"El fútbol sigue siendo el deporte más estudiado por la importancia que tiene en nuestras sociedades, pero cada vez se suman otras disciplinas, como tenis, quidditch, capoeira, básquet, zumba, entrenamiento en gimnasios y surf", le dice a Página/12 la antropóloga Verónica Moreira respecto de su participación en el VII Congreso de la Asociación Latinoamericana de Antropología, que se realizó del 11 al 13 de marzo, en la ciudad de Rosario.
Hubo simposios y mesas redondas. Todos encabezados por investigadores de universidades públicas. Uno de ellos fue el denominado Estudios socioantropológicos del deporte, organizado por Julia Hang, Roger Mágazine y Ricardo Duarte Bajaña, en el que se presentaron unos 20 trabajos que abordaron problemáticas de los diferentes niveles del deporte (recreativo, amateur, profesional, alto rendimiento, adaptado) con la participación de hinchas, dirigentes, atletas y colectivos antifascistas de Argentina, Brasil, Uruguay y México.
También se realizó la Mesa Redonda sobre Estudios del deporte en América Latina, con la participación de Alejo Levoratti, Roger Mágazine y Luiz Rojoj sobre Argentina, México y Brasil, respectivamente. Y se presentó el libro La barra nunca muere, en el que el antropólogo Onésimo Rodríguez analiza las prácticas de los hinchas que integran las barras de dos clubes de la liga de Costa Rica. Uno de los temas más destacados fue el de "Deporte, género y sexualidades", coordinado por Caroline Soares de Almeida y Matías Godio, en el que entre otros profesionales participó la mencionada Moreira.
En diálogo con este diario, Moreira refirió a las distintas temáticas tratadas. Entre ellas, los cambios culturales en relación al fútbol, el deporte masivo de nuestro país: "Si bien existen algunos cambios importantes en el fútbol, la pervivencia de barreras de orden cultural e institucional caracterizadas por la asignación de roles y estereotipos de género continúa generando una distribución desigual de oportunidades en múltiples aspectos. Frente a esto, la pregunta por las estrategias para disputar y ganar derechos de personas que han sido históricamente vulneradas, subalternizadas y expulsadas de uno de los espacios privilegiados de sociabilidad en Argentina mantiene toda su vigencia".
–¿Cómo se abordó el tema de los géneros y el deporte?
–El género también apareció en algunas exposiciones del simposio, en el relato de mujeres de clases medias y populares de Montevideo que eligen hacer zumba en un gimnasio como una manera de encontrar un lugar propio, diferente del ámbito doméstico; las limitaciones que encuentran las mujeres que practican capoeira para ser reconocidas como protagonistas y portadoras de saberes; las dificultades de las atletas embarazadas y con hijos pequeños para continuar con sus carreras; o los modos y las estrategias de las hinchas para apoyar a sus equipos.
–¿Qué conclusión sacás del congreso en cuanto al deporte?
–El deporte sigue siendo un fenómeno que permite conocer diferentes aspectos de nuestra sociedad y cultura, desde las desigualdades y violencias por motivos de género en su intersección con otros marcadores sociales como la raza, la etnia, la clase y la edad. También conversamos sobre el proceso de elitización de los clubes y la pérdida de derechos de los socios, socias e hinchas por el avance de la lógica mercantil y de la emergencia de diferentes colectivos y movimientos sociales que se organizan para hacer frente a este proceso de "privatización".
–¿Qué influencia se nota en el deporte a partir de los gobiernos latinoamericanos?
–Hay una diferencia abismal entre el apoyo que tiene Brasil con su Ministerio de Deporte y la situación actual de Argentina, por ejemplo. Eso va a impactar en el desfinanciamiento del área, menos apoyo económico y operativo para los y las atletas, y el sostén de los diferentes niveles del deporte: alto rendimiento, deporte adaptado, recreativo y comunitario…