A 48 años del último golpe genocida, la red nacional H.I.J.O.S realizó un comunicado tétrico y alertador: el ataque y abuso sexual a una militante de la agrupación en su hogar. El mensaje fue transmitido por redes sociales y se decidió preservar los datos de la víctima como medida de protección. Si bien los detalles de la violencia forman parte del morbo, hay datos que merecen particular atención: los abusadores pintaron en una habitación la sigla VLLC, “Viva La Libertad Carajo” y solo se llevaron carpetas con información de la agrupación. En manos de la justicia, la denuncia no refiere a un robo sino a un “atentado político”.
Algunas noticias sirven como lupa para mirar más de cerca a la sociedad. Carlos Salas es referente de H.I.J.O.S regional La Matanza y comparte su preocupación: “lo que hablamos con otros hijos es que pensábamos que este tipo de cosas ya habían quedado en el pasado, pero con este presidente y su vicepresidenta no nos sorprende nada. Nos atraviesa el dolor porque lo que le pasó a esta compañera nos puede pasar a cualquiera de los hijos. Este gobierno no es sólo negacionista, no pasa solo por negar la cifra de los 30.000, sino que son apologistas de los crímenes de lesa humanidad. Quieren imponernos miedo”.
El presidente se manifestó en redes sociales ante lo sucedido poniendo “me gusta” en un tweet que desestimaba la denuncia. La vicepresidenta dijo al respecto de la marcha del domingo: “a la izquierda parece que se le va la vida si el 24 de marzo no logran que se escuche su mensaje ininterrumpido hace 40 años”. Además cuestionó las condenas a los genocidas: “se estiró el derecho hasta límites que no eran los correctos, el derecho no dice lo que se interpretó”, comentó en una entrevista con TN.
Para Salas estas posiciones son provocaciones: “yo lo que creo es que la clara intención de esta gente es buscar reacciones; que reaccionemos de manera no democrática, usarlo como excusa para eliminar la Ley de Seguridad Interior y sacar a los milicos otra vez a la calle. Es la única manera para poder imponer los ajustes y el plan económico imperialista y colonialista que tienen. Vienen por nuestras empresas, por Aerolíneas, por el litio. Yo no uso el vocabulario ‘neoliberal’ porque quiero sacar la palabra liberal de mi vocabulario, mis viejos y sus compañeros decían imperialismo y colonialismo, que hasta en las series y en las películas se está volviendo a usar”.
“Todo chiste tiene algo de verdad”, sostenía el psicoanalista Sigmound Freud. Un discurso que lentamente poblaba X, la aplicación antes conocida como Twitter, durante la pandemia, ahora resurge con efectos claros. En las redes sociales pareciera haber un permiso para hacer bromas con lo impensado, “gran parte de los jóvenes no dimensionan lo que dicen cuando hacen chistes con Videla o con un Falcon verde. Hay una especie de negación a la gravedad de los hechos que sucedieron en el país para que sea cool ser políticamente incorrecto”, comenta, por su parte, Azul Barrios, nieta de desaparecidos.
Los discursos de odio se han convertido en estudio de muchas disciplinas. Su reciente incorporación como término deja grises en el mundo legal. Según la Organización de las Naciones Unidas para el Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), “las dificultades a la hora de abordar el discurso de odio y legislar al respecto, empiezan por su definición, ya que no existe un acuerdo a nivel internacional sobre lo que significa el discurso de odio".
La ley se debate entre la apología a la violencia o la censura de opiniones. “Son cuestiones que ni los sociólogos ni los filósofos te pueden dar una explicación clara. Yo hablo de los intestinos, desde el corazón y duele la verdad. Todo esto ocasiona más que indignación, dolor, ¿no?”, se pregunta el integrante de H.I.J.OS.
Salas también menciona una deuda jurídica, “dictar una ley anti-negacionista hubiese sido una gran ayuda para que esto no pase, que esa ley prospere es un compromiso que nos queda para cuando volvamos a nivel nacional”. Mientras tanto, los ciudadanos se organizan para combatir las palabras y sus consecuencias físicas.
El cuidado que tomó H.I.J.O.S con el caso, no compartir los datos de la compañera afectada, tiene su raíz histórica. “Hace poco se incorporó la caracterización de violación o abuso sexual en los juicios de lesa humanidad. A los sobrevivientes que han pasado por esa situación en los centros clandestinos les costó años poder hablarlo en terapia y luego en los juicios. Hay que cuidarla a la compañera, esto nos lleva a que nos cuidemos, a que entablemos lazos. No importa si somos hijos de peronistas o de izquierda; todos fuimos víctimas, no solo los hijos de los 30.000, sino todo un país fue víctima de la dictadura genocida”, menciona Carlos.
Organizaciones por los derechos humanos del conurbano convocan a una vigilia en La Matanza este sábado a partir de las 16 horas. Se marchará por el centro de San Justo hasta la brigada de San Justo, que funcionó como centro clandestino de detención. Luego volverán a la plaza a leer un documento elaborado en conjunto por las organizaciones y partidos afines. La manifestación culminará el domingo 24 en Plaza de Mayo y a lo largo de todo el país. Las consignas estan más presentes que nunca: memoria, verdad y justicia.