“Todo lo que hacemos va de acuerdo a la idiosincrasia del pueblo”, afirma Fernando Raitelli, intendente de Brandsen. Elegido en octubre de 2023, comanda el gobierno de un municipio de estirpe rural en la frontera de la populosa tercera sección. Habla de la “locura” del ajuste de Javier Milei y asegura que en su distrito no hubo quejas sobre el impuesto inmobiliario rural de Axel Kicillof.
Ex concejal y ex titular de la oficina de ANSeS local, Raitelli sostiene que aún continúa ordenando las cuentas de la municipalidad tras ocho años de gobierno radical. A sus 48 años, integra La Cámpora hace más de una década. Desde ese lugar, remarca que el “peronismo debe volver a construir una alternativa que llegue a los trabajadores” y subsanar lo hecho entre 2019 y 2023 porque “no estuvimos cerca del laburante y los jubilados”.
Sostiene que existe una conducción clara en Cristina Fernández de Kirchner, pero que “no se le puede pedir más, porque ya dio todo”. De todas maneras, no da nombres y subraya que recién van cien días de gobierno y que es momento de trabajar en sostener la calidad de vida de cada vecino.
Como intendente, Raitelli remarca que mantiene contacto fluido con todos los sectores que componen a la comunidad de Brandsen. Recientemente mantuvo una reunión con la conducción de la Sociedad Rural local.
—¿Hubo repercusiones negativas por la actualización del impuesto inmobiliario rural?
—Obviamente siempre hay quejas, pero no hubo grandes repercusiones. No me pidieron reuniones desde el sector rural para charlar sobre este incremento. Como se dice en el pueblo, no hubo ruido.
—Hay un mensaje que se repite en el Gobierno Nacional y es el de evitar el déficit. ¿Está de acuerdo?
—En lo personal pienso que es una locura lo que están haciendo. No hay antecedente de un ajuste tan brutal. Hay que pensar en el déficit cero, pero hay que pensar que esta la gente en el medio. Acá hubo gran mentira con una estrategia de redes que convenció a la población. Es fácil comprar el discurso de que vas a recortar por la casta, pero la verdad es que cortaron por los jubilados o los pequeños comercios.
—¿Espera una reacción de la sociedad?
—Pasó poco tiempo y la gente no ha reaccionado, e incluso muchos hablan de darle tiempo al gobierno. Pero en breve no da más. Hay muchos sin trabajo. Con el ajuste en el Estado Nacional no echaron ñoquis. En la oficina de ANSeS echaron a una compañera que iba todos los días que era fundamental por ser abogada dictaminante. En San Vicente, un municipio vecino, la oficina cerrada. En un día se echó al 10 por ciento de los trabajadores de la ANSeS, cuando se venía de un trabajo muy fuerte para que la sociedad tenga más acceso a la política pública. ´
—¿Por qué considera que se votó este retiro del Estado?
—Creo que la gente no vota esto. La mayoría no es militante político y está muy influenciada por medios tendenciosos y las redes sociales.
—¿Sólo por eso?
—Tampoco la gente no se sintió representada por el último gobierno peronista. Tenemos que hacer autocritica porque no estuvimos a la altura. Lo digo como parte del anterior gobierno también. No estuvimos con las expectativas de la gente, pero el peronismo va a tener la capacidad de reconstruirse para el próximo mandato cumplir con expectativas. En el medio, debemos ser una oposición que defienda el Estado, la política publica, y que no se pierdan derechos.
—¿Por qué no logró la continuidad un proyecto peronista en 2023?
—El peronismo tiene que redistribuir la riqueza. En un momento se crecieron más de cinco puntos y eso no llego a los trabajadores, sumado a la alta inflación. Sin desconocer que hubo una pandemia, no llegamos a la gente y eso se manifiesta en el voto.
—¿Considera que hay ámbitos de discusión para construir una nueva propuesta desde el peronismo?
--Si, pero tiene que haber más. A mí me toca participar de muchos con intendentes y la militancia. También desde el lugar de gestión. Pero van sólo tres meses de gobierno. Esto no es rápido. Pero vamos a acercar posiciones por encima de cualquier ego y construir una mayoría.
—¿A qué egos se refiere?
—Internamente, el peronismo es muy amplio, con muchos sectores. También hay que ver de seguir incluyendo espacios que no vienen del peronismo. Cuando perdés es lógico que aparezcan nuevas figuras que quieran conducir y cada uno tiene sus intereses. Pero después eso se achica y se acercan posiciones. No hablo puntualmente de nadie. El peronismo tiene una conducción enorme en Cristina Kirchner, pero no podemos pedirle más porque dio todo. Cristina va a aportar mucho para generar esta nueva etapa.
—¿Qué significa que no se le puede pedir más a Cristina?
—En el corazón uno siempre quiere que sea Cristina, pero ya dio todo por el peronismo. Es la dirigente que tiene la visión más amplia de todos en Argentina. Confiamos en la decisión que tiene. Pero Unión por la Patria tiene nuevos cuadros muy buenos que representan el gobierno de Néstor y Cristina, y ella tomará la decisión. Insisto, en el corazón de todos queremos que sea Cristina, pero dio todo y no podemos exigirle mucho más.
—Desde el gobierno provincial se habla de asfixia económica por parte de Milei. ¿Cree que se puede resistir en la provincia ante la quita de fondos?
—Obviamente la provincia es la que más aporta y la que menos recibe en materia de coparticipación. Nosotros nos sentimos muy acompañados por la provincia. La semana pasada estuvo el gobernador acompañándonos por el temporal. Sin la provincia, con la complejidad que se asumió, es muy difícil. Por ahí pensamos en grandes obras, desarrollos habitacionales para acceder a casa propia y al lote propia, y quizás haya que conformarnos con mucho menos por decisión del Presidente de la Nación.
—Mencionó el temporal. ¿Cómo afectaron a Brandsen las tormentas?
—A la semana que asumimos nos tocó padecer el peor temporal en la historiad e Brandsen. Según los bomberos de Brandsen, hubo 200 intervenciones, 60 voladuras de techos, vientos de 80 kilómetros por hora, 500 postes de luz caídos. Sólo que no hubo inundados. Ahora, dos meses después, cayeron 200 milímetros de lluvia y hubo inundaciones. Cuando yo era chico, con 30 o 40 milímetros ya se inundaba, por lo que con todas las nuevas urbanizaciones no planificadas por la municipalidad eso empeoró.
—¿A qué se refiere?
—Se urbanizaron zonas de humedales, por ejemplo. Por eso ahora estamos trabajando en hacer obras hídricas importantes porque ya se está anunciando que el otoño será lluvioso.
—¿Cuáles son esas obras?
—Estamos en la etapa de diagnóstico y planificación. La semana pasada estuvo el gobernador y se comprometió con la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la provincia a hacerlo. Sin su apoyo, es imposible para la municipalidad que sólo puede hacer tareas de mantenimiento como zanjeo y limpieza de desagües. Lo que sucede que son obras que debería hacer el Estado Nacional por la magnitud, pero el mismo Presidente dijo que no va a apostar a la obra pública dejando a los distritos desamparados. Por eso es importante que el gobernador se comprometió.
—Dijo que al asumir recibió un municipio con 300 millones de deuda. ¿Eso se subsanó?
—Es muy poco el tiempo que estamos al frente de la municipalidad. Esa deuda de 300 millones de pesos debe ser más. Semanalmente recibimos cartas documentos de proveedores reclamando deudas. Si puedo decir que el hospital tenía una deuda de insumos por 20 millones de pesos y con empresas de residuos patogénicos, sumado a acumulación de residuos. Eso lo hemos corregido. Es de a poco.
—¿Hay dificultades con la recaudación?
—Tenemos un porcentaje de cobrabilidad muy bajo, pero también producto de la baja prestación de servicios generales. Si eso crece, se empieza a pagar. Pero esto se nos da en momento complejo para la economía de las familias, con el aumento de los precios de alimentos y la caída de los salarios.
—En esta situación, ¿cómo se ordenan los recursos para, por ejemplo, implementar el boleto universitario gratuito que anunció?
—No es fácil. En principio, se administran bien los recursos y se los destina a las prioridades. Ahora hay poco margen para proyectar obras desde la administración municipal. También se sumó que tenemos la confirmación del fondo educativo desde provincia que no sabíamos si iba a estar. Para estudiar en La Plata, los estudiantes de Brandsen gastan entre fotocopias, comida y pasaje, alrededor de cien mil pesos por mes. Si no tomábamos esta decisión más de 500 pibes de Brandsen no podrían estudiar.
—¿Tuvo que despedir empleados de la municipalidad?
—En campaña fuimos claros y asumimos el compromiso de no echar a nadie por cuestiones políticas. La realidad es que nos encontramos una planta municipal con 500 empleados más que en 2015, cuando Gastón Arias perdió las elecciones. Él se fue con 494 y asumimos con 916, con la particularidad de que necesitamos gente en todas las áreas. Iniciamos un sumario administrativo y detectamos al menos 77 trabajadores sin función, que no prestaban servicio. No pasó en la historia de Brandsen algo así.
—¿Entonces?
—Por características del pueblo es difícil hacer reducción. Pero de los 77, 55 fueron dados de baja porque no tenían ninguna función. Nosotros vamos a sostener a los que trabajan. A raíz de esto, hubo algunas amenazas y campañas mediáticas replicadas por la oposición. Uno tiene que contar hasta diez, respirar, no enojarse y redoblar esfuerzos. Le pido humanidad a la oposición, que esta la gente de Brandsen en el medio, que baje un cambio que necesitamos el acompañamiento de toda la política.
—¿Qué hizo la oposición?
—Acá la oposición es Juntos por el Cambio, pero principalmente la UCR. El PRO no es fuerte como la UCR, que gobernó durante 16 años, tuvo un impasse entre 2011 y 2015, y luego ellos otra vez por ocho años. Socialmente critica algunas cosas del Gobierno Nacional, pero en la práctica les brindaron fiscales. Son opositores que jugaron con la figura de la estigmatización del intendente porque es un pueblo chico. Hay que dejar de futbolizar la política.
—¿Lo estigmatizaron a usted?
—Sí. Se jugó con la tendencia de que el peronismo es corrupto y desprolijo, algo que en Brandsen pasó con el radicalismo. Pero minimizo la situación y me dedico a gestionar. Hoy hay empresas que están achicando el personal, ahí tenemos que estar presentes como Estado.
—¿Cómo están impactando las medidas del Gobierno Nacional en Brandsen?
—De distinta manera según sector social. Los exportadores, que acá tenemos algunos, estaban contentos con algunas medidas, pero hoy veo silos que no están exportando, por lo que no hay alegría en el sector. Nos comentan los comercios que caen las ventas y tampoco están contentos. El sector industrial tampoco está contento. El laburante que se levanta todos los días, ese ya no paga servicios, le resulta difícil llegar a fin de mes. Acá en Brandsen aún está la libreta del almacenero, y hoy no se puede pagar esa deuda.
—¿Le preocupa el comportamiento de Milei en términos institucionales?
—Yo creo profundamente democracia. El peronismo cree en la democracia. Pero no podemos dejar de manifestarnos. No podemos dejar que gobierne sin Congreso. Creemos en la división de poderes. El presidente tiene que entender que así funciona la República. Lo que sucede es que si le va a bien, si el presidente puede desarrollar lo que pretende, a la gente le va mal, a las empresas les va mal, a los comercios les va mal. Y ahí los intendentes de los pueblos nos tendremos que hacer cargo. Me llegan vecinos que no pueden pagar el alquiler, más demanda de alimentos porque la gente no llega, ni hablar familias numerosas. Por eso hoy la obligación es estar a la altura.
—¿Cómo es su vínculo con el campo siendo dirigente de La Cámpora?
—Es muy bueno. Tiene que ver con una cuestión que va por afuera de tendencia de estigmatización que generan los medios. Soy muy sincero: con trabajo, militancia, y estando todos los días durante muchos años en Brandsen, me despoje de toda esa estigmatización y me acerque al sector. La Sociedad Rural de Brandsen me invitó muchas veces a participar en su exposición. Me reuní hace unos días con su comisión directiva para conversar sobre los trabajos que tenemos que hacer.
—¿De qué estigmatización se despojó?
—Yo les expliqué que tengo la obligación de gobernar y estar con todos los sectores. Obviamente hay prioridades y se verá quien necesita más del Estado. Eso de que el Estado no esté presente con determinados sectores, no lo creo. La Sociedad Rural local lo necesita.
—¿Fue difícil destrabar la relación?
—En una ciudad muy grande quizás es más difícil, pero en un pueblo el vecino te conoce porque te sentaste a tomar mate y hablaste de las necesidades del pueblo, con lo cual esa estigmatización a la hora de trabajar en conjunto, queda de lado. Nos conocen y vieron que tenemos un mismo objetivo. Se acercaron posiciones y hemos coincidido en las prioridades.
—¿Cómo se hizo?
—Cada pueblo tiene su idiosincrasia. Cuando uno sale de la región metropolitana y se aleja hacia el interior prima más el sentido común. Los pueblos son más conservadores. Nosotros supimos relacionarnos sin dejar nuestra ideología de lado, dejando en claro cual es nuestra procedencia política y donde militamos. No está en duda que soy de La Cámpora. Pero lo que hemos hecho, lo hicimos de acuerdo a la idiosincrasia de este pueblo.
—¿Por ejemplo?
—Te lo ejemplifico con algo bien simple. En las ciudades grandes uno está acostumbrado a er murales. Bueno, acá en Brandsen no se pueden hacer por una ordenanza. Entonces, nos adaptamos. Nos manifestamos, pero no pintamos como se hace en el conurbano. Todos han entendido la idiosincrasia de Brandsen. Si no sucedía eso, hoy yo no sería intendente. No te puedo hablar del día a día de otros distritos, pero acá me acompañaron desde La Cámpora a charlas con productores. Acá construimos un gobierno donde incluimos a todos los sectores políticos del peronismo, algo que también hicimos en la conformación de la lista de concejales. Eso también lo entendieron, y me acompañaron.