Si no hubiese sido por los Bochini, Bertoni, Galván, Santoro o Pastoriza, entre tantos otros, el "Polaco" Alejandro Semenewicz sería mucho más reconocido de lo que fue: una de las almas de aquel Independiente que en los '70 ganaba todo. Cuatro Libertadores ('72, '73, '74 y '75), una Intercontinental (1973), torneos locales (Metros del '70 y '71).
También las Interamericanas ('72, '73 y '74). Tenía 74 años (1° de junio de 1949), padres emigrados de Polonia, una hermana danesa. Creció escuchando el idioma polaco de las charlas hogareñas de sus padres durante su infancia, en Lavallol, pero se acostumbró al español de chico. Su padre, Estanislao, combatió en un submarino durante la Segunda Guerra Mundial. En cuanto pudo, se vino a la Argentina con su pareja y su hija más grande.
Empezó a jugar al fútbol en Monte Grande, y pasó al Deportivo Morón de pibe. Debutó en el '68 e integró el equipo que logró el ascenso a Primera un año después. Defendía o jugaba al medio, según le pedían los entrenadores de turno. “Yo sólo quería jugar”, le dijo al periodista santafesino Ricardo Bortolozzi, en una entrevista en plena pandemia para el programa El Preliminar, de Santa Fe.
En una práctica lo vio otro símbolo de Independiente, Manuel Giúdicce, y lo llevó para Avellaneda. Su debut fue con un gol en contra. Se lo hizo de cabeza a Santoro, en un partido ante Unión de Santa Fe que el Rojo ganó 3-1. Los hinchas lo renegaban y él no lograba asentarse entre pesados como Pavoni, Tarabini o Yazalde.
“¡Mire si habré andado mal que cuando renové el contrato para el '71 no me aumentaron ni un peso!... Otra vez los cien mil y gracias, porque ni siquiera me querían atender... Y si seguí, si no bajé los brazos, fue por mi temperamento, por mi fuerza de voluntad... La única posibilidad que tenía era el fútbol, porque no había hecho otra cosa en la vida... Trabajé en una fábrica de goma, salí a repartir leche, pero para que no andara por la calle y ganar de paso un par de pesos…”, le recordó a Osvaldo Ardizzone en una entrevista que le hizo para la revista El Gráfico.
Una vez, tras una goleada sufrida ante Platense en Avellaneda por 4 a 1 que hacía peligrar el liderazgo de Independiente, los hinchas esperaron al equipo a la salida del vestuario para insultarlos. Los jugadores se fueron juntos y en medio del clima caldeado hubo trompadas. Semenewicz fue uno de los que dio y recibió.
Cuando José María Muñoz, el popular relator, le preguntó cuántos pulmones tenía debido a cómo metía en la cancha, Semenewicz le dijo “uno, como todo el mundo”, respuesta que en su momento dio qué hablar y quedó recordada para siempre.
También, a El Gráfico le recordó que el Independiente del '70 funcionaba así: "Cuando jugábamos, Pastoriza era el que organizaba, Raimondo pensaba y yo corría”. Antes del debut de Bochini, "El Polaco" fue uno de los que lució el 10 en la espalda.
De breve paso por la Selección y Nacional de Medellín, Colombia, terminó su carrera en Deportivo Morón, previo paso por Cipolletti de Río Negro, pero siempre se lo identificó con Independiente, donde trabajaba en las divisiones inferiores. Estaba en el predio de Villa Domínico este lunes 1° de abril cuando, por la mañana, sufrió un ataque al corazón. Los médicos presentes no pudieron hacer nada. Media Avellaneda lo recuerda como uno de sus paladines, alguien que dejó todo en la cancha como para que Independiente sea tan grande como es.