2 Newell's: Porcnij (6); San Román (5), Bianchi (6), Paz (5), Ferroni (5); Leyes (6), Rivero (7); Torres (6), Sarmiento (6), Figueroa (4); Leal (4). DT: Juan Manuel Llop.
1 Chacarita: Fernández (5); Menéndez (5), Robledo (4), Ré (5), Lazarte (5); Mellado (4), Erbes (5), Martínez (5), Rodríguez (4); Gagliardi (5), Imbert (4). DT: Walter Coyette.
Goles: PT: 29m Sarmiento (N), 39m Bianchi (N), ST: 37m Álvarez Morinigo (CH).
Cambios: ST: Desde el inicio Matos (5) por Erbes (CH) y González (4) por Martínez (CH), 21m Álvarez Morinigo por Rodríguez (CH), 24m Fertoli por Torres (N) y Guevgeozian por Leal (N), 36m Sills por Sarmiento (N).
Árbitro: Diego Abal.
Cancha: Coloso del Parque.
Un desahogo mayúsculo emergió en el Parque Independencia tras el triunfo del Newell´s de Llop. La lepra se sacó la mufa, cantó victoria ante Chacarita, con goles de los refuerzos Sarmiento y Bianchi, en el primer tiempo. El visitante descontó en el final y puso en riesgo el triunfo rojinegro.
Parejo por donde se lo mire arrancó el partido. Pero no por la cantidad de situaciones ni por el dominio de uno u otro. Newell´s y Chacarita empardaron por lo menos hasta la media hora del primer tiempo en la mediocridad y tibieza de sus propuestas. Se prestaron la pelota con alternancia, merodearon las áreas rivales, pero nunca sacudieron la modorra matutina. En ese contexto de limitaciones, el suplente se sintió más cómodo. Al funebrero un empate con sobresaltos le venía más que bien, pero el rojinegro debía -y debe- acomodarse más arriba en la tabla de posiciones y -sobre todo- levantar ostensiblemente su nivel de juego.
Un error, garrafal por donde se lo mire, desanudó el partido. Chacarita dejó un surco enorme en la banda izquierda de su defensa. Gran mérito del pibe Rivero, que ajustó la derecha y asistió a Sarmiento, que caminó y definió derecho al gol. Se sacó la mufa el ex Banfield, anotó su primer gol con la camiseta leprosa y empezó a pagar sus deudas. En el medio del festejo, coló un par de lágrimas. La apertura de marcador dio nacimiento a otro partido, Newell´s creció muchísimo, se liberó evidentemente de una presión enorme y comenzó a maniatar al derrotado.
Leal cabeceó casi en el área chica y Fernández le ahogó el festejo con una salvada providencial. En la siguiente, tres minutos después, el sobrio Bianchi se anticipó a la salida de un córner y asestó un cabezazo rotundo para anotar el segundo. Todo era celebración y respiro hondo en el Parque Independencia. En apenas diez minutos, la lepra resolvió lo que no pudo en media hora. En la competencia de limitaciones, Chacarita tenía mucho más para mostrar y los de Llop no estaban dispuestos a desaprovecharlo.
El epílogo arrancó con la misma efervescencia que el cierre de la primera etapa. Sarmiento, con el buen socio Rivero, lideró los ataques ante un Chacarita desarmado y vulnerado. El diez dejó solo a Leal con el arquero, pero el moreno remató displicente, tapó el arquero y dilapidó una chance increíble. Con ese gol, Newell´s se hubiera aliviado definitivamente. En la siguiente acción, la visita le demostró que no se tenía que confiar y un remate tremendo de Rodríguez obligó a Porcnij a una respuesta de idéntico adjetivo. Mano cambiada y al lateral, como dicen los libros, el uno leproso mantuvo el cero.
Tras el primer gol, Newell's creció muchísimo, se liberó de una presión enorme y comenzó a maniatar al derrotado.
La situación de riesgo le dio ánimo al tricolor como para poder empardar el juego y acordarse de que las diferencias entre ambos no son de peso. Hasta los 15 minutos, Chacarita presionó en campo rival, incomodó a Newell´s, pero no tuvo mayores chances. La lepra, entonces, superó el sofocón y planchó el partido. La pelota comenzó a dormir en los pies de Rivero y Leyes, acaso, juntos, de lo mejor que tiene este plantel. Con el local conforme y la visita aplacada, se durmió el juego.
Tanto como para que Llop meta la pata y saque al ofensivo Sarmiento e incluya al limitado y defensivo Sills. Un minuto después, Chacarita anotó el descuento. Álvarez capturó un rebote en la puerta del área y la clavó al ángulo de zurda. Golazo. A partir de ahí, y durante los diez minutos finales, Newell´s se convirtió y casi se empata solo. Empezó a perder la pelota de manera inocente, la rifaba con facilidad y el nerviosismo lo comía. El rival estuvo al borde de la igualdad cuando Robledo se llevó la pelota por delante frente al arco. Terminó pidiendo la hora la lepra, un equipo que tiene la capacidad de darle rienda suelta a sus dos caras. La de los últimos quince minutos del primer tiempo y la del final de partido.