El anuncio del cierre del Instituto Nacional de la Agricultura Familiar, Campesina e Indígena (INAFCI) causó preocupación entre las asociaciones campesinas que agrupan a pequeños productores rurales de la provincia de Salta.
El organismo, que data desde 1990, cuando se creó el Programa Social Agropecuario (PSA), y cambió de nombre itinerantemente durante las distintas gestiones presidenciales, es un ámbito de contención y promoción del desarrollo del campesinado, que en el caso de Salta en gran medida vive en tierras disputadas por grandes empresarios.
De hecho, la misma familia Macri disputa tierras con campesinos a la vera de la ruta nacional 81, en el norte salteño. También hay tensiones por los desmontes indiscriminados llevados a cabo para la agricultura y la ganadería a gran escala, que fueron frenados por la lucha del campesinado, pero también por la intervención de trabajadores del INAFCI, además de otros organismos.
“Todos aquellos que se sientan detrás de un escritorio solo dicen que no hay resultados porque no conocen ni caminan la Argentina”, recriminó la referente campesina del Foro Provincial de Agricultura Familiar (FOPAF), Lucía Ruiz, al hablar con Salta/12 luego del anuncio del gobierno nacional de que cerrará el INAFCI.
Ruiz recordó que las leyes europeas exigen en la actualidad que las carnes a exportar sean de ganado criado en bosques nativos y no en zonas desmontadas. Razonó que entonces cerrar el INAFCI es ir contra la oportunidad que tienen los pequeños productores de ingresar a esos mercados y, por lo tanto, de los ingresos que podrían generarse en el país.
En el caso de los pequeños productores del norte provincial, una experiencia de intervención fue con la organización de remates para que el precio de ganado en pie sea más justo entre los vendedores (el campesinado) y los compradores (dueños de feed lots).
“Lo invito al presidente (Javier Milei) y al vocero presidencial (Manuel Adorni) a que conozcan el emprendimiento de nuestra cooperativa, de lo que se hizo a nivel Valle Calchaquí de la agricultura familiar. Y ahí van a ver la realidad de lo que éramos hace 20 años a lo que somos ahora”, dijo por su parte Luis Fabián, de la cooperativa vitivinícola cafayateña Trassoles.
El dirigente vallisto sostuvo que hace casi dos décadas eran "un grupo de productores sueltos con total incertidumbre ante el mercado vitivinícola”, pero el asesoramiento de técnicos del INAFCI les permitió organizarse “y generar proyectos como el de la pimentonera de San Carlos, o la sopa disecada de la asociación Fuerte Alto de Cachi, o la Bodega Comunitaria de Amaicha”, esta última, ubicada en Tucumán.
“Hoy tenemos muy buena comercialización del producto y 14 personas que trabajan para la cooperativa”, afirmó.
“Como parte de un proceso organizativo del Pueblo Diaguita sentimos que un plan sistemático avanza en contra los derechos fundamentales de incidencia colectiva, que logramos en décadas de lucha por derecho. Esta lucha es histórica de sangre, dolor de etnocidio y genocidio del cual el mismo estado fue cómplice”, dijo por su parte el delegado del Consejo de Participación Indígena (CPI) del Pueblo Diaguita, Juan Condorí, tras contar que la mayoría de los miembros de su pueblo son agricultores familiares que lograron iniciar su desarrollo por intervención de los técnicos del INAFCI.
Igualar en la asimetría
“Es necesario que (las y los técnicos de Agricultura Familiar) estén, por la asimetría que tienen (campesinos y campesinas) ante el poder”, sostuvo por su parte el senador provincial por La Caldera, Miguel Calabró.
Igual que Ruiz, el legislador recordó que uno de los problemas que atan a Salta a una tensión constante es la propiedad de la tierra. Pero en esta pelea fueron las técnicas y técnicos del INAFCI quienes intervinieron para evitar las injusticias generadas incluso por el sistema judicial.
Puso como ejemplo una experiencia con la empresa Molinos Cañuelas que, en el marco de la disputa de tierras con familias de comunidades originarias, se sentaron a negociar con integrantes del INAFCI como mediadores. “Se terminó colocando una fábrica de ropa para niños de una marca muy conocida y tras las capacitaciones, las mujeres wichí terminaron siendo emprendedoras. No es que se les da el pescado”, añadió el legislador al referir al siempre supuesto facilismo al que adhieren los discursos meritócratas.
Frente a la contingencia por la decisión del gobierno nacional entendió que así “como el gobernador (Gustavo Sáenz) reclama lo que es nuestro, sería bueno contar con un instituto provincial”. Y es que “la confianza” ganada por los técnicos de este organismo, es una construcción que viene de tres décadas, un capital que ahora sufre el ataque de decisiones intempestivas.
“Sin esa ayuda, van a quedar condenados a la miseria más absoluta”, fue la consideración de la senadora nacional Nora Giménez, tras repudiar la decisión del gobierno nacional que además, dió argumentos imprecisos.
Siempre precarizados
PSA, Subsecretaría de Desarrollo Rural, Subsecretaria de Agricultura Familiar, Secretaría de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena (SAFCI), e INAFCI, son algunos de los nombres que tuvo el organismo creado hace unos 30 años y que siempre tuvo como factor común la precarización de sus trabajadores.
No por nada en 2016 el gobierno de Mauricio Macri logró la primera tanda de despidos. Se lograron algunas reincorporaciones en 2020 pero sin la regularización de trabajadores que además, pusieron (entre otros recursos) sus propios vehículos para visitar a las comunidades.
Ayer, el vocero presidencial Manuel Adorni habló de 160 oficinas en todo el país. “Muchos son pequeños espacios que estaban en el interior provincial cuando se daba cobertura en toda la provincia, y que se dejó de hacer por falta de presupuesto”, contó Ana Herrera, una de las trabajadoras que ya sufrió el despido macrista en 2018 y fue reincorporada.
“Ni siquiera teníamos Internet", añadió al sostener que si se mantuvo el asesoramiento fue por decisión de los trabajadores, que en Salta son 48.
Para hoy se prevén asambleas del organismo en todas las provincias, en Salta será en la sede del INAFCI ubicado en el INTA, a partir de las 9.