El fiscal de Mar del Plata Juan Manuel Pettigiani se subió a la agenda del gobierno nacional y la ultraderecha al denunciar a la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, tras una declaración que dio en el marco de la masiva movilización del 24 de marzo, cuando expresó el deseo de que el presidente Javier Milei "se vaya pronto". Pettigiani --reconocido por denuncias de maltrato laboral y por actuar a favor de grupos de neonazis, narcos y rechazar las causas por delitos de lesa humanidad-- denunció a Carlotto por los presuntos delitos de rebelión y amenaza de rebelión, que prevén penas que llegan hasta los 15 años de prisión.
Pettigiani interpretó que las declaraciones de Carlotto son “una incitación a la acción violenta, incompatible con la Constitución Nacional, y que resulta castigada por el Código Penal”. “La discusión pública debe darse dentro de los límites que plantea nuestra Constitución y no mediante expresiones violentas y antidemocráticas”, sostuvo el fiscal, cercano a los grupos de ultraderecha de esa ciudad.
“El llamado a que el Presidente de la Nación ‘se vaya rápido’ constituye una incitación a despojarlo de su cargo mediante el uso de la fuerza, pues esta constituye la única forma en que dicha amenaza se puede concretar. Tales aseveraciones, en el lugar y contexto en que fueron vertidas, constituirían la amenaza de rebelión”, aseguró en un esfuerzo de la interpretación.
Además, sostuvo que las declaraciones fueron hechas en un "contexto de violencia" porque en otra parte de la marcha, alguien quemó un muñeco de Milei. Además, responsabilizó a Carlotto por las amenazas que habría recibido en redes sociales la vicepresidenta Villarruel.
El fiscal que sale a ponerle argumentos jurídicos a la reacción que en las redes sociales tuvo todo el arco de la derecha, con la vicepresidenta a la cabeza, está enfrentando una auditoría ordenada por el procurador interino Eduardo Casal, a raíz de una larga lista de denuncias de empleados judiciales por maltrato laboral.
También se investiga su morosidad para avanzar en causas por trata de personas y por narcotráfico y la costumbre que tiene de intervenir en causas, ver el expediente y luego excusarse diciendo que tiene un amigo entre los acusados. La auditoría que lanzó Casal abarca a toda la jurisdicción, no sólo a Pettigiani. Pero en el ámbito judicial se presume que él se vería seriamente en problemas con los resultados que va a arrojar.
Pettigiani también chocó con el juez Alejo Ramos Padilla en la causa por asociación ilícita y violación a la ley de inteligencia, en la que el fiscal buscó defender y proteger a otro fiscal involucrado: Carlos Stornelli. Sin ruborizarse, Pettigiani impulsó el sobreseimiento de su colega involucrado en la causa contra el falso abogado Marcelo D'Alessio.
También tuvo una participación polémica en la causa de los neonazis de Mar del Plata: intentó conseguirles una probation, pero fracasó y fueron condenados. En aquel entonces, Pettigiani había intentando minimizar las acciones del grupo neonazi a un simple "enfrentamiento entre bandas", a pesar de que se había probado que los acusados atacaron a personas por ser activistas de agrupaciones sociales y militantes políticos, y después de los ataques mostraron tatuajes del Tercer Reich.
La relación entre los militantes de la Libertad Avanza y los grupos neonazis marplantenses, como el que representa Carlos Pampillón, son de afinidad. En la previa de la segunda vuelta electoral, la diputada electa Lilia Lemoine compartió un video de Pampillón en el que le pedía "todo el personal en actividad de Ejército Argentino" que "ponga pelotas" para defender a Iván Volante, un capitán retirado -amigo de Victoria Villarruel- que había reivindicado los delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar.
El fiscal también tuvo una intervención polémica en una causa por 16 casos de trata y explotación sexual en un circuito integrado por la whiskería La Posada y el prostíbulo El Paraíso. En aquel caso, Pettigiani pidió penas para solo dos de siete imputados. Entre las absoluciones, el fiscal consideró como personas vulnerables a la esposa de quien estaba acusado como financista de la red y a los empleados de la barra del prostíbulo, que también organizaban tareas cotidianas y velaban por la seguridad del lugar de explotación sexual.
La enemistad de Pettigiani con Abuelas no es novedosa: en Mar del Plata, cuando ocurrieron los juicios por la verdad, intentó echar a Abuelas e HIJOS de la casita donde funcionaban frente al hospital materno infantil.