El cartel dice “cerrado por falta de luz por problemas edilicios”. Está pegado en la Unidad de Atención Integral (UDAI) de la Anses de Flores, en Rivadavia y Nazca, una de las que tiene mayor concurrencia. Unas cuadras más allá, la UDAI de Liniers opera limitadamente “por falta de limpieza”, que en otras palabras significa que despidieron a quienes limpiaban en esa sede. En Chaco sólo dice "cerrado" y hay cintas rojas, de las que se usan para accidentes, cruzadas en la puerta. Eso ocurre en seis UDAI de esa provincia: en todas, los empleados fueron despedidos. Al jubilado le dicen que haga el trámite que necesita en otra UDAI: la más cercana, en algún caso, queda a 243 kilómetros.
En Río Negro cerraron sedes en tres localidades y en Neuquén terminaron con las UDAI de Junín de los Andes y Aluminé. En Mar del Plata, en una UDAI de 18 empleados, despidieron a 13. Así en todo el país. Para hacer un trámite, habrá que moverse kilómetros. En las oficinas centrales de Anses afirman que los primeros en cobrar en abril, del miércoles 3 al viernes 5, no contarán ni con el aumento ni con el bono anunciados, porque no hay tiempo para procesar esas liquidaciones, un poco por la insólita improvisación para fijar porcentajes de incremento y el monto del bono, y otro poco porque en algunas áreas, de siete empleados, despidieron a cinco. Los cuatro sindicatos de trabajadores de la Anses anunciaron que las oficinas no atenderán este miércoles 27. El paro, que ya se hizo visible en la jornada del martes, es en protesta por los despidos pero también por la ridícula oferta salarial del Gobierno: 8 por ciento de aumento. Junto a los miles de telegramas que están llegando —a la Anses, el Servicio Metereológico, Senasa, Conicet, Cenard—, en algunos casos se dispuso mandar también a la policía que, directamente, ocupa las instalaciones.
Las idas y vueltas del gobierno de Javier Milei respecto del aumento jubilatorio son insólitas:
* Hace una semana, el vocero presidencial, Manuel Adorni, sostuvo que todo se resolvería en el Congreso y que de ninguna manera habría un decreto por la cuestión jubilatoria.
* Dos días después, el Gobierno anunció que sí recurriría al decreto para subir las jubilaciones y que, desde abril, los aumentos serían en base al Índice de Precios al Consumidor (IPC).
* 72 horas más tarde se conoció el DNU que establece que el aumento por IPC no será a partir de abril, sino desde julio, pero en el medio habrá un período de transición. Se fijó una especie de reparación por las pérdidas que sufrieron los jubilados -12,5 por ciento-, más la inflación de febrero —13,2—, con lo que el aumento acumulado sería del 27 por ciento. La mínima, incluyendo el bono de 70 mil pesos, treparía a 240 mil pesos. Surgió un problema, el tope para la mínima estaba fijado en 205 mil pesos.
* Este martes se esperaba un nuevo correctivo, por decreto, según anunciaron en el Ministerio de Economía. El tope se levantará de 205 mil a 241 mil pesos.
El proceso inédito de desprolijidades y marchas atrás lleva, por ejemplo, a que los bancos ya tienen las liquidaciones de abril, donde no figuran ni el aumento ni el bono. Por lo tanto, en las oficinas centrales de Anses afirman que podrán cambiar las liquidaciones que corresponden a los jubilados que cobran después del 8, pero que difícilmente lo puedan hacer con los que cobran el primer día hábil, el miércoles 3, el jueves 4 y el viernes 5. La cuestión se da en un clima muy difícil por la cantidad de despidos, que incluyen a trabajadores que ingresaron por concurso a principios de 2023.
Cesantías a mansalva
Según los cálculos hechos el viernes, llegaron en total 900 telegramas de despido y para esta semana se esperaban 400 más. Hay oficinas que cierran porque se quedaron sin personal. En Chaco dejaron de funcionar las oficinas de Machagai, Pinedo, Taco Pazo, Sauzalito, Fuerte Esperanza y Barranqueras. Los jubilados de Pinedo deberán ahora ir a Sáenz Peña, a 123 kilómetros. Los de Sauzalito a Castelli, 248 kilómetros, los de Tazo Pozo también a Castelli, 332 kilómetros.
Según fuentes gremiales, en Provincia de Buenos Aires se produjeron una enorme cantidad de despidos. Por ejemplo, en una UDAI fuera del centro de Mar del Plata, en la que hay 18 empleados, despidieron a 13. En Río Negro directamente cerraron tres oficinas y en Neuquén cerraron dos, despidiendo a todos los empleados. En Córdoba se cerró la UDAI de Brinckmann, en el noroeste de la provincia. Los jubilados, para hacer un trámite, deberán viajar a San Francisco. Son sólo 70 kilómetros, pero La Nueva Mañana consignó que el colectivo cuesta hoy 6907 pesos. En Santa Fé cerraron las UDAI de Vera y Villa Ocampo, hay que trasladarse a Reconquista: el pasaje, ida y vuelta, 11.600 pesos. Cifras imposibles para jubilados.
Es evidente que sacarán de la manga la explicación de que buena parte de los trámites se pueden hacer online. Es falso. Iniciar la jubilación, pensión por fallecimiento, moratorias, retiro por invalidez, reclamos, reconocimiento de servicios, son todos trámites presenciales. Además, basta ver lo que ocurrió con el registro de la tarjeta SUBE. Se produjeron colas descomunales porque el caótico gobierno de Milei no logró hacer funcionar la página de internet y, por supuesto, muchas personas mayores no tienen quien les ayude a manejarse con la computadora o directamente no tienen un celular inteligente.
Durante toda la jornada de este martes, hubo muchísimas UDAI que no funcionaron, en protesta por los despidos, por falta de personal, porque no hay servicio de limpieza y en rechazo al 8 por ciento de aumento salarial que ofrece el Ejecutivo. Casi como una consecuencia natural, los cuatro sindicatos a los que están afiliados los trabajadores de Anses resolvieron que este miércoles 27 no se atenderá al público.
En el anárquico gobierno de Milei ni siquiera se aplicó algún criterio en los despidos: no hubo análisis previo, se prescindió tanto de contratados como de quienes ganaron concursos, los que entraron en 2023 igual que los que llevaban siete e incluso diez años de antigüedad; no se pensó en reorganizar o redistribuir. El único criterio fue despedir y, sobre todo, hacerles casi imposible cuaquier trámite a los jubilados.
El imperdible escritor griego Petro Markaris describió la crisis griega en sus novelas policiales. Liquidación final arranca con el comisario Kostas Jaritos llegando a un departamento en el que hay cuatro jubiladas que se suicidaron. Dejaron una nota: "Somos cuatro mujeres jubiladas, sin hijos ni perros. Primero nos recortaron la jubilación, después tuvimos que pagar los medicamentos. Nos dimos cuenta que somos una carga para el Estado, para el sistema de salud, para las farmacias, para la sociedad entera. Nos vamos. Así no tendrán que preocuparse por nosotras. Con cuatro jubiladas menos, mejorarán las condiciones de vida de ustedes".