Desde Concepción, Chile
Promediando la última década del siglo pasado, los himnos continentales que ayudaba a instalar la cadena MTV Latino le dieron un motivo de orgullo a Chile: a través del hit “Déjate caer” y el disco La espada y la pared, Los Tres se convirtieron en embajadores de un movimiento rockero que no era precisamente nuevo, pero encontraba una difusión inédita desde los tiempos de Los Prisioneros y luego La Ley. Además, el grupo encabezado por Alvaro Henríquez no procedía de Santiago como sus célebres colegas, sino del sur chileno; años después, al filo del cambio de siglo y cuando MTV empezaba a orientarse más a los realities que a la música, el impacto de Los Bunkers cimentó el mote de “Concepción, cuna del rock”.
No es casual, entonces, que en esta ciudad ribereña de cerca de un millón de habitantes, con una potente población universitaria, se celebre cada año en el Parque Bicentenario un festival que en 2023 atrajo a 160 mil espectadores. El Festival REC es gratuito, pero no es eso lo que arrastra a tanta gente y lo convierte en un evento central de la agenda rockera trasandina: en su novena edición, este sábado y domingo, se presentarán 43 bandas y solistas entre cuatro escenarios del Parque y el Teatro Bio Bio, una hermosa sala con capacidad para 1200 espectadores. La expectativa llevó a que la capacidad hotelera esté colmada y se vean colas en restaurantes y boliches al paso, pero los organizadores no pierden la calma: la experiencia acumulada desde 2015 llevó a que por primera vez se abra una invitación a la prensa internacional, y todo marcha sobre ruedas.
Argentina, además, tendrá su representación. Este sábado estarán A. N. I. M. A. L. en el escenario Vans y Usted Señálemelo en el Escudo; el domingo, el cierre del escenario Entel estará a cargo de El Mató a un Policía Motorizado. La clausura del primer día iba a ser para Divididos, pero el destino intervino de mala manera: Diego Arnedo sufrió un accidente doméstico que terminó con una luxación de cadera, y la banda debió bajarse del compromiso. El golpe anímico sufrido por los organizadores encontró un consuelo inesperado en el ingreso de Los Bunkers, que tras presentarse en Viña del Mar y a pesar de tener dos shows en el Estadio Nacional en abril, se sumó para protagonizar un reencuentro con su ciudad natal.
La efervescencia desatada es palpable en la ciudad, que ante la noticia agotó las últimas reservas de pasajes y habitaciones. Es que el quinteto encabezado por los hermanos Francisco y Mauricio Durán, formado en 1999, desactivado en 2014 y reformado en 2022 es otro de los grandes orgullos penquistas. Y no solo por sus giras por toda Latinoamérica y su conquista de México (resulta curioso que nunca hayan probado suerte en Argentina), sino por actitudes más allá de lo musical. Uno de sus grandes éxitos, "Miño", es un homenaje a Eduardo Miño, militante del Partido Comunista que se incendió a lo bonzo frente al Palacio de la Moneda en 2001, un desesperado llamado de atención por las víctimas de asbestosis. Y en las revueltas de 2019, Los Bunkers se subieron a un camión a tocar por las calles de Santiago. Para una población universitaria, grandes protagonistas de aquellos hechos recientes, hay un componente de identificación que convierte al Parque Bicentenario en una cita de honor.
No será lo único por ver, claro. Declarada por la Unesco "Ciudad Creativa de la Música", Concepción recuerda en sus aspectos esenciales a La Plata. El cartel del REC incluye a muchos grupos penquistas, productos de una fervorosa escena musical que, aseguran aquí, supera incluso a la de Santiago. Y en el nombre mismo puede encontrarse una clave nada menor, una especie de resistencia del festival al viejo estilo. La sigla refiere al nombre original Rock En Conce, pero la grilla amplía el espectro e incluye representantes del pop, el jazz, el reggae (con presencias destacadas como los ya veteranos locales de Gondwana y los ingleses UB40), lo indie, el punk, el hip hop y la electrónica... e incluso del género infantil, con actuaciones de Mondongo, El Barco Volador y Caleuchístico. Lo que no ha permeado en las preferencias del público del festival es el trap y el reguetón, pero sí hay un notorio orgullo con respecto a otra expresión de estos tiempos: 18 de las bandas participantes son lideradas por mujeres.
Detrás del festival, por otra parte, hay una intención de tender puentes a través de la cordillera. Este mes se implementó un vuelo directo de JetSmart entre Buenos Aires y Concepción tres veces a la semana, y para Cristóbal Benítez, director de Turismo chileno, el arte es solo una puerta de entrada. "Este tipo de festivales no son solo un evento artístico, se abre las economías creativas y el turismo", señala. Constanza Alegría Pacull, directora de la agencia Pro Chile Argentina, también apunta a "promover el intercambio cultural y turístico, generar vínculos cooperativos entre artistas de ambos lados de la Cordillera de los Andes".
Las perspectivas climáticas, por otra parte, acompañan el entusiasmo general. Si el año pasado se vivieron escenas de cierto dramatismo por un temporal de lluvia y viento, en esta novena edición hay un pronóstico mucho más apacible, que invita a la previa a la vera del Río BíoBío o una recorrida por la Feria REC (con 32 expositores de economías regionales), una "Zona de descanso sensorial" en el Teatro, los stands de campaña de donación de órganos o el Punto Violeta que pone en agenda reivindicaciones centrales de la agenda feminista, cuestiones de género, diversidad e inclusión. En ese sentido, una de las novedades de este año es la implementación de un espacio especial para personas autistas y sus acompañantes, en la terraza de un centro comercial lindero que les permite una vista privilegiada de los dos escenarios principales reduciendo el ataque sonoro. Porque todo indica que, en dos días de pura fiebre, Concepción va a sonar fuerte.