Un nuevo capítulo se suma en la polémica por las pruebas PISA, los exámenes estandarizados que toma la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) cada dos años a sus países miembros. A pesar de que esta vez a la Argentina le fue mejor, el organismo la excluyó del ranking con el argumento de que los resultados son estadísticamente improbables y que la muestra fue modificada ya que varias escuelas fueron excluidas de la medición. Especialistas en educación atribuyen el cambio de la muestra al abandono del régimen polimodal y cuestiona que el organismo haya "negociado" con el actual Gobierno qué hacer con los resultados. Como cada año, suman además su rechazo a esta prueba por ser “estandarizada y descontextualizada”.
Las evaluaciones estandarizadas PISA se toman en 73 países y miden el conocimiento en matemática, lectura y ciencias alcanzado por alumnos de 15 años. En septiembre del año pasado participaron del examen 7.500 estudiantes de 238 escuelas públicas y privadas. En 2012, la rindieron 5.900 alumnos de 226 escuelas. La diferencia se explica por el abandono de la modalidad polimodal y el crecimiento de la matrícula.
Desde la OCDE dijeron que no tener evidencia de “que haya habido una manipulación intencional de las muestras” y que saben que el listado de escuelas tomado del censo de 2013 había sido actualizado para reflejar la realidad de 2015.
Lo OCDE no explica por qué la duda sobre la muestra llegó con los resultados y no al inicio del proceso cuando se confeccionó el listado de escuelas.
Para el ministro de Educación, Esteban Bullrich, la exclusión de la Argentina del ranking se debió a un “error técnicamente grave” pero sin “animosidad” por parte de la gestión anterior. "Esto muestra poco apego y compromiso con las estadísticas, esta es la lectura que hacemos porque técnicamente el error es grave", afirmó el funcionario en conferencia de prensa en la Casa Rosada.
El ex titular de Educación, Alberto Sileoni, aclaró: "No hubo manipulación de datos." "Mandamos menos escuelas porque hay escuelas que ya no existen más. Hubo escuelas que se fundieron en otras. Esas explicaciones se la dimos a PISA", explicó el ex ministro en declaraciones a radio Vorterix.
Para la pedagoga y ex diputada Adriana Puiggrós, el mayor cuestionamiento es que la OCDE “negoció” con Bullrich qué hacer con los resultados.
“Si la muestra era errónea como dicen, la tendrían que haber invalidado al principio. Es un escándalo internacional que los responsables de tomar las pruebas hayan conversado con el Gobierno, como dijeron hacerlo”, sostuvo Puiggrós
La pedadoga señaló que lo que sucedió este año con las PISA deja en evidencia que el organismo compara “gatos con manzanas” al medir de la misma manera sistemas educativos diferentes.
En línea con lo que sostiene Puiggrós, en el sitio web de la OCDE afirman que las PISA "aplica normas técnicas estrictas para el muestreo de escuelas y estudiantes", por lo que el organismo es parte o al menos conoce la formulación de las muestras.
Desde la Confederación de Trabajadores de la Educación (Ctera) se sumaron a las críticas y afirmaron que las escuelas donde se tomó el examen fueron las mismas. “En 2012 se evaluó el primer año del polimodal de una escuela en Avellaneda y este año, en esa misma escuela, se evaluó el tercer año de la secundaria. El polimodal ya no existe pero la escuela es la misma”, explica Eduardo López, secretario general del gremo docente, e insiste en rechazar este tipo evaluaciones.
“Estamos a favor de la evaluación, pero no de las pruebas estandarizadas internacionales que no son integrales y no comprenden el contexto ni la inclusión. En todos los países, las muestras las eligen los gobiernos sobre una población acotada. Es como que quieras medir la mortalidad infantil sólo con los chicos que tienen prepaga", apuntó el dirigente sindical.
"El resultado fue mejor porque hubo inversión y eso, aunque le pese a Bullrich, no se puede negar”, remarcó López.
En la Ciudad de Buenos Aires, que participa de la medición de manera autónoma, los resultados fueron buenos: los estudiantes porteños se ubicaron en el puesto 38, por encima de sus pares latinoamericanos. Sin embargo, no fueron para nada buenos los de las Timss, otra de las evaluaciones estandarizadas que se toman entre los estudiantes porteños de cuarto grado y primer año. Allí, la Ciudad quedó en el puesto 46, de 55 ciudades.
“Las mediciones estandarizadas son así de arbitrarias, no resisten el menor análisis pedagógico. Nadie puede decir que las Pisa ni las Timss sean kirchneristas o del PRO, las toman empresas pagas que te cobran tanto el diagnóstico como el remedio y una te da bien y la otra, no tiene sustento”, afirmó López.