“Ir a tocar cumbia a Colombia es lo mismo que ir a vender naranjas a Paraguay”, grafica Rubén "Cacho" Deicas, cantante de Los Palmeras, una de las bandas más importante de cumbia del país y la región. Aunque suene difícil de creer, Los Palmeras jamás tocaron en Colombia, pero sí en el resto de los países de Sudamérica. “Es difícil entrar, tenés que tener un tema que abra caminos. Allá hay conjuntos súper buenos y no tenemos ganas de competir con ellos”, admite Deicas sobre la dificultad de presentarse en la tierra donde nació la cumbia, a orillas del mar. “¡Sí! ¿Cómo no me va a gustar la idea? Sería un orgullo tocar en Colombia e importantísimo para nuestra trayectoria”, precisa el cantante y no descarta la posibilidad de “desembarcar” algún día con su música en la cuna de la cumbia. “Fuimos varias veces, pero a pasear”, remata. La emblemática banda santafesina se presentará este viernes 22 de marzo a las 21.30 en GEBA (Freyre y Dorrego), junto a otro referente de la movida tropical, Antonio Ríos.
Con 52 años de trayectoria, Los Palmeras son embajadores de la cumbia tradicional con acordeón. La vigencia del grupo fundado en Santa Fe en 1972 por el acordeonista Marcos Camino responde a la perseverancia, la fuerza de trabajo, la apertura musical –grabaron con artistas tan disímiles como Chaqueño Palavecino, Axel, Andrés Calamaro, Leo Dan, Marcela Morelo o Neo Pistea-, y sobre todo la confianza y respeto hacia un género que atraviesa generaciones, territorios y clases sociales: la cumbia. “Nosotros hacemos clásica cumbia con acordeón que vino bajando desde Colombia. La trajo El Cuarteto Imperial a la Argentina”, precisa Deicas. “Al comienzo hacíamos covers, pero ellos le cantaban a la canoa, la palmera y el río. Sin embargo, nosotros hacemos canciones de amor y de vivencias”, repara.
“El gusto santafesino”, apunta sobre el aporte personal del grupo. “Acá en Santa Fe hay cumbia con acordeón, con guitarra, con teclado y trompeta. Pero nosotros le agregamos el gusto de la cumbia santafesina con acordeón y ahí nos mantenemos firmes”, dice el cantante. “Cuando vinieron El Cuarteto Imperial y Los Wawancó, estuvieron muchos años trabajando en Santa Fe. Ahí empezaron a aparecer todos los conjuntos que los imitaban y surgió una camada de muchachos que empezaron a armar su grupo, como nosotros”, contextualiza. “Pero hay que pelearla, porque esta es una pelea de todos los días”. De hecho, el éxito masivo de Los Palmeras les llegó después de treinta años de trayectoria, con “El bombón”, una canción viral que llegó a tener versiones en japonés y árabe. En 2006, después de la popularidad que consiguieron con el tema, brindaron ese mismo año más de 400 recitales.
-En 2022 cumplieron 50 años de trayectoria. ¿Cuál es la clave para sostenerse durante tanto tiempo y no perder vigencia?
-A veces de ser primero en la tabla pasás a la mitad, y luego subís al tercer puesto y así. El asunto es mantenerse. En este grupo hay mucha organización. Sabemos cuándo estamos arriba, cuándo estamos abajo o a mitad de tabla. Pero, más que nada, acá hay respeto por el público: llegar a horario, contar con buen sonido y presencia en el escenario. Entonces, todas esas pequeñas cosas hacen a la gran cosa. Y sobre todo tenemos responsabilidad por lo que estamos haciendo arriba y abajo del escenario, porque son cosas que se complementan. Tratamos de ser lo más responsables posibles y grabar canciones que no tengan doble sentido. Esa es la fórmula y la respetamos a rajatabla.
-¿A qué te referís con "canciones que no tengan doble sentido"?
-Porque quizá se graban canciones que tienen doble sentido y la gente no las digiere bien. En nuestro caso, hacemos cumbia clásica, le cantamos al amor y a las vivencias de cualquier ciudadano.
-Más allá de la organización y la logística, han encontrado una identidad musical y una forma de hacer música, ¿no?
-Nos mantenemos firmes al estilo que nació por el año '72 y nos ha dado muy buenos resultados. Podríamos haber incorporado instrumentos de viento u otras cosas, pero no lo hicimos. Como en el fútbol, equipo que gana no se toca.
En el marco de una gira que los llevará por Estados Unidos, Uruguay, Bolivia, Paraguay, Chile y México, el grupo santafesino compartirá escenario con Antonio Ríos y en su show invitarán a cantar a Jimena Barón, con quien lanzaron este año la canción “Elegante”. “Tenemos 51 discos grabados, por lo cual tenemos alternativas para hacer dos o tres repertorios”, destaca Deicas sobre el espíritu del show. “Entonces, eso lo vamos viendo según el movimiento y la temperatura de la gente. Tenemos una serie de temas que son para bailar y bailar”, simplifica. “Nosotros no hacemos música para escuchar, hacemos música para divertirse. Entonces, por ahí la gente empieza a tomar temperatura, a saltar o corear las canciones”, apunta sobre el termómetro para saber qué canciones precisa el show. “Una vez que subís al escenario, te olvidás de lo que pasa afuera. Arriba del escenario nos transformamos y hacemos lo que sabemos hacer. Estamos haciendo bailar a tres o cuatro generaciones. En los espectáculos vemos a la juventud, la adolescencia y las familias”.
-Ustedes hacen música para bailar y divertirse colectivamente. ¿Ese es el rol de la cumbia en momentos de crisis social y política como el actual?
-El rol que tiene la cumbia en momentos como estos es levantarle el ánimo a la gente y sacarla un rato de los problemas. La música es una terapia y es fundamental que la gente que nos viene a ver cambie el estado de ánimo con lo que hacemos. Los bailes y los espectáculos sirven para pasarla bien, aunque después volvamos a la realidad.
-¿Y cómo ves el presente de la cumbia en la Argentina?
-Han aparecido grupos con canciones muy buenas y ha sido un poco atacar en pelotón. Es una alegría inmensa hacer fuerza con todos los grupos y posicionar a la música tropical no solamente en el país sino también en distintos lugares del mundo. La cumbia finalmente se ha posicionado.