La muerte de una nena de 6 u 8 años, oriunda de Campo Santo (municipio de General Güemes), generó reclamos por la atención en el Hospital Joaquín Castellanos, que es de referencia en esa jurisdicción.

Según lo indicó el periodista Angel Teseyra, el padre de la niña manifestó en llanto que había llevado a su hija el jueves, y antes en otra ocasión, “para llevármela muerta” el domingo último. El comunicador afirmó que la fallecida era la única hija de la pareja. 

En los dos primeros momentos en que la nena fue atendida en el Hospital público de General Güemes, que son las que el Ministerio de Salud reconoce oficialmente, hubo atención ambulatoria con recomendaciones a seguir en el tratamiento de la niña, y la indicación de que vuelva a su vivienda.

La primera versión difundida en medios de comunicación masiva fue que esta era la octava muerte por dengue en la provincia. Sin embargo, el Ministerio de Salud de Salta indicó que la causa de este fallecimiento en particular aún se encuentra en investigación, por lo que no existe confirmación alguna. Sí se indicó que al regresar a la atención el domingo, la niña llegó con un “cuadro de sepsis”.

De los casi 6.500 casos de dengue que se detectaron en toda la provincia, el General Güemes se registraron 66 diagnósticos en lo que va del año.

Recorte o corrección de horas guardia

La publicación de Teseyra sobre la muerte de la niña, generó en las redes sociales una catarata de críticas a la atención de salud en el Hospital güemense.

Al respecto, el ex jefe de Guardia del Hospital, Horacio Mdalel, reclamó a la actual conducción de la cartera sanitaria a cargo de Federico Mangione, señalando que desde mitad de 2023 “se recortaron la cantidad de horas guardias” en el Hospital.

Mdalel afirmó que por esa decisión renunció al cargo que detentaba. “Teníamos 20 mil horas de guardia profesionales (sin contar las de enfermería) y nos recortaron a 9 mil”, recordó el médico.

La justificación de aquel momento, que se sostiene hoy en el Ministerio de Salud, es que la decisión se tomó porque las horas guardias se pagaban por triplicado a cada médico.

Mdalel afirmó, en cambio, que eran necesarias. Destacó que, como es lógico, cuando “se dejaron de pagar” también se dejaron de hacer; dijo que esto afectó la atención en las guardias y generó las consecuentes críticas. El médico entendió que el recorte de las horas guardia fue entonces “un grave error de diagnóstico”.