Un niño de 8 años con discapacidad motriz fue víctima de un ataque mortal perpetrado por su propio padre, Ariel Lovey. El trágico suceso tuvo lugar en una vivienda del barrio San Roque, en la ciudad de Ibarreta. El padre, Ariel Lovey, apuñaló a su hijo con un arma blanca, causándole heridas mortales. Posteriormente, intentó quitarse la vida con una escopeta y fue trasladado al Hospital Central, donde falleció tras varias horas de agonía.
Tras el hecho, ocurrido el miércoles, las autoridades están investigando una nueva hipótesis que vincula este horrendo crimen con un femicidio vinculado, es decir, un homicidio cometido con el objetivo de causar daño a una mujer. Dicha hipótesis surge a raíz de la separación de los padres de la víctima, sugiriendo que Lovey pudo haber perpetrado el asesinato como un acto de venganza hacia la madre del niño.