Las consecuencias del modelo económico de Javier Milei ya se sienten en San Martín, la capital nacional de la pequeña y mediana industria. En el partido del noroeste del conurbano bonaerense, el 80 por ciento de los comercios y pymes declara haber sufrido caída en las ventas en los últimos meses, con una magnitud promedio de 35 puntos.
A la vez, como consecuencia, ya registran una pérdida del empleo de 7,5 puntos en el sector y una caída interanual del uso de la capacidad instalada de 30 puntos.
Los datos surgen del último relevamiento realizado por el Observatorio Socio Económico de la municipalidad de San Martín y fueron publicados por el intendente Fernando Moreira, a través de su cuenta de Twitter.
El secretario de Producción y Desarrollo Económico local, Alejandro Tsolis, le comentó a Buenos Aires/12 que "nosotros hacemos una misma encuesta trimestral entre las pymes desde 2017, una serie que no paró ni en pandemia, ahora estamos cerrando el informe del último trimestre de 2023, pero a la vez decidimos hacer una encuesta rápida, con un cuestionario muy breve, para tener una foto de la situación actual y del deterioro de estos meses".
De esa encuesta surgen los datos que publicó el intendente Moreira. Las pymes locales registran aumentos promedio de 70 por ciento en los insumos que utilizan y superiores al 40 en sus costos de logística, producto del aumento de combustibles, que tampoco se detiene.
Algo que Tsolis considera relevante es el cambio en las principales preocupaciones. "Pasamos del problema de la escasez de insumos, por las trabas para importar, hace unos meses, a la falta de ventas", define, y agrega que "hoy a las pymes no les suena el teléfono porque el mercado interno está congelado".
Caso testigo
Norberto Fedele es el titular de Laminación Paulista Argentina, una pyme metalúrgica de diecinueve empleados, y actualmente preside la Unión Industrial de San Martín (UISM). “Medida en kilos, la caída de las ventas de estos meses ya llegó al 40, y este no parece ser el piso, vamos a seguir cayendo”, señala.
Fedele da cuenta de un cambio de hábitos de los últimos tiempos, común entre los empresarios pymes de la zona. Se pasó el día arriba del auto, visitando clientes, para tratar de empujar, o al menos sostener, las ventas, algo que hace años no se veía obligado a hacer.
Sus clientes son industrias, cuya demanda también se cae. Si no venden productos terminados, sean cacerolas, aberturas o autopartes, no compran laminados. Ahora tienen un agravante: empiezan a competir con bienes terminados importados de China.
Fedele, que de cada crisis se lleva un impacto en su salud personal, todavía no se vio obligado a despedir y espera no tener que hacerlo. "Nosotros, los que manejamos pymes, construimos relaciones con las personas con las que compartimos la jornada de trabajo. Para mí son 'el Tucu' o 'el Cabezón', no son números", dice.
“Todos los sectores tienen problemas serios, todos se quejan”, dice en referencia al resto de las empresas y ramas representadas en la UISM.
“Algunos hablan de industricidio pero yo disiento", dice Fedele que advierte que el proceso que se vive en la región y en todo el país es "un principio". "A las grandes no les va a ir mal" asegura y ejemplifica: "Es como cuando éramos chicos y jugábamos en la pelopincho a ver quién aguanta más bajo el agua. Eso es exactamente lo que está pasando”.
"Los gerentes de las multinacionales pueden esperar, pero yo cada día tengo que pelear las condiciones con los proveedores, tratar de ampliar el descubierto en el banco, conseguir pedidos, todo para no hundirme", enumera al repasar los múltiples responsabilidades que deben enfrentar los pequeños empresarios y que, por estas horas, complica la situación de la actividad.
Repetición y posible recuperación
Fedele tiene 54 años, recuerda otras crisis y compara. “Esto es peor que los tarifazos de Macri, por la falta de demanda, se parece al final de Menem, con los efectos tequila y vodka”, rememora citando las crisis que desde México y Rusia pegaron de lleno en la crisis que marcó el final de los gobiernos del riojano en el los noventa.
La preocupación de Moreira es compartida por la mayoría de los intendentes, pero el caso de San Martín es emblemático. Años atrás, en 2014, la ciudad fue declarada por la Cámara de Diputados de la nación como 'Capital Nacional de la Pequeña y Mediana Empresa Industrial", por ser generadora del 9% del PBI industrial de la Provincia de Buenos Aires.
Cada mes de septiembre, Expo Ciudad Pyme es visitada por miles de empresarios de la provincia y el país. Todo indica que este año no se hará. "El clima de negocios no es favorable, no es oportuno invertir en eso", explica Tsolis.
Si no se modifica el rumbo y se continúa con la etapa recesiva, el impacto del modelo económico en el sector generaría un daño enorme, tanto en las finanzas del municipio como en el tejido social y productivo local. El fenómeno comienza a asomar y nadie arriesga pronósticos sobre su duración o magnitud.
Consultado por la posibilidad de la tan mentada “recuperación en V” que promete el gobierno para el tramo final del año, Hernán Letcher, economista del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) y concejal mandato cumplido de San Martín, se muestra escéptico.
“Una recuperación puede tener cuatro motores: gasto público, consumo privado, inversión o exportación. Gasto público no hay, tachado. El consumo privado se contrajo y nada indica que vaya a recuperarse", seañala. Y agrega: "Cuando no hay consumo es difícil que crezca la inversión. Puede haber una mejoría en las exportaciones, sobre todo porque este año no hay sequía, pero eso de ninguna manera alcanza para una V. Significaría tres o cuatro puntos, nunca diez”.