Alexia es española. Vivió un tiempo en la Argentina unos cuantos años atrás. Me cuenta que fue a ver "Madres paralelas" allí, en España. Al terminar la película quedó en estado de conmoción. "Pensé que era la única en la sala en sentirme así, hasta que un señor comenzó a aplaudir. Entonces aplaudi yo también, a rabiar, un buen rato. La gente nos miraba, y se iba de la sala. Yo creo que no entendieron nada. Por un momento sentí que estaba en la Argentina otra vez, que el cine era parte de ese sitio en el que la sala entera habría aplaudido. Aquí es como que se han olvidado de todo, y no han pasado tantos años".
Paulina es Argentina y vive en otro país, migró años atrás. Habla de Argentina, menciona el 24 de marzo. Dice que se siente perdida, que el Nunca Más para ella era un Nunca Más, no un punto de partida sino un punto de llegada. Que encima está tan lejos y no pudo estar en la plaza. Que incluso con compatriotas se siente extranjera porque ellos están felices de estar lejos y no se enteran de nada, ni del video que ama y propaga el olvido ni del ataque a la compañera de Hijos. Hablamos largamente, de la memoria, de nuevas proximidades con otros que aún siendo tan ajenos a Argentina, están atravesando silencios y catástrofes. También para ellos la memoria es dolorosa y necesaria, una forma de seguir respirando, seguir con vida.
Me quedo pensando en las paradojas, en el tiempo y el espacio que nos aleja o reúne, en la Argentina de Alexia, que era modelo de memoria y que ya no es la que era. Pienso en Paulina haciendo pie ahora con otros, con sensibilidades afines, con un lenguaje común aún cuando hablen idiomas diferentes. Pienso en mí, en nosotros. En todos los que fuimos multitud en la plaza y convivimos con huestes indiferentes y negacionistas.
En quienes habitan mundos "interiores" con fronteras ferreamente delimitadas, inquebrantables. El mundo es algo que queda afuera, muy afuera, no parte de uno. Pienso en aquellos que aquí nomás, en esta cuadra, calle, barrio o ciudad, hablan idiomas tan distintos.
Pienso en las batallas que nos tocan. En este tiempo y espacio de batallas me quedo. Allí, acá, nos vemos.