El presidente Javier Milei dejó la foto política del día al mostrarse junto a su vicepresidenta Victoria Villarruel en medio de las fuertes tensiones que atraviesa la relación entre ambos. Se sentaron uno al lado del otro durante un acto que se hizo en la plaza de la embajada de Israel en la Argentina a 32 años del atentado terrorista que ocurrió en ese mismo sitio y que dejó un saldo de más de 20 muertos. Todos esperaban la palabra del Presidente, un asiduo defensor --quizás más que ningún otro presidente del mundo-- del estado de Israel ante el conflicto que lleva adelante con Palestina. Sin embargo, el jefe de Estado se fue del evento sin decir palabra. "No habrá querido", arriesgaron en Casa Rosada sobre los motivos del silencio. Por más que se esperaba que diera un discurso y no ocurrió, el gesto de alineamiento geopolítico del Presidente quedó hecho con su presencia y la de casi todo el gabinete.
El mandatario reunió allí a la mayoría de sus ministros: estuvo el titular del ministerio del Interior Guillermo Francos, la secretaria general de la presidencia Karina Milei, el ministro de Defensa, Luis Petri, la de Capital Humano, Sandra Pettovello, el de Justicia Mariano Cúneo Libarona y el vocero, Manuel Adorni. En primera fila, entre Karina Milei y Villarruel, estuvo sentado el jefe de gobierno porteño, Jorge Macri. Además, hubo legisladores de LLA como el presidente del bloque en diputados, Oscar Zago, y de otros espacios como Damian Arabia del PRO y Maximiliano Ferraro del bloque HCF de Miguel Angel Pichetto. La mayoría de ellos tenía colgado en su pecho una chapa con su identificación.
Cuando tomó la palabra el rabino Axel Wahnish, el hombre que inició a Milei en el judaísmo y una especie de "líder espiritual" del mandatario, realizó un rezo en homenaje a los muertos, denominado Kadish, y explicó el significado de las chapas que casi todos --incluido Milei-- tenían colgadas en el pecho: "Tenemos las chapitas que dicen que nuestro corazón aún sigue secuestrado en Gaza", detalló. Villarruel fue una de las pocas que no se la colgó. Prefirió tenerla en la mano.
El rabino Wahnish, quién no tiene experiencia en el mundo diplomático, será el representante de la Argentina en Israel, así lo decidió Milei y lo anunció a fin del año pasado. Luego de Wahnish habló el obispo Alberto Bochatey, en nombre de la Iglesia Católica.
Milei había llegado a la plaza poco después de las dos de la tarde junto con su hermana e inmediatamente se pusieron a saludar a los presentes y a sacarse fotos con ellos. El operativo de seguridad era total: todas las calles de alrededor estaban cortadas, los asistentes tenían que pasar por un doble control de metales y responder un cuestionario, había perros y hasta tanquetas de la policía federal cortando la calle Suipacha, que se encontraba vallada. Hacía más de veinte años que un Presidente no asistía a ese homenaje, que se hace todos los 18 de marzo desde 1992. El último había sido Fernando de la Rúa.
Sonaron las sirenas y hubo un minuto de silencio. También se cantaron los himnos nacionales de Argentina y de Israel --este último no fue entonado por el Presidente--, y se procedió a la lectura de los nombres de las 22 víctimas identificadas durante el ataque. El embajador de Israel en Argentina, Eyal Sela, fue uno de los oradores. Miró a Milei, que estaba sentado al lado de Villarruel tieso y mirando fijo para adelante, y le dijo: "Hay que saber estar del lado correcto de la historia. Gracias, señor Presidente". Luego, al recordar el atentado, expresó que “todo diplomático israelí siente que estas paredes llenas de cicatrices podrían haber sido sus oficinas”.
“Hace 32 años que Hezbollah acabó con este edificio y sembró el terror, dos años después, Irán volvió a planificar otro atentado que terminó con la AMIA”, remarcó Sela y agregó sobre el conflicto actual en Israel que “hace tan solo unos meses, Hamas ingresó a Israel y volvió a escribir con sangre la historia de decenas de argentinos que fueron asesinados o secuestrados”.
En nombre de las víctimas y familiares tomó la palabra Alberto Kupersmid, que se dirigió también a Milei: "Señor Presidente, ya que usted dijo que venía a despertar leones, ¿cree que podrá despertar a la justicia para que se ponga de pie y actúe en consecuencia?", pidió. El mandatario seguía mirando fijo al frente. En otro tramo del homenaje hubo una entrega de ofrendas florales que hicieron los funcionarios junto a familiares de las personas que aún se encuentran secuestradas por Hamas en la Franja de Gaza.
El Presidente tuvo durante todo el acto un estuche de lentes entre las manos. Tal como si tuviese pensado leer un discurso. Eso, sin embargo, nunca ocurrió. Luego de todos los oradores hubo dos intérpretes que cantaron la canción israelí “Vuelve”. Terminaron y el locutor dijo que el Presidente se iba a retirar. Rápidamente el mandatario volvió a subir al auto con su hermana y se fue sin dar declaraciones a la prensa.