. En el lugar 83 de la lista figura la exesposa de Maradona, Claudia Villafañe; en el lugar 88, Matías Morla, apoderado del Diez; en el 147 Víctor Stinfale, y también aparecen Claudio Belocopitt (dueño de Swiss Medical), algunos periodistas como Nelson Castro, Martín Candalaft, Alejandro Fantino, Rodrigo Lussich y Marcela Tauro, y varios dirigentes del fútbol como Gabriel Pellegrino, entonces presidente de Gimnasia de La Plata, Marcelo Tinelli y el presidente de AFA, Claudio Tapia. El total de testigos es de 291 y, según dicen, los jueces piensan extender cada una de las audiencias hasta la noche, todo lo que haga falta.
Partes del drama de la muerte de Maradona se vieron por televisión. Cuando el Diez cumplió 60 ingresó a la cancha de Gimnasia del brazo de Tinelli. Ya se vio que estaba muy mal, que prácticamente no podía hablar. Venía de una fuerte adicción al alcohol y su aparición en el estadio ya exhibía un visible deterioro. En el medio aparecen debates sobre la firma de contratos y luego internaciones en La Plata y en la Clínica Olivos. Parecía evidente que su traslado a una casa --y no a un centro de rehabilitación-- era inadecuado, pero, según parece, Diego no aceptó ningún tratamiento. El final, de acuerdo a lo que describió la junta médica, fue la muerte por edema agudo de pulmón, es decir la irrupción de líquido, algo que podía prevenirse: desde los días anteriores se percibió que Maradona estaba hinchado y no se hizo lo que correspondía. Estaba solo y abandonado, es lo que se deduce de lo que afirmaron los profesionales convocados a la junta.