“Siempre estamos naciendo/ siempre”. El verso se lee en la página 37 de Flor amiga de los diez guanacos, el primer poemario publicado por Anahí Rayen Mariluan. Seleccionar un verso es toda una hazaña: todo el libro tiene la musicalidad propia del idioma mapuzüngun, del pueblo mapuche, con un delicado trabajo de engarce con el castellano. La autora es cantora, es música mapuche, y así se presenta desde su página oficial. De familia con una larga tradición musical, canta y compone desde pequeña. "Así estoy, siguiendo el camino de muchas mujeres que se aferran al ül, al canto o poesía que en mapuzungun son una misma cosa", cuenta.
El libro tiene fecha de presentación el jueves próximo desde el Auditorio de Radio Nacional Bariloche, a las 19, con la participación de Liliana Ancalao, Vanesa Gallardo Llancaqueo y Natalia Cabello. Las reservas para asistir se deben realizar en el teléfono +54 9 294 4164591. Será además transmitido por AM 590 y FM 95.5, y en www.nacionalbariloche.com.ar.
"Este libro fue impulso de toda gente muy querida, entre las que figuran mis lamngen (hermanas de mi pueblo mapuche) y también del empujón que significó para mi formar parte del Libro de las diez mil cosas, con curaduría de Claudia Fontes, Paula Fleisner y Pablo Ruiz. Ese encuentro en el Documenta fifteen en Kassel, exponía estos poemas entre otros valiosísimos. Allí me di cuenta que iban camino al canto, pero se encontraban fortalecidos en sí mismos y que en la palabra también habita un canto latente", cuenta Anahí sobre la génesis de esta publicación.
En cada poema, Anahí despliega recursos que traen a la música. Así lo dice la poeta Liliana Ancalao a modo de poético prólogo: “El mapudungun canta, danza y se baña en la cascada transparente de la voz de Anahí Rayen. Nos lleva a girar entre las estrellas, a caminar en la frescura del bosque y acaricia esa herida que supura y que ellos-los otros, se niegan a curar”.
“Estoy arriba de los álamos y me considero un pájaro”, es el título del poema que se lee en la página 56, donde Anahí se adentra en la historia de su abuelo, el poema más narrativo del libro. “Mariluan Diez guanacos/ de 44 años/ cerró los ojos/ convencido de haber entregado/ en orden/ la vida por el trabajo.// Mi padre y dos hermanas/ lo enterraron junto a su caballo/ para que cabalgue/ camino al río de estrellas./ Después,/ siguió el desorden nomás”.
Ante la pregunta, Anahí responde: "Mi familia, es central aqui. Tal como notaste, mi padre es el hijo de aquel abuelo que por fin juega, mi madre es la pájara y el nombre que han elegido ellos para mi es Flor Amiga de diez guanacos, que es la traducción de mi nombre y apellido".
Anahí siente que “no hay un tránsito de música a letras escritas. Canto o poema, ül en mapuzüngun, es la misma cosa en mi entender y en la concepción del pueblo al que pertenezco”. Con respecto al libro, adelantó que “se compone de dos partes”. “La primera, Ül, son cantos/poemas que fueron hechos para el libro de las 10.000 cosas que participó en el Documenta 15 en Kassel y hoy aparecen reunidos aquí. La segunda, Kupalme, son textos que elegí de las cosas que constantemente voy escribiendo. Estamos hechos de retazos escritos que vamos guardando por allí, les di forma con este libro en que me acompaña”.
“Realizo mis composiciones con la convicción de contribuir al futuro del pueblo al que pertenezco. En esta otra forma de decir que complementa al habla, canto a las mujeres, a las abuelas y al territorio mapuche, que seguimos habitando –define Anahí su lugar político y afectivo-. No hay tiempo para que nazca un brote, por eso la aparición de este libro tiene que ver con la sorpresa de la vida y con la simpleza nomás. Camino del lado donde los feminismos alumbran las trayectorias de las mujeres indígenas, es en ese sentido en que como mujer me autorizo a "una otra belleza" que es la palabra escrita. Kisulelaiñ no estamos solas, además de las ancestras, está el equipo de Ediciones Las Guachas, una editorial de mujeres vecinas, reunión en la que siempre me siento cómoda, que acompañó con diseño y corrección las páginas que hoy ven la luz. Empezaré a presentarlo en conciertos porque así es la vida de las pájaras.”
