Exconscriptos y familiares de colimbas que fueron secuestrados y permanecen desaparecidos desde la última dictadura cívico militar comenzaron a trabajar en la primera escultura que homenajeará a este colectivo de víctimas de aquel genocidio. La obra estará a cargo de la artista plástica Nora Patrich, que fue militante en los 70 y debió exiliarse y se espera pueda ser emplazada en el Espacio de Memoria que funciona en lo que fue el centro clandestino conocido como Mansión Seré.
“Nunca jamás se hizo nada en relación a los colimbas detenidos desaparecidos. Queremos homenajear a ellos y también a sus familias, que sostienen su memoria y la lucha por verdad y justicia. Este monumento será el primero”, explica a este diario Ricardo Righi, uno de los creadores y coconductor de “La voz de los Colimbas”, un programa de radio desde donde surgió la idea y cuyos responsables están impulsando su realización.
Desde hace 18 años, el proyecto comunicacional de Righi y compañeros sostiene semanalmente las banderas de memoria, verdad y justicia desde el enfoque de este grupo de víctimas del genocidio de la última dictadura que conforman los jóvenes que, en el marco del cumplimiento del Servicio Militar Obligatorio, murieron en “enfrentamientos”, fueron secuestrados y desaparecidos, sufrieron la guerra de Malvinas, y también a quienes sobrevivieron al terror. José Luis D'Andrea Mohr, fundador del Centro de Militares para la Democracia Argentina, comenzó a investigar cuántos soldados conscriptos habían sido víctimas del terrorismo de Estado y llegó a identificar a 129. “La Voz de los colimbas” continuó la tarea y ya llevan 218 casos registrados.
La idea de “recordar y rendir homenaje” a los –hasta ahora– 218 conscriptos detenidos desaparecidos surgió de aquel proyecto radial y se remonta a varios años atrás, cuando Righi recorrió despachos dentro de la Cámara de Diputados y la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires con la idea de instalar “una placa, al menos, que recuerde a estos jóvenes”, sus compañeros. Como ninguna de las conversaciones llegaron a concretar nada, continuaron con la iniciativa por la vía autogestiva.
Righi, entonces, se acercó a la Asociación Seré, la organización de derechos humanos que sostiene el Espacio Memoria que funciona en lo que fue Mansión Seré, el primer centro clandestino de detención, tortura y exterminio en ser recuperado par ala memoria, la verdad y la justicia de América Latina. “Estamos en reuniones, nos interesa la iniciativa ya que sería el primer monumento homenaje a los colimbas desaparecidos”, indicó Teresa Sabbatella, presidenta de la asociación.
A mediados de la semana pasada, los realizadores de “La voz de los colimbas” –los exconscriptos Righi y Gustavo Capra–, familiares de colimbas desaparecidos e integrantes de Asociación Seré tuvieron el primer encuentro en el que Patrich presentó un primer boceto de la escultura que la artista ideó inspirada en el “Siluetazo”.
“Mi objetivo es transmitir la mayor cantidad de información lo más rápido posible al espectador. Y en este sentido me preocupaba que los soldados no fueran confundidos con militares: no somos ellos, somos nosotros”, compartió con Página|12 la artista responsable de otras obras vinculadas con víctimas de la última dictadura y de otras matanzas que sufrió el pueblo argentino –la escultura en homenaje a los caídos en el bombardeo a la Plaza de Mayo de 1955 que se exhibe en los parques de la Casa Rosada es de ella–. En su bosquejo, imaginó una escultura realizada en chapa, con detalles en óxido y en pintura, sobre la figura de cuatro soldados de tamaño natural en diferentes posiciones: uno con los dedos en V, otro con el puño en alto, otro con la mano abierta y otro en “posición de soldado, firme con fusil al hombro”, contó.
Está “entusiasmada” con la iniciativa, dijo. “El tema de los soldados desaparecidos no es muy conocido en el mundo de los organismos de derechos humanos y menos en la sociedad en general. La esperanza es que estas casas sirvan para impulsar las investigaciones, para que vayamos conociendo más acerca de las consecuencias del plan sistemático y asesino de la dictadura”, reflexionó.
“Para nosotros la escultura servirá de puntapié”, señala Silvana Colombo, hermana de Sergio Colombo, que fue secuestrado en agosto de 1977 mientras estaba de franco del Servicio Militar Obligatorio. Sergio era militante, lo había sido en el Carlos Pellegrini y lo era en 1977, en la Facultad de Medicina. “Pero además de militante era colimba, esa es una característica de muchos de nuestros familiares desaparecidos que no suele estar visibilizada. Movidas como la realización de esta escultura sirve para visibilizar esto”, amplía Colombo.
Tras “ajustar detalles” entre el Espacio de Memoria, la artista y los familiares de colimbas, el proyecto deberá ser aprobado por el Concejo deliberante de Morón, ya que el Espacio de Memoria Mansión Seré funciona dentro de la órbita del municipio. Además del sector con los restos de lo que fue el edificio que funcionó como centro clandestino propiamente dicho, y que un grupo de sobrevivientes y familiares se preocupó por excavar y recuperar a fines de la década de los 90, el predio es un lugar tiene mucho parque libre –en total son cerca de 11 hectáreas– en las que hay muchos monumentos, esculturas y murales que homenajean a los 30 mil detenidos desaparecidos durante la última dictadura cívico militar.