El decreto 268/2024 del miércoles pasado establece un bono de 70.000 pesos a quienes cobran la mínima (134.445,30 pesos) y de un proporcional para permitir que nadie perciba menos de 204.445,30 pesos en abril, igual que en marzo. En paralelo, el decreto 274/2024 de este lunes reforma la movilidad previsional para que desde abril se actualicen los haberes por la inflación de dos meses atrás. Así, en abril además de la inflación de febrero (13,24 por ciento) se va a “reconocer” 12,50 por ciento por la inflación de enero, que fue 20,61 por ciento.
A su vez, que los aumentos nominales de abril, mayo y junio operen como incrementos “a cuenta” de la movilidad de junio (último a darse por imperio de la ley vigente hasta hoy) no ha de tener impacto alguno, dado que dicha movilidad es muy improbable que supere el 55 por ciento que habría de acumularse en los pagos a cuenta de estos tres meses.
Además de consolidar casi la mitad de la pérdida de poder adquisitivo de los adultos mayores en enero, de combinar las dos normas surge que, como el bono se estableció antes que la nueva movilidad, va a seguir operando sobre el haber mínimo de 134.445,30 pesos. Ello implica que nadie que perciba (sin considerar el bono) menos de 160.481,42 pesos va a recibir incremento alguno en abril. Ello engloba a más de 2,5 millones de jubilados y pensionados, a 1,5 millones de pensionados no contributivos (especialmente por invalidez) y a 0,3 millones de personas que cobran la pensión universal para el adulto mayor. Casi cuatro millones y medio de personas (cerca de un décimo de la población argentina total) van a cobrar, pese a la inflación, lo mismo en abril que en marzo.
Y en mayo, suponiendo que la inflación de marzo sea del 12 por ciento (según las consultoras más optimistas relevadas por el BCRA), tampoco van a aumentar ni un centavo los haberes de quienes en marzo cobraron sin bono hasta 143.539.21 pesos, y hasta podrían bajar, salvo nuevo decreto que “renueve” algo del bono.
En junio el panorama no mejoraría mucho, ya que, al perder sentido el bono (que llevaba el haber mínimo a 204.445,30 pesos) y con una inflación “optimista” de 9 por ciento para abril, el haber mínimo (el que cobra la mayoría) pasaría a ser de 209.094,70 pesos con un aumento nominal de 4.649,40 pesos, menos de 2,3 por ciento, tras tres meses.
De cumplirse las proyecciones del gobierno, de una inflación de 7,9 por ciento en mayo y 6,2 por ciento en junio, en tres meses de vigencia de “la nueva movilidad” la mayoría de los jubilados van a poder comprar un 18 por ciento menos que en marzo.
Hasta en el escenario ideal de inflación cero desde octubre (suponiendo 5,9 por ciento en julio, 5 por ciento en agosto y 2,5 por ciento en septiembre) los jubilados seguirían perdiendo. En diciembre la mayoría estaría cobrando 273.085,16 pesos de haber mínimo, con lo que van a poder comprar un 29 por ciento, achicando un 29 por ciento la mesa navideña de los mayores respecto a diciembre 2023 (tres eliminar los 15.000 pesos del bono alimentario de PAMI, que se pagó de octubre a diciembre de 2023 y que el actual gobierno dejó de entregar en enero a más de tres millones de personas).
Como efecto final, dado el supuesto de inflación 0 por ciento desde octubre de este año, esa caída de casi un 30 por ciento en el haber en un año se volvería definitiva, dado que al no haber inflación tampoco se van a producir más aumentos de haberes.
(*) Investigador del Instituto del Conurbano de la Universidad Nacional de General Sarmiento. [email protected]