En su labor musical, Anahí editó cuatro álbumes: Kisulelaiñ - No estamos solas, en 2015; Amulepe taiñ purrun - Que siga nuestro baile, en 2016; Mankewenüy - Amiga del cóndor, en 2018 y Futrakecheyem zomo – Ancestras, en 2021, a través del sello argentino Club del Disco. Además, estrena desde el año pasado en redes los temas de su quinto álbum, Zomo ñi ko, íntegramente dedicado a la defensa del agua. Con su música, además de recorrer la Patagonia y todo el país, Anahí pudo llegar a Alemania, España y Holanda. También participó de festivales en Cuba, Perú, Chile y Estados Unidos. Por eso se considera una “agradecida” de la música. Y quien quiera conocerla mejor, puede acceder a su página web https://www.anahimariluan.com.ar/.
Flor amiga de los diez guanacos es -como subrayó Anahí- fruto del trabajo de Ediciones Las Guachas, una editorial independiente, feminista, radicada en Patagonia, conformada por Tamara Padrón Abreu, Julieta Santos y Florencia Nobre. “Estamos firmes en la convicción de contribuir desde el Sur, desde el que leen, escriben y editan, a la visibilización y difusión de voces de mujeres y disidencias dentro del campo literario”, dicen sus creadoras. “Somos una editorial joven, recién estamos entrando en nuestro cuarto año de trabajo, y en este contexto tan hostil, en el que todas las expresiones de la cultura están en peligro, decidimos redoblar esfuerzos, porque ante el desguace sistematizado nuestro compromiso está en ofrecer una trinchera colectiva. Queremos acompañar amorosamente cada proceso de creación en sus diferentes instancias, porque el libro además de ser un objeto cultural, simbólico, industrial, político, es también un objeto afectivo”, expresó Padrón Abreu.
Desde la mirada de su editora, “Flor amiga de diez guanacos reúne poemas que dan cuenta del territorio que habitamos, de sus contradicciones, de sus luchas, poemas que hablan de identidad y de memoria. Desde la intimidad del hogar, del linaje y las ancestras, construye un camino con la multiplicidad de vida del Wall-mapu y sus voces”.
El libro se realizó amorosamente para convertirlo, además, en un objeto “hermoso”, con imágenes de Marión Prieto intervenidas a partir del arte digital de Florencia Nobre, diseñadora de la editorial.
“Esperamos que el libro circule, que haga su camino, nosotras vamos a estar ahí para sostener y posibilitar, porque ese es el trabajo colaborativo de una editorial, que como muchas otras, buscan la manera de garantizar la pluralidad de voces. Más poesía, más literatura, para más lectoras y lectores, para más cultura”, dicen sus editoras, a quienes se puede contactar por su perfil de instagram: https://www.instagram.com/edicioneslasguachas/.
Las editoras subrayan que su compromiso “está en la construcción del catálogo, dando lugar a ficciones de calidad, discursos disruptivos, poesía que amamos de autoras admiradas y también noveles, abriendo geopoéticas y cartografías literarias lejos de los discursos únicos”.
En este contexto crítico, tienen muy en cuenta el precio de los libros. “No queremos que se conviertan en artículos de lujo, sino que estén para quienes los necesitan, por eso intentamos absorber todos los costos posibles, minimizando las ganancias para que los precios no sean privativos. La discusión es más profunda y excede estas líneas, pero hay que darla. ¿A quién beneficia que la mayor parte de la población quede relegada?”, preguntan.
A las colecciones Prosa Guacha y Derivas Poéticas sumarán Citar la Fuente, dedicada a textos ensayísticos, de debate y de no ficción. Están preparando los primeros títulos, lo lanzarán con Metonimias, de Cecilia Alaniz, autora neuquina, un libro de propuestas situadas desde la ESI y la perspectiva generizada en la enseñanza de literatura en las aulas. “Queremos que los libros sean una potencia de posibilidad multiplicadora”, se entusiasman.