Andrea dice que se siente ninguneada. Lejos quedaron los aplausos de las 10 de la noche en plena pandemia, un reconocimiento simbólico que nunca se tradujo en mejoras laborales. Tiene 49 años y es odontóloga en el Centro de Salud “Empalme Graneros”, pleno barrio Los Pumitas. En marzo del año pasado, a la vuelta de su trabajo asesinaron a Máximo Jerez, el nene de 11 años que quedó en medio de una balacera. “Es una zona caliente, con narcomenudeo”, describe. Pero en el barrio también hay otras urgencias que atender: las lluvias del fin de semana inundaron las casas de los vecinos, a los que el agua les llegó hasta las rodillas. Ahora, con las pocas herramientas que tienen, desde el efector trabajan en una campaña de prevención de parasitosis con las familias del barrio.

“Estamos reclamando por insumos que nos faltan y por equiparación salarial”, denuncia desde la Plaza 25 de Mayo, con una bandera naranja del Sindicato de Profesionales Universitarios de la Sanidad (Siprus) en su mano. El gremio dispuso un paro por 24 horas, para visibilizar una agenda de reclamos y se dispone a marchar junto a otros sindicatos a la sede de Gobierno provincial. “Hemos perdido un montón de poder adquisitivo. Tenemos compañeros que están con monotributo y cobran poco más de 200 mil pesos. Todo esto en medio de una epidemia de dengue donde nos falta de todo para hacer frente a la situación, y en un panorama de mucha inseguridad que no nos garantiza que podamos ir a trabajar seguros”, agrega.

Lucía tiene 42 años y trabaja como docente en una escuela primaria pública de la ciudad. Con sus hijos de la mano, camina junto a la columna de Amsafé Rosario por calle Santa Fe. Es la primera jornada de paro de una medida de fuerza por 48 horas, adoptada por los gremios docentes, en reclamo de una oferta paritaria que recomponga sus salarios. A la par de ella avanza Lila, de 30 años. Es docente de nivel inicial y trabaja en un jardín de infantes público. Ambas coinciden: en las últimas semanas hubo menos chicos en las aulas. “Las familias no los querían mandar por cuestiones de seguridad”, dicen.

Semanas atrás, la escuela de Lucía apareció con una pintada amenazante. Desde entonces, el establecimiento permanece con un móvil policial en la puerta. Como docente, dice, duda que “militarizar las escuelas” sea una solución. “Los chicos nos preguntan a cada rato si se van a quedar para siempre. Se paran y miran que tienen un arma. Nosotras acompañamos, pero la presencia policial genera revuelo entre los chicos”, detalla. En el caso de Lila, la seguidilla de crímenes contra trabajadores de la ciudad hizo que algunos docentes comenzaron a llevar sus guardapolvos en la mochila: temen ser blancos de algún ataque, luego de que cuatro trabajadores fueran asesinados de forma aleatoria, la semana pasada. 

En medio de ese panorama, ambas afrontan una situación que abarca al grueso de los trabajadores: los sueldos no alcanzan. “Tengo 15 años de antigüedad y mi sueldo apenas pasa los 350 mil pesos. En este contexto es imposible vivir”, cuenta Lucía. “Con un solo sueldo es imposible. Pagás el alquiler y ya es poco lo que queda”, agrega Lila. Por eso decidieron sumarse al reclamo conjunto de los gremios docentes (Amsafé y Sadop), estatales (ATE) y de profesionales de la salud (Siprus), que este martes salieron a manifestar su rechazo a las propuestas salariales del gobierno provincial.

Con sus particularidades, los distintos gremios reclaman lo mismo: una paritaria que, de mínima, no pierda con la inflación. Los sindicatos docentes tuvieron una convocatoria temprana, el 4 de enero. El pasado miércoles, luego de dos meses de discusión, el gobierno ofreció un aumento del 9% que los trabajadores rechazaron desde el vamos. “Son 28 mil pesos en el bolsillo”, denunciaron. Por el momento, no hay una nueva convocatoria para mejorar la oferta. Por eso, la semana próxima está prevista una nueva medida de fuerza por 48 horas que se plegará al fin de semana largo. En concreto, a lo largo de tres semanas habrá siete días de clases. En tanto, los estatales y los profesionales de la salud se reunirán este miércoles con las autoridades del gobierno provincial. Con el antecedente fresco de la oferta a los docentes, los referentes gremiales advierten: “Si ofrecen lo mismo, vamos al paro este mismo jueves”.

“Apostamos a que esta paritaria funcionara”

La movilización comenzó cerca de las 11 y antes del mediodía ya había llegado a destino. Con los escalones de la sede de Gobierno como escenario, y mirando de frente a una plaza San Martín plagada de banderas, los dirigentes gremiales tomaron la palabra. Allí denunciaron la falta de respuestas por parte del gobierno provincial ante los reclamos salariales y pidieron por condiciones seguras de trabajo, pero también apuntaron contra el gobierno nacional por el ajuste en distintas áreas del Estado. 

“Estamos ante una convocatoria diferente”, señaló Juan Pablo Casiello, secretario general de Amsafé Rosario, el primero en tomar la palabra. “Pocas veces, como ahora, se ha combinado una cantidad de factores que nos están golpeando con mucha dureza”, aseguró refiriéndose a la escalada de violencia en la región. “Tener cuatro trabajadores asesinados es una señal dramática. Y que los compañeros y compañeras vayan a la escuela con el delantal en la mochila muestran el punto en el que estamos. Hoy el delantal es un blanco para los que quieren seguir cometiendo crímenes. Eso muestra la absoluta incompetencia del Estado en garantizar la vida y la seguridad que todos necesitamos”, evaluó.

En tanto, Lorena Almirón, secretaria general de ATE Rosario, señaló que los estatales de todo el país se encuentran en alerta ante la decisión del gobierno nacional de avanzar con despidos en distintas áreas del Estado. En ese sentido, denunció “un hilo conductor” entre el gobierno nacional, provincial y local: “Todos aplican medidas de ajuste. También hay despidos en nuestra provincia, también hay personal precarizado en la Municipalidad. Ante una nueva convocatoria a paritarias, recién la segunda reunión desde enero, nosotros reclamamos un salario igual al de la canasta familiar. Es lo que necesitamos mínimamente para vivir”.

Por su parte, Jerónimo Ainsuain, secretario general de Siprus Rosario, denunció que los profesionales de la salud perdieron un 40% del poder adquisitivo en los últimos tres meses y que en su mayoría trabajan de forma precarizada y sin insumos. “Este miércoles tenemos paritarias y ya tenemos como precedente la miseria que le ofrecieron a los docentes. Si no hay una propuesta superadora, el jueves vamos a estar de nuevo haciendo paro porque estamos cansados de que nos metan la mano en el bolsillo y nos ninguneen. Y porque estamos cansados de ser nosotros quienes abren las puertas de los centros de salud y los hospitales a quienes ajustan”, advirtió.

 

En tanto, Martín Lucero, titular de Sadop Rosario, apuntó contra el gobierno provincial por “no proteger a la docencia” y cuestionó las idas y vueltas en las negociaciones desde enero, que finalmente terminaron siendo inconducentes. “Nos pasamos todas las vacaciones en la provincia de Santa Fe. No nos tomamos ni un día, estuvimos siempre al lado del teléfono. Fuimos a Santa Fe cuantas veces nos plantearon. Apostamos a que esta paritaria funcionara y a que hubiera una oferta digna. Pero llegamos a Pascua y el gobierno ofrece 28 mil pesos miserables que no alcanzan para nada con lo que ha aumentado todo en este tiempo”, remarcó.