Boca sigue su marcha implacable, obtuvo su séptima victoria consecutiva en la Superliga (quedó a dos del record de River en el Apertura ‘91, que ganó nueve al hilo) puntea con 21 unidades y llega en óptima forma para encarar el desafío que significa visitar el próximo domingo a River en el Monumental. Su nueva víctima fue Belgrano, ya con Pablo Lavallén en el banco y con una Bombonera explotada de gente cuyo marco no daba para el axioma “técnico que debuta, gana”. Fue un inobjetable 4-0 con un gol en contra del arquero Lucas Acosta y otro del colombiano Edwin Cardona en la primera etapa, además de un doblete en el complemento de Darío Benedetto, el artillero del torneo con ocho conquistas que habrá dejado más que conforme a un espectador ilustre: el entrenador de la Selección, Jorge Sampaoli. Por lo demás, se descuenta lo satisfecho que habrá quedado el técnico Guillermo Barros Schelotto, con la solidez en todas sus líneas de sus dirigidos y muy especialmente con Cristian Pavón, el 7 de estos tiempos que tuvo una actuación muy destacada en este equipo de la gran siete.
Primero hubo cierta perplejidad entre los colegas de prensa, dado que el club de la Ribera pareció no haber pagado a tiempo el pack fútbol y no fue posible volver a ver la repetición de jugadas en los monitores.
Belgrano salió con ganas de hacerle partido a su anfitrión. Para ello quiso copar el mediocampo, por lo que tanto Ramis como Martínez y Benítez se ocupaban de que los receptores de Boca no recibieran la pelota con comodidad. Con Pavón y Cardona bien abiertos, el local se mostraba lento y algo displicente en la generación de juego. A su turno, el Pirata cortaba y salía rápido en ofensiva, aunque ahí se diluía porque Figueroa quedaba muy solo ante la ordenada defensa xeneize.
Pero la prolija estrategia de la visita se derrumbó al primer cuarto de hora con un mal despeje que provocó la primera llegada de Boca, con Pavón penetrando por derecha y enviando un centro que quiso meter Pérez de arremetida, pero que tras desviarse en Lema dio en el taco de su propio arquero para la apertura del marcador. Boca no era dominador absoluto, pero el gol lo entonó, al tiempo que vio cómo su rival se quedaba sin reacción.
El imparable Pavón –que acaso jugó para la consideración de Sampaoli– seguía haciendo estragos por su franja, primero dejando a Pérez para que éste probara al arco y luego con un centro magistral a la cabeza de Magallán que no fue gol de milagro, ya que la defensa jugó mal al offside y encima Acosta salió tarde. Enseguida Belgrano tuvo su primera llegada con un disparo de Amoroso que controló bien Rossi. Pero al minuto otro gran centro de Pavón sirvió para que el colombiano Cardona anotara el 2-0.
En el complemento, Boca seguía con hambre. Lo tuvo Pavón y Acosta debió esforzarse para impedir el tercero, que no obstante llegó con otro jugadón del nuevo 7 bravo xeneize tras otra pelota perdida por el visitante y la clase de Benedetto, que giró, desairó a un defensor y definió con clase. Pipa cerraría la cuenta con otra gran jugada colectiva y fue despedido ruidosamente cuando fue reemplazado por Walter Bou. Sobre el final fue expulsado Riojas, pero para entonces la hinchada azul y oro sólo cantaba eso de “el domingo, cueste lo cueste...”