Las contradicciones, las idas y vueltas, los anuncios y las desmentidas parecen haberse convertido en el sello del gobierno de Javier Milei. A lo largo de estos 100 días de gestión sobran los ejemplos y la lógica parece no detenerse: este jueves se anunció que la nueva fórmula jubilatoria se fijará por decreto, a solo días de que el Presidente negara ante los medios esta posibilidad. ¿Improvisación, estrategia o falta de diálogo?
El pasado domingo, en una entrevista televisiva, Milei fue consultado sobre la licuación de los ingresos de lxs argentinxs, y particularmente de los jubilados y jubiladas. Si bien reconoció la fuerte caída del poder adquisitivo, aseguró que la formúla que la LLA había propuesto en la Ley Ómnibus "les permitía recuperar el 1,5 por ciento del PBI".
En esa misma charla, tras la pregunta del periodista sobre si la fórmula podría fijarse por decreto, el Presidente respondió de forma tajante: "No, esas cosas no se hacen por decreto", lanzó.
Días posteriores, en su habitual conferencia matutina, el vocero presidencial, Manuel Adorni, también descartó la posibilidad: "Por ahora, la fórmula por DNU no es una alternativa porque creemos que el debate es algo que se debe dar entre todos los sectores, que debe dar la política", sostuvo el portavoz.
"Cualquier fórmula va a contemplar que no se siga perdiendo poder adquisitivo. Por eso es un tema extremadamente delicado, siempre va a estar en el marco de la restricción presupuestaria y el equilibrio fiscal, que es innegociable. La fórmula jubilatoria va a seguir todas esas lógicas: que no perjudique al jubilado, que cumpla con el equilibrio fiscal y que se discuta por todos los sectores", sumó.
Sin embargo, pese a todos los pronósticos y "borrando con el codo lo que se escribió con la mano", este jueves trascendió que el Ejecutivo determinará por decreto la actualización de las jubilaciones en abril, que se dispondrá en base el Índice de Precios al Consumidor (IPC), más una compensación o refuerzo que rondaría el 10 por ciento.
De esta manera, la Casa Rosada busca adelantarse a la discusión que pretende dar la oposición en el Congreso, luego de no haber logrado un consenso con los sectores dialoguistas en el recinto.
Ahora solo resta saber cómo va a impactar esto en el debate de la Ley Ómnibus: si lubrica la negociación o produce el efecto contrario.