Padres y madres de unos 350 chicos y chicas que asisten a la Escuela 4286, de El Algarrobal, en el municipio de Pichanal (en el departamento Orán) tomaron ayer el predio escolar para exigir que concluyan las obras de refacción y ampliación del edificio.
La obra, que estaba a cargo de la empresa Ingeniería Pastrana, fue abandonada en diciembre del año pasado, según el relato que brindó la directora, Silvina Riera, a la radio FM Solidaridad.
El cartel de obra informa que la inversión es de más de 57 millones de pesos y preveía que la ampliación debía concluir en 210 días corridos. Ya en junio del año pasado se había iniciado la refacción y el cambio de cableado, además de la construcción de dos aulas, un comedor, la biblioteca y una cocina.
Los trabajos se iniciaron mientras el alumnado asistía a clases en esas condiciones, indicó la maestra. Pero al llegar este año la escuela no tenía luz ni agua. Frente a ello, la alternativa planteada desde el Ministerio de Educación fue que el estudiantado completara sus tareas con cartillas o a través de la virtualidad.
Pero ocurre que “no todos tienen un teléfono”, hizo notar la docente, al indicar que la escuela, a la que asisten unos 330 chicos y chicas, tiene una población escolar originaria de 250 estudiantes, entre el nivel inicial y el primario.
A partir de las 19 en el mismo edificio se dictaban clases para el nivel secundario, que ahora también debió adaptarse a clases no presenciales. “En total serían 900 alumnos”, afirmó la directora.
Con este cuadro, ayer se inició una medida de fuerza para solicitar que se den las condiciones para reiniciar las clases de manera presencial. “Por lo menos queremos agua y luz”, sostuvo Riera al indicar que esto les permitiría seguir dictando clases, aunque en un edificio donde los cielorrasos fueron removidos, lo que representa un problema mayor si se tiene en cuenta que en la zona se dan temperaturas superiores a los 40 grados, como ocurrió ayer mismo.
La docencia decidió apoyar la protesta de padres y madres que se instalaron en la vereda de la escuela con una carpa. Pero desde el Ministerio de Educación advirtieron a Riera que deben presentarse a trabajar en otra institución cercana, porque ante cualquier eventualidad que pudiera ocurrirle a un docente no tendría cobertura de la Aseguradora de Riesgos de Trabajo (ART).
Padres y madres decidieron oponerse a esa decisión, dado que entienden que al irse las y los educadores, se dejaría a la escuela sin personal para dictar las clases.
La escuela cuenta con comedor escolar. Pero por el momento no está funcionando y tampoco están enviando los módulos para repartir a cada chico con el fin de suplir la necesidad alimentaria a cargo de la institución. “Hemos pedido que nos autoricen esta entrega”, dijo la directora.
Por su parte, el director general de Educación Primaria, Jorge Correa, reconoció que la escuela está “con problemas de agua y cableado eléctrico”, y “la obra (está) asignada y demorada”. Afirmó que para la fecha se espera la visita de una supervisora a la zona con el propósito de encontrar una alternativa que dé solución al problema.
Las y los tutores, en tanto, afirmaron que continuarán con las medidas de fuerza y que podrían agudizarlas si no reciben respuestas.