"El cliente va a comprar todos los días, no hace compras desmedidas", así describió el titular del Centro Unión de Almaceneros de Rosario, Juan Milito, cómo cambiaron los hábitos de consumo a partir del ajuste. “Decir que está bajando la inflación, no es lo mismo decir que están bajando los precios. Hay una desaceleración en el ritmo inflacionario, pero eso no quiere decir que mejoremos, sino que seguimos hundidos”, afirmó Milito, quien admitió que los negocios de proximidad están "un poco mejor" que los hipermercados, ya que los clientes "no hacen compras desmedidas". Por otro lado, como otra cara del mismo ajuste, desde Cáritas subrayaron que la demanda siguió creciendo y "lo que viene será difícil". El titular de Cáritas, Fabián Montes, señaló en Radio 2 que la demanda de alimentos en las parroquias de la ciudad se mantiene un 40 por ciento arriba de la que tenían en noviembre pasado. 

La situación es crítica para los almaceneros. La alta inflación “causa un daño muy importante en los pequeños almaceneros porque se caen las ventas día a día conforme avanza el mes y enfrente tenemos aumentos en los gastos fijos. Por ejemplo, este bimestre el aumento en la EPE llegará casi a un 200 por ciento, lo que hará inviable a muchos comercios como los nuestros”.

En declaraciones al programa “El primero de la mañana” de LT8, el referente del sector sostuvo que “muchos políticos hablan de la producción sojera, pera ninguno de preservar los puestos de trabajo, de mejorar los sueldos, y los comerciantes vivimos de esto, es decir que los trabajadores ganen mejor para que pueda comprar lo que necesitan en los comercios. Lo que proponemos es casi una lógica natural”.

“El grado de ferocidad que tiene este ajuste, no le he visto nunca. Desgraciadamente, porque no es lógico que eso suceda, tenemos que achicar los márgenes de comercialización", siguió Milito, quien reconoció que "el cliente ha dejado de comprar en forma semanal, quincenal y menos mensualmente. Ahora, el cliente va a comprar todos los días y no busca generar stock”.

“El cliente piensa en función de los precios de la mercadería y en el día a día ver lo que va a consumir. No es como era antes, cuando uno hacía una compra desmedida. Ahora, uno va al negocio y aprovecha una oferta, cambiando la forma de compra, se cambian de opciones en busca de mejores precios. Por ejemplo, el que compraba gaseosa con envase no retornable, ahora se lleva la retornable. El que compraba bebida con envase retornable ahora compra jugo en polvo, y otros del jugos en polvo al agua mineral”, precisó Milito.

Con respecto al daño que sufrió el sector cuando se modificaron las reglas de funcionamiento de programas como el Billetera Santa Fe y de la devolución del impuesto al valor agregado (IVA), señaló: “La devolución del 21% del IVA daba resultados porque la gente lo manejaba y ahora hubiese sido mucho más importante. Y lo de Billetera Santa Fe fue un claro ejemplo del retiro del estado del servicio a la comunidad".

En cuanto a la demanda alimentaria, Montes dijo que continúan “gestionando ante los gobiernos” y que la semana pasada consiguieron por parte de Provincia una partida aumentada. Y señaló la nueva composición de las personas que se acercan a las 125 parroquias de Cáritas en Rosario. Son jubilados e inquilinos que logran pagar sus alquileres, pero no así la comida. “Lo que viene también es complicado -auguró Monte-. Nosotros lo que tenemos que hacer es estirar la frazada, agrandar la carpa y hacer lugar para los caídos”, dijo el titular de Cáritas.