Cuarenta y ocho años después de su secuestro y asesinato, Nicolasa del Valle “Menena” Montilla, aquella joven madre de 29 años que había abrazado el peronismo y realizaba asistencia social en Tartagal, tuvo su homenaje en su pueblo natal: General Enrique Mosconi, casi 350 kilómetros al norte de la ciudad de Salta.
Ayer fue recordada en el pueblo norteño como lo que fue, "una hija de esta tierra que supo dar su vida por un ideal, un país justo, libre y soberano”.
Su hermana, Fanny del Carmen Montilla, fue la cara visible del dolor familiar. Con emoción, agradeció a vecinos y vecinas que se acercaron a acompañar el acto, en el que se descubrió una baldosa en memoria de Menena. Una vez que la placa hubo quedado a la vista, en una imagen conmovedora, Fanny se abrazó llorando a la baldosa con el nombre de su hermana.
El homenaje, iniciativa de la Secretaría de Derechos Humanos de Salta, la Comisión Provincial de la Memoria y organismos de derechos humanos, reunió en el otrora petrolero pueblo de Mosconi a familiares, vecinos, militantes de DDHH y funcionarios (la secretaria de Derechos Humanos de la provincia, Mariana Reyes; la intendenta local, Ana Guerrero Palma, y su par de la vecina ciudad de Tartagal, Franco Hernández Berni).
Menena Montilla fue una destacada dirigente de la Juventud Peronista y militante montonera, compartió la efervescencia política de aquellos años con otros militantes también relevantes, como Raúl Benjamín Osores, Luis "Lucho" Vuistaz, Enriqe Campos, Pedro Urueña, René Santillán y Aldo Melitón Bustos. Todos fueron víctimas del terrorismo de Estado.
Fanny distribuyó ayer un comunicado en el que recordó el secuestro de su hermana, cometido el 13 de marzo de 1976; reivindicó la acción social y política que llevaba a cabo, brindaba “asistencia social a los más necesitados, porque tenía la convicción de que la política debía estar al servicio de los demás y no para beneficio propio”, y aseguró que ella sigue "con la lucha para que la historia de Menena no sea olvidada". "Memoria, verdad y justicia siempre”, concluyó.
En marzo de 1976 Menena vivía en la ciudad de Tartagal. La madrugada del 13 de marzo de 1976, mientras dormía con su hijita de apenas meses y la adolescente que oficiaba de niñera, un grupo de hombres encapuchados irrumpió en la casa; a los golpes, sin darle tiempo siquiera a vestirse, la arrastraron hasta el baúl de un Falcon rojo en el que la desaparecieron en la noche. La niñerita, que había alcanzado a esconderse con la beba debajo de la cama, tuvo la presencia de ánimo para emprender a esas horas la caminata de 18 kilómetros hasta Mosconi, donde residían el padre y la madre de Menena.
El cuerpo de la joven militante, acribillado, fue encontrado por su familia la tarde de ese día en un camino del paraje Balbuena.
Fanny y su marido, Antonio Jorge Gerala, que encontró el cuerpo de su cuñada, tuvieron mucha dificultad para hablar en público de este hecho. En octubre de 2016, cuando se juzgó por este crimen y otros al ex jefe del Regimiento de Infantería de Monte 28, Héctor Ríos Ereñú, declararon a duras penas, asistidos por la psicóloga Natalia Baumann, del Centro de Asistencia a las Víctimas de Violaciones a los Derechos Humanos “Dr. Fernando Ulloa”.
Fanny contó que una vez que pudieron recuperarse de la conmoción, comenzaron a buscar a Menena, ya en la tarde de ese largo 13 de marzo. Como para entonces ya se conocía el modus operandi de los grupos de tareas (en Tartagal ya había sido secuestrado y asesinado el médico Pedro Urueña), se distribuyeron en dos vehículos con los que recorrieron caminos vecinales.
Junto a su hermano Ramón Gerala y el entonces intendente de Mosconi, Carlos Ponce, Antonio Gerala iba en el vehículo que llegó hasta el viejo camino en el paraje Balbuena. Lo revisaron a pie, Antonio caminó por la izquierda. "Como a unos 200 metros más o menos vi una cosa blanca tirada”, recordó cuando dio su testimonio. “Ella estaba tirada ahí, con un baby doll que tenía. Lo único que vi fueron unos puntos negros que tenía en la pierna”, contó llorando.
La misma familia avisó a la Policía del hallazgo. Tras una larga espera, la fuerza fue a levantar el cuerpo, que después fue entregado a su familia. Fanny contó que la enterraron envuelta en una bandera.
En mayo de 2017 Ríos Ereñú fue condenado a prisión perpetua por el homicidio de Menena Montilla, y los secuestros y desapariciones de Sylvia Ruth Sáez de Vuistaz y Juan de Dios Ortiz.
En ese juicio, el noveno realizado en la provincia por crímenes de lesa humanidad cometidos entre 1975 y 1976 en perjuicio de 32 personas, también fueron condenados a prisión perpetua los ex jefes de la Policía de Salta Miguel Raúl Gentil y Virtom Modesto Mendíaz y el ex jefe de Seguridad de la Policía, Joaquín Guil